MVD 21VIII2007 ESTIMADO FERNANDO FELICITO TU BENEMÉRITA OBRA EN

MVD 21VIII2007 ESTIMADO FERNANDO FELICITO TU BENEMÉRITA OBRA EN






Estimado Fernando:

MVD, 21.VIII.2007.

Estimado Fernando:


Felicito tu benemérita obra en pro del acuaplaneo nacional.

El Museo del Surfing es lo más (me hará sentir como Tuthankamon) o tal vez como Duke Kahanamoku, que creo es el objetivo.

La donación principal es como desprenderme de un tatuaje. Ahora sé lo que puede sentir un donador de órganos. Es parte de lo estipulado por mi decorador para mi equilibrio zen.

Adjunto una aleta, quilla o fin manufacturada por mí. Es un testimonio de la desesperación. Paso a explicar. La 1er. Tabla histórica publicada en la Mareas era de Willy. El astuto fenicio en la transacción comercial separó la quilla de caja que tenía y me la cotizó a 50 usd. Como no disponía de ese monto, ésta es la que usé por 1 verano, hasta que un surfero me trajo una Dolphin fin de las Islas a 17 usd.

Adjunto además mi acervo memorístico, un cordial abrazo para quien me introdujo en el deporte, un fraterno abrazo, Jorgito.


PS adjunto relatos y fotos.


La Mosca. (Un invento infantil.)

Mis viejos compraron casa en Pinamar, en 1962. Íbamos toditos los fines de semana.

Allí, uno de mis juguetes preferidos era “La Mosca”. Fabricado por juguetes “Coloso” de Uruguay.

Regalo de Navidad. Igual al que usan en los circos los equilibristas. Un rodillo y encima una tabla donde poniendo los pies separados se mueven de derecha a izquierda y viceversa, intentando no caerse. Con la práctica conseguí dominarlo con los pies paralelos.

Año 1964. Tendría 9 para 10 años de edad.

Se me dio una sumatoria en mis reflexiones: “Intriga en Hawaii” + el artículo del Reader´s “Jinetes de las olas” + playa de Pinamar… y dio = La Mosca + las patas de rana FUNSA…¡¡¡ empecé a barrenar olas!!!

No registré la patente de lo que había creado.

Esto ya indicaba más o menos algunas cosas:

Había encontrado algo importante. Un juego motriz, que me provocaba un estado de alerta y conjugación con la dinámica del universo.

Acción libre, inhabitual, fuera de la cotidianeidad que me mantenía absorto por completo. Sin interés material, que hacía surgir algo desconocido dentro de mí mismo.

El sistema del club deportivo, las reglas, la institucionalización, las penalizaciones por mí conocidas…se desvanecían mágicamente con eso que hacía en la playa.

Conste que no sabía nadar, y las patas de goma + instinto paliaban esa deficiencia.

Para mi fortuna mi familia nunca puso objeciones o reparos al asunto. Ya estaban acostumbrados a que anduviera por el balneario, en la bicicleta, llevando conmigo las cosas más inverosímiles.

¿Cómo algo, tan extraño en la habitualidad playera, me enganchó?

Aquí tengo el testimonio de esto fotografiado por mi viejo.

A Ricardo lo conocí 6 años después.

Al mirar esta foto, moríamos de risa, ya que le podía fregar por la cara que era un recién llegado al surf.

MVD 21VIII2007 ESTIMADO FERNANDO FELICITO TU BENEMÉRITA OBRA EN

Jorgito Ravera (Verano 1964-1965) Pinamar.

Jorgito Ravera(Verano 1964-1965)Pinamar.

Respuesta de Roberto: 9/2005

Que buen material loco! Ahora: tu viejo no era un aficionado cualquiera a la fotografía. Una foto a color así, en el 64 no era para todos como hoy en día. Me tendré que meter en plan editor y mostrar ese material de una vez.

Lo del encuentro con Hamilton fue gracias a Valentín, no sé si te conté. El tema es que el editor de shaperstree me pidió material, le mande todo hecho y después lo hizo bolsa todo. Metió cosas a su manera y algunas erratas, pero en fin. La foto de santa lucia ni siquiera se la di. La sacó de otro lugar donde yo le puse: "santa lú", y el muy vivo va y le pone Saint Lu.

Bueno, mañana sale esa foto en buscaolas

Un abrazo, Roberto

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(Que lo parió Mendieta, al otro día salí en la Web). “ Rastreando los orígenes del bellyboarding en Uruguay, Jorgito Ravera Pinamar verano del 64…” yo mismito en la ola con la tablita de madera.










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SOBRE EL VISPO ROSSI.

La casa de los Rossi, estaba ubicada sobre la calle Chucarro. Los vecinos de su infancia, la ubican vecina a la “Casa del Plata”.

En la esquina de Pagola casi Chucarro el diario “ El Plata”, edificó y sorteó una casa de techo de tejas con una torrecilla rematada en un remate cónico. llegué a conocerla, ya que sobre Pagola vivían pegados a ella y en un terreno compartido mis abuelos paternos Ravera Cametti y mis tíos abuelos Ponasso Cametti. Compartían el fondo con la familia Rossi Olivares.

En los atardeceres estivales, los vecinos sacaban sillas a la vereda, mate, diarios y la radio en una ventana. El aroma del mar se sentía, con la brisa, pudiendo verse la palma de “Juana de América” ( aún allí, en la rambla, con una estela de granito negro).

El padre, don Rossi era un destacado deportista del Rowing Club. Excelente nadador y remero.

Su esposa, Amalia Olivares de Rossi. La descendencia: (ignoro sus nombres de bautizo), Lolo, Pirucha, Cacha, Checha y el Vispín.

La fe que profesaba don Rossi era la cristiana Evangélica. Acomodaba a su familia en su automóvil e iban a la iglesia, que quedaba rumbo a la cancha de fútbol de Pereira y Rivera.

Aficionado a los electrodomésticos. En esos años, las heladeras eran a hielo traído a domicilio por un carro tirado por caballos.

La primer lavarropas eléctrica la tuvieron ellos. Al parecer, la prole del signore Rossi, tenía sus momentos. En ausencia de los padres, usufructuaban los bienes más preciados del hogar, fuera de las indicaciones específicas que estos tenían designado. Así, se gestaban las siguientes e inolvidables consecuencias.

Llegando que estaban, los padres, los chicos, desaparecieron. Al abrir la puerta 5 gallinas intentaban transitar, sin mayor resultado hacia los fondos. Sus ojos rodaban como bolas de pinball en sus órbitas, mientras cloqueaban como afectadas por un extraño ensalmo. No habiendo rastros de olor alcohólico, la situación era enigmática. La reprimenda a los querubines, aclaró la cosa.

Animados de buena fe, habían decidido transformar el moderno lavarropas en calesita de volátiles( con tapa incluida).

En otra ocasión, el piano tocaba sin pianista una melodía, que haría desgañitar de envidia creativa a un punk. Los infantes aunando sus fuerzas, lograron encerrar al gran perro de la casa en la caja del instrumento.

Así como cuentan estas tropelías, existen otras que dan cuenta de la multifacética condición humana.

Mi tía Susana ( Pirola), lloraba antes de encarar su primer día escolar. Se asomó el Vispo por el fondo y le pidió a mi tía abuela hacerse cargo. Con un par de años más ( 3 o 4), se la llevó de la mano a la escuela y logró que pasara sin contratiempos ese día terrorífico para casi todo niño.

La madre inquirió sobre la resolución. “ Vispín me dijo que mirara por la ventana de la clase, que él iba a estar ahí cuidándome y luego me trajo”

En ocasión de un cumpleaños infantil, algún goloso se dirigía a una mesa metálica repleta de cosas ricas, para recibir una descarga eléctrica gestionada por los VISPO Y LOLO, a través de un cable conectando la mesa con un enchufe , muertos de risa detrás de 1 ventana.


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Algunos recuerdos de mi contacto con el Surfing.



LOS SACACHISPAS.

En invierno, para mitigar la cosa, había música, alguna película, revistas, reparaciones, ocasionalmente algún shape.

Vino el tema del skate, todo bien verlo en una revista. Había uno que vimos, traído de California con ruedas que se gastaban.

Con eso, agarramos los patines de alguna hermana, y salió algo pasable. Varias idas a Tristán Narvaja nos proporcionaron unos cuantos patines ferruginosos.

Como decía un amigo, explicando un amorío con una niña no muy agraciada..."y...quiera que no...es una compañía".

Los más atrevidos en experimentar largo y ancho de tabla, maniobras, eran Jorge Boussac y Ricardo Medina.

Nos tirábamos de la casa de Ricardo por Berro hacia Av. Brasil, al llegar a Cavia girabas a la derecha y te volvías cuesta arriba con el armatoste en la mano.

Feria de Tristán Narvaja, patines viejos con ruedas metálicas, algunas macizas y otras de metal plegado. Con ellas hicimos imitaciones y luego long-boards.

Duraban poco, se gastaban y quebraban los plegados y terminaban cónicos los macizos, así: < > (los dábamos vuelta) y terminaban así: > < , hasta que quedaban así : = =

Terminamos luego en el Buceo, donde hoy está el Shopping, la Plaza Gomensoro y la calle Grito de Gloria en Punta Gorda, buscando nuevos puntos de skate. Llegamos a andar en el Velódromo Municipal con la anuencia de la Comisión.

El Buseca trajo un día un tablón de 70-80 cms de largo, al pegar el giro, se veía en la noche el chisperío del metal derrapando contra la calle, junto con las risotadas y el wwwwwwwooooooooooooowwwwwwww.....Cccchhhhhauuuu

Rodi se pegó un palo, regresó. Sentenció:-"prefiero caerme en el agua, che".


Llegué a tirarme con Gustavo Zalles por la panorámica de Punta Ballena, el tartamudo me dijo:

"mmmeeejjj-mmmejor nnos-nosss popo-nnnnemos un buzo bieee.--biiien cchhhii---chi -chillón pa que pa que no-nos atro atro pelle 1 auto".


También tengo el honor, de haber inaugurado la 1era pista de skate en la plaza de Punta del Este. Resulta que la hicieron frente al departamento de mis padres. El día que la terminaron y pusieron el cartelón "MAÑANA GRAN INAUGURACIÓN", cuando se fueron.... cruzamos con el Zalles y el Guzmán Lasarte, con 3 skates y 3 escobas, habían tapado el cemento con arena fina y ramas de palmera. Nunca creímos que íbamos a barrer con tanto entusiasmo y alegría.

X varias horas de la madrugada nos dimos la biaba hasta quedar agotados. Que manga de delincuentes¡¡¡

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DE CAMPING CON EL BUSECA.

La capacidad de lograr un orden preestablecido con ciertas cosas era causa de varios de los episodios más comentados del “Buseca”.

Llegaba a Rocha con su tabla, gabardina impermeable inglesa, mocasines y una valija rígida, herencia de sus ancestros.

Me acuerdo que le pedí permiso para acampar en el terreno que había comprado camino a “Los Botes”.

Apareció con la pinta antedicha y su guitarra en bandolera. Que no era cualquier instrumento. Era algo serio, fabricado tal vez por un luthier de color en el Misissipi, para tocar blues, cosa que le encantaba.

-“¡¡¡Que haaaay Jorgiiiitooo¡¡¡¡”, hoy vine prolijo, no me olvidé de nada.

Se acomodó y abrió el valijón. El mismo se reía del contenido. Toda la ropa era un nudo, mezclado con parafinas, cuerdas de guitarra, revistas de surf, latas de alimentos, bizcochos…

-“AAAhhh ccchhhhauuuu…me olvidé de la carpa, que nutria que soy. Claro quedó en casa, que perejil”.

Nos acomodamos varios días sin problemas.

Lo más lindo fue estar con el sol de la tarde, descansando de una paliza de olas de aquellas, con varios blues ejecutados magistralmente, incluso con un tubo de metal a la manera de los bluseros de fuste.

Así estábamos cuando dobló la esquina un sujeto recortado por la cegadora luz solar del poniente, cada pisada levantaba una nube de polvo. (Tipo película de cowboys).El paso cansino, doblado por la carga como un sherpa tibetano.

-AAAAAAAhhhhssscccchhhhaaauuu, ahí viene el Tito, me muero con él.

Cayó el Tito Boussac con provisiones, guita, guitarra y su equipo de buceo más una carpa nuevita.

Jorge deliró.

_Chau contigo, Tito, sos lo máximo.

La jornada terminó en fogón con música bajo el alegre cielo estrellado, sintiendo el oleaje.















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Jorge Benjamin Boussac Viana, surfista.

Certeramente, la página Web robertoshapes, en 2005 dedicó el día del patrimonio uruguayo al antedicho compañero.

El patrimonio es la herencia legada por nuestros ascendientes.

Quienes conocen ese día, de reciente expresión cultural pueden acceder a muchos elementos de nuestra idiosincrasia.

Pasado el tiempo, nos percatamos luego de ver casas, cuadros y demás objetos del pasado, que se abría una visión al pasado tangible.

¿Pero, como eran en todo sentido, quienes nos precedieron?.

Ese otro cosmos, puede ser considerado el pasado intangible.

La Comisión del Pasado Histórico de la Nación, se ocupa también de ello. Se refieren a las comidas típicas, bailes, juegos infantiles, costumbres del campo y la ciudad. José P. Barrán explora ese campo, dando cuenta de amoríos, moral, religión, de nuestros abuelos.

Recordar lo intangible, es también uno de los caracteres de ser surfero.

- “Pah, si hubieras venido ayer, que olas…”;-“ Y medirían más o menos…”;- “ Te acordás aquella ola que corrimos en…”.

Bueno, con respecto a surfistas pioneros de la Banda Oriental, Jorge Boussac representa un ineludible mojón de nuestra historia surfística.

Su pasión por el deporte es antológica.

Cuando se “enganchó”, se llevó algo más duradero que un tatuaje.

Su “ser” fue un instrumento en el cual resonaron melodías de tal intensidad que su ayer podría datarse : a.S. y d.S. (antes y después del surfing).

En el “Buseca”, apodo cariñoso que nunca le molestó, están todas esas facetas, que distinguen a un apasionado.

Su casa paterna, en Juan María Pérez, se constituyó en lugar de encuentros, transacciones, música, amor en serio y alegría que no escatimó con quienes nos consideramos sus hermanos.

Para los que recuerdan las lecturas de Salgari, los corsarios, bucaneros, filibusteros, piratas y otros aventureros del mar se reconocían como: “Hermanos de la costa”. Así era Jorge, un hermano de la costa. En las mejores acepciones del término.

Así como hoy se revaloran elementos criollos, este personaje se ocupaba de tareas rurales en los campos familiares. A medida que el deporte ganaba cada uno de sus átomos, la antítesis playa oceánica versus campo adentro comenzaba a provocar severos cuestionamientos personales.

Inolvidable fue uno de esos días con algún auto familiar recorriendo la rambla desde Atlántida a Parque del Plata. Jorge llevaba a todos los fanáticos con sus acuaplanos caseros y aquellos trajes de neopreno de Weiss o Cresi-sub. No era un Ford ni un Jeep, sino un aviso rodante de sardinas en lata “Coqueiro”. Música, risotadas, y los ojos tratando de ver la rompiente como perdigueros.

-“Chauuu….mirá ese pico” señaló el chofer con su índice derecho acompañado de un volantazo que tuvo sus efectos en varios vehículos estacionados.

El famoso “Chhhaaaauuu” de Jorge expresaba algo extremo: fuera una ola, una chiquilina, o el desastre más inimaginable.

A esto corresponde el patrimonio intangible que nos pertenece.

100 % surfista. Así como nuestras pisadas en la arena, o las ocasiones de comunión con el mar, los surfistas somos tal vez representantes originarios del respeto por el medio ambiente. Nada queda cuando dejamos el agua. Salimos con la sensación del que sale del lugar al que pertenece y al cual volveremos.

Así era, (me cuesta verbalizar el pasado), el entrañable amigo.

En abril pasado, me tiré a correr unas olas en la barra del Solís Grande. Sol, agua espectacular, olas divertidas. Estaba solo.

¿Sólo? Te cuento que no, porque acostumbro decir: “Jorge, la próxima correla vos” y veo la sonrisa de gozadera del amigazo cuando empieza a remarla.






ANECDOTARIO BUSECA

El idioma, la lengua es algo dinámico. Cambia, se transforma. Se crea. Jorge Benjamín, nos legó varias de sus expresiones, que acompañaban al argot surfista de la época.

En La Aguada, venía el set y aquel decía: “ahí viene la mamona, déjamela a mí”, refiriendo con términos campestres a la fuera de serie.

Ricardo Medina en una época calculaba, el valor monetario de cada ola. Laburaba en un banco. Cuando volvíamos de Rocha, hacía cuentas y concluía:

-“esta vez, las olas me salieron menos plata que en enero, corrí más y mejor”

Jorge, basaba sus cálculos en valores ganaderos :

-“ 1 tabla son 6 ovejas, un viaje a Brasil puede salir 20 ovejas, a Hawai…chauuu…son muchas ovejitas”.


Ponía la dentadura superior sobre el labio inferior y comenzaba a mover la boca mientras escuchabas una letra “ S “, que parecía no terminar. Luego se transformaba en una “ CH”…SSSSSSSSSSSSSCHHHHHCHHHHHAAAAAAAAAAuuuuuu!!!!!!!!!!!

El famoso “Chhhaaaauuu” de Jorge expresaba algo extremo: fuera una ola, una chiquilina, o el desastre más inimaginable.

CCCCCHHHHhauUUUU contigo!!!!!

Sabías que la cosa estaba muy mal cuando decía: “gracias,muerte”

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Otra del Boussac

Esta, la contaban. Carezco de pruebas de que haya sucedido. Pertenece a los indefinidos límites entre realidad y ficción en mi parecer.

Parece que luego de la ida del Pino a las Islas, Jorge se quemaba el bocho con eso. No es frecuente vivir en el idealizado paraíso. Si un amigo está allá, querés saber.

Así que le escribió unas líneas, las puso en un sobre y marchó a enviarla.

Fue a la ya desaparecida dependencia de Correos de Av. Brasil y Chucarro.

Solicitó precio de franqueo para Hawaii, colocó las estampillas.

La señora de la oficina, le dijo:

_Disculpe, así no llega.

_¿ Por qué?

_ Mire, se olvidó de la dirección.

_ A ver...no está todo bien.

_ Disculpe, acá sólo dice Pino y abajo Hawaii...

_ Pino vive ahí, en Hawaii.

_Me parece muy bien, pero si no pone una dirección no le va a llegar.

Cuentan que el Buseca, la miró, agarró la carta, y se retiró.

Mientras salía, comentó (como para que lo oyera):

_¡¡¡¡¡¡¡¡CCCCHHHHHAAAuuuuuu, CCCCHHHHHaaaauuu con el correo uruguayo¡¡¡¡¡¡¡

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OTRA DEL BUSECA

Un día empezó a shapear. La casa del Jorge era un excelente sitio de reunión. La familia nunca objetó los variados especimenes surferos que recalábamos por allí.

Metió lija, laburo prolijo, sin ansiedades. Como la cosa venía en serio varios lo acompañábamos. Ricardo, Valentín, Mássimo, Rodi, etc.

Un día se escuchó la voz de su mamá:

-Jorgito, ¿no sabés donde puede estar la puertita de mi mesita de luz?

- No sé, mami, preguntale a las empleadas. Dijo sonriendo con una ceja levantada.

Ahí vino la risotada sofocada de todo el grupo.

Aprisionada sobre una morsa de rosca gigante, la puertita, aún con sus bisagras.

Se notaba que no era madera aglomerada, calculo palo de rosa o cualquier otra madera noble.

Con una sierra, comenzó a recortar la forma dibujada de una quilla.

Le quedó espectacular. Todavía recuerdo la foto recortada de una revista de una cola con una mínima tanga que representaba la bandera británica acompañando las curvas generosamente expuestas que le colocó en la terminación.

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Jorge Boussac.

Allá por 1973, vi a Jorge en El Emir. Olas de tormenta y un puñado de surfistas adentro.

Entre ellos se destacaba el querido amigo.

Traje de goma O´Neill y su famosa tabla : “El Zapato”.

Contaba la leyenda que antes de ser tabla corta, había sido un tablón de Clark Foam. Por diversos motivos alguien decidió recortar aquella tabla y hacerla de menor tamaño.

Según algunos había sido recortada de un tablón, por el dueño anterior, según otros (MALPENSADOS), porque era choleada.

Como consecuencia era una tabla casi sin levante Se había luego logrado una rara prolijidad con un color rojizo vino tinto. No te fueras a cruzar con ella en el agua o afuera porque era + dura que el cemento.

Recuerdo que en la nariz y en la cola se había excavado una concavidad, intentando suplir aquella recta perfecta, si uno podía mirarle solo el grosor. Los bordes eran de estrictos 90 grados. El producto resultante era extraño, pero su dueño lo hacía andar.

Una vez, lo encontré bajando del “Rápido Carrasco”. Bus de AMDET que iba del Centro a Carrasco con 6 a 8 paradas en total, se destacaba por ser un servicio veloz.

Pagabas un poco más, pero sentías que atravesabas la ciudad como un corredor de autos.

En Junio, Agosto, pintaba oleaje y arrancaba a Carrasco, La Honda, El Cine.

Regresaba empapado con una sonrisa con la cual lo recuerdo cariñosamente.

A veces lo acompañaba a su casa. Entraba “abriendo el paraguas”, ya que la mamá tenía sus opiniones con respecto al deporte de su hijo menor

-“Jorgito Benjamín Boussac Viana, dónde estabas…todo mojado, otra vez…¿no sabés que te vas a agarrar un resfrío?”. Todo esto lo decía el “Buseca”, al entrar en la casa imitando la voz materna.

A su madre, no le quedaba espacio para hablar. Recurría al lenguaje gestual cerraba los ojos, movía la cabeza, agitaba las manos, etc.

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Pocitos surf.

Con 10 años( 1964) tabla de madera y patas de rana.( Hay una foto.)

Tuve lío con el marinero de Pinamar, por intentar emular al Lalo, surfeando olas en la barra del Arroyo Pando (1964), con un tronco. Con 10 años, miraba "Hawaiian eye" y al Lalo en Pinamar.


Comencé a barrenar olas con una tabla y patas de rana ( no sabía nadar). Luego un compañero de escuela, me llamaba la atención que en lugar de dibujar temas futbolísticos, se dedicaba a diseñar tablas. Nos invitó a la playa el día que compró su 1er. tabla (DASUR), ahí los que aceptamos (Adrián y yo) pudimos pararnos luego de varios porrazos...el compañero era el flaco Fernando Bessega.(año 1966-1967), muchos le debemos nuestra iniciación.

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LA MEJOR TABLA QUE TUVE(hasta ahora....)

Esto se lo mandé a Julio Rappa, quien compró la tabla en donde Adrián la dejó a vender. Actual propietario de esa histórica tabla, con motivo del comienzo en la revista de surf “MAREAS” del espacio “Tablas históricas”.

La tienda del mercachifle fenicio Fernando en la calle La Paz.

La madre de Julio, la Dra. Marita Anido, compañera del Hospital me preguntó meses por el surf y sus peligros. Con el Dr. Pedro Garra, otro endocrinólogo fanático de la navegación y constructor de velámenes, la convencimos. Le prometí que me iba a tirar con él. Así que fuimos a la playa Brava en Punta del Este, con Julio y su familia entera. Allí le mostré las básicas.

Hace poco, se me aparece en el consultorio del Hospital Policial, con equipo quirúrgico, un médico, que me invita a escribir sobre la famosa tabla. No lo reconocí. 25 años que no lo veía, el mismísimo Julio Rappa, que la sigue conservando y usando en Punta Colorada.

Estimado colega Dr. Julio Rappa :

La tabla Willy que tenés, la trajo Willy de Santos en 1974.

Era la tabla más linda que yo había visto en mi vida. En esa época, comenzamos a correr " La Balconada" en La Paloma.

Hubo un día gigante con olas de metro y medio para arriba, y lo vi andando al Willy con ella. Recién llegado de Brasil, se estaba dando una exhibición de buen surfing, muchos nos quedamos en la orilla mirando.

Cuando salió, lo rodeamos, para hablar y verle la tabla. Clark Foam, quilla "de caja", lo cual era un lujo para la época, ya que la caja de quitar y poner las quillas, era bastante cara. Un shape acorde con lo más avanzado en diseño, en fin, para mí fue como estar al lado de la cosa más linda del mundo.

No me imaginaba que meses más tarde, iba a estar con ella en mis manos.

Imaginate un pibe que andaba con una tabla hecha por él con espuma plast y resina epoxi, con quilla de madera, pasar a eso.

Claro, me costó todos los ahorros del invierno, pero, considerando este suceso de mi vida 30 años después, me viene cómo una emoción con forma de ola rompiendo en tubo perfecto, viendo la punta de esa tabla quebrando allí...

¿Que podés hacer cuando te agarra algo pasional? Lo volvería a hacer ( todas las veces que se me presentaran).

Logré ponerle una quilla "Dolphin fin" que vino desde Hawaii. Creo que todavía está allí.

Fui el segundo dueño, ya que se la compré a Willy, antes de que se volviera a Brasil.

De la casa del Barreiro, allá en Carrasco la traje a casa, llovía pero, la alegría que tenía era tanta, que si el del Rápido Carrasco me decía que no me llevaba, me regresaba caminando y disfrutando.

En noviembre me fui a La Paloma, y sentí la comunión más perfecta a través de ella, con el océano y te diría que estaba/estoy en armonía con el Universo desde ese instante.

Meses luego, marché al Brasil con Aldo Ramírez y Leandro Méndez.

Paramos en Torres, y de allí a Imbituba.

Febrero de 1976, el mar daba por lo menos dos metros quebrando en un tubo interminable, contra el morro a mano izquierda.

¿Cuántos surfistas?...nosotros tres...eran épocas sin crowd.

El asunto es que se mantuvo 4 días así, imaginate con toda la polenta en tu cuerpo de 20 años y esa tabla.

Me entubé por primera vez ahí, claro, salía cuando ya no daba más. El cuerpo era algo, en esos momentos que no podía frenar. Pero, sólo aquella persona que lo vivió sabe lo que es.

La tabla me acompaño por cinco años, incluso salí en una revista que traía fotografías del verano de Punta del Este, allá por el año 1977-78, llamaba la atención, yo no...la tabla y la chiquilina que estaba conmigo.

La adquirió luego Adrián Antes, el oculista, colega nuestro.

Ahora está en tus manos, por tanto es una tabla 75 % médica. ( 3 de sus 4 dueños)

Saber que van a escribir sobre ella, es decirme que van a hacerlo acerca de algo muy íntimo y fantástico que me sucedió en el transcurrir de mi existencia.

Mis saludos y agradecimiento por haberme recordado todo esto,


Saludos, Dr. “Mono" Ravera

_________________________________________________________________ Las Madres.


Una vez, mi vieja, que, a pesar de tener comercios al lado, compraba en los de Benito Blanco, para cuidarnos. Al parecer se inter-comunicaban con la vieja de Ricardo. ¿Te imaginas a tu vieja, cuidándote de que te pase algo en las peligrosas aguas de Pocitos? Que vergüenza.... ¿Qué iba a hacer? Se le veía con el paraguas en plena tormenta, mientras practicábamos. Una vecina, desde el interior del almacén, agarrando la chismosa con las dos manos, nos señaló con su mandíbula y le dijo a mamá: “seguro que esos 2 loquitos no tienen madre” los 2 descerebrados en plena tormenta veraniega disfrutando como 2 cochinos éramos Rickardo y yo).

Otra madre que las pasó fue la del Flaco y Rina, alguna vez tuvo que cruzar la rambla con toallas o algún abrigo para sus criaturas que las conducían a la conocida Prefectura de Trouville.


__ Vispo y sus deslizadores.

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Conozco otros locos del surf:

Año ¿1974? Enero, caminando por la rambla de Pinamar, pasó un tipo en bici, se me pone al lado y me observó un rato, mientras hacía equilibrio con la chiva quieta. Lanas larguitas. Gafas oscuras, mentón prominente, y una sonrisa cancherita. Al final, me interrogó: “¿Vai pegar onda?”.

A la pelota, me dije,¿ como adivinó?.

-¿ y vos quién sos?

_ Pino.¿ y vos?, no te tengo visto. Ahí lo conocí, en vivo y directo.

_ Te tengo, de oídas, vos estás con los de Las Toscas, en Brasil, le repliqué.

Hicimos buenas migas. En esa primera época tenía un short Patterson y yo vamos a la playa (no había surf shops). No entendí como había inferido que yo quería ser o ya era un surfero. Lo único inconfundible era mi cabeza( con pelo), que de castaño, había virado al típico rubio surfero. Epoca en la cual no conocía que fuera del agua, ya había una tribu surfista, con rasgos reconocibles.

Me invitó a la casa de los padres en Salinas, a terminar una tabla, que realizó con recortes de foam blanco, (regalo para el hijo del gordo Tato, Marcelo).Parecía el Parque Güell de Gaudí.

-Perá un cachito, que voy a traer el aerógrafo.

Quedé encantado, iba a ver usar un aerógrafo. (Ricardo ya me había mencionado ese instrumento sofisticado.)

Apareció… con una máquina de Flit. Desagotamos el tanque del insecticida, se lavó con alcohol, le ayudé a pintarla.

No sé si estaba laburando con Homero, o con las Kameha Meha..El Tatín quedó encantado, todavía lo veo, es guardavidas en Rocha y vive allá con la vieja, a quién atiendo desde hace años como médico, así como atendí a la hija recién nacida. Pino era (es) un verdadero mejillón de bidé (sobreviviente a pesar de las más adversas circunstancias).

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SOÑANDO CON EL PARAÍSO.

El padre de Carlitos de la Fuente, le regaló una voiturette Ford del ´30. Esas cachilas de 2 asientos, 2 puertas y una valija que se abre y queda un asiento trasero, al cual se accede por un estribo en el guardabarros. La mandaron hacer de nuevo. Lo más llamativo fue transgredir los colores originales por un amarillo y azul y una calcomanía discreta que anunciaba: “ Another California Hut Pizza, please.”

Ayudé a cargar el cachilo con 3 aventureros que se dirigían al “Far East”.

Los viajes anteriores habían sido obligados, en AFE (la ONDA no te llevaba las DASUR). Coche propio o prestado, ni en los más alocados sueños.

¡Que imagen, recortada en el atardecer pocitero¡ La Royal Hawaiian de matt y sin alma de Carlitos de la Fuente, La USA Corky Carroll de Adrián Antes y la de J. Cabell del Fernando Bessega, puestas de punta con las quillas para arriba. Escuché clarito” California Dreamer”. Que felicidad, salpimentada por los jocosos comentarios de aquellos amigos.

Disfrutaba, aunque me tuviera que quedar.

“La primera, corranla por mí…” Fue mi deseo como fan de aquellos deportistas.

El vehículo desapareció, en la lomita de Kibón y me prometí que un día iba a ser un surfer también.




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Hubo tablas, para mí, inolvidables.

Una que usaba Raúl Solana, aseguraban haberla fabricado con una puerta hueca con marco y vigas internas, rematada con 2 planchas de compensado. Se rellenó con espuma-plast, se hizo el borde con madera, se obtuvo algo de impermeabilidad con clavos de cobre, tela y pintura. La quilla creo que era de aluminio (debería preguntar a Raúl si el shaper no era Rodi)

La de Christian. Un tablón que había fabricado Vispo. Los golpes descubrían ( como el pico de un arqueólogo) los secretos alquímicos de su fabricación. Se podía constatar espuma plast y partes de viejos periódicos embadurnados con cola de encuadernación. La resina plástica era incompatible con la espuma, salvo la epoxi, por tanto se solucionaba el problema con ese proceder.

La evolución del diseño, las novedades que llegaban con meses de atraso en una revista, hacían idealizar lo nuevo, en detrimento de lo ya conocido.

El resultado era el recorte, la adaptación y el ingenio.

En Pinamar, los hermanos Lago y Luigi Braselli, mostraron un relleno poliuretánico de color celeste. Lo había traído el Sr. Lago de su trabajo, según recuerdo, parece que venía protegiendo una maquinaria o alguna otra cosa.

Lo tanteamos, flotaba, se podía lijar. En esa época fue milagroso dar con eso. Se pegaron los trozos y salió una tabla flotona y dura. Finalmente la adquirió Joselo Domínguez.

El Canario realizó un swallow en su Micairi, Carlitos de la Fuente cortó la Royal Hawaiian y la hizo twin fin, Marcelo Fortunatti, hizo cambios en la cola de la tabla que le compró al flaco Salvo. (en algunas anduve, en ésta de Salvo, en una tormenta en Pocitos…cómo andaba).

Esta etapa fermental de la historia surfista, en retrospectiva muestra que el surfing uruguayo se cimentó en una pasión deportiva que debe destacarse. La película “Náufrago” de Tom Hanks, da una idea de los recursos materiales disponibles y la necesidad de ir a más.

Es posible, que alguien opine que esto no es más que la “cultura del alambre” (los criollos arreglamos casi todo con una reparación provisoria-permanente).

Debemos asegurar que la evolución del deporte, traspasó eso, no se quedó allí.

Lo que deseo es que no afloje es el espíritu de libre acción, de comunión con el mar

Simplemente porque te gusta, te tirás. A veces hay gente en la playa y otras no, sin embargo el surfista en Uruguay ha pasado a integrar la población marina, como los pescadores, las gaviotas, los peces. Que siga existiendo el free surfer.

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   La Kalakakui

Fuera del agua, la interacción social de Jorge más apreciada era el cargue de cuanta minita pasara por la puerta de la casa.

En una de esas, quedó como perro con 2 colas ya que conversando con una vinieron 5 amigas. La red de pesca se me va a romper decía, que bueno, mañana vienen a escuchar música, chauuu.

Vino una chica que no conocíamos, parecía una de las mujeres tahitianas de Gauguin.

Era una de las hijas del embajador de Guatemala. Pelo renegrido lacio, largo, muy mona.

Se presentó como Patricia. Al rato, el Buseca, empezó a mirarla y se sonreía.

-“Chauu contigo pareces la hermana de Buttons”

-“¿ y ese quién es?

-“aahhh chaauuu, es el Kaioukalani, un surfista hawaiano, así que ahora sos la Kalakakui…”.

La dejó medio sorprendida, pero se sonrió y lo aceptó.

Cuando se integró a la barra, ella misma si te llamaba decía soy la Kalakakui


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“…en mis recuerdos hay un blanco, blanquísimo, de arenas suaves, casi impalpables, y un verde esmeralda de las aguas que rompían en bulliciosas palmaditas al llegar a la orilla, plashhhh….y un suave sonido aspirante cuando la ola se retiraba. Me preguntaba cómo habría hecho Dios ese mecanismo tan coordinado y perfecto…”

( “ Pocitos de Pereyra p´abajo” - J.J.Ravera. Libros del Astillero.1997)

(Esto lo escribió mi padre, en uno de sus libros, recordando su niñez en la playa.)







LOS SURFIN´CAMPS.

De entrada, teníamos una base. Adrián Antes, Carlitos de la Fuente y yo habíamos sido boy scouts (ayudábamos a las viejecitas a cruzar la calle y hacíamos mandados sin cobrar). La organización de todo lo inherente a pasarla cómodos al aire libre, la teníamos incorporada. Excursiones scout en canoa por el arroyo Pando (desde la ciudad homónima), con refugios hechos con ramas, hojas, y elementos que llevábamos en la mochila.

Por tanto, caer en La Paloma, era re-crear toda nuestra experiencia scout, incluida la comida balanceada.

El 1er. Campamento fue en La Aguada.

Adrián, Carlitos, Leandro, Ricardo, su hermano Luis, el Braille y yo.


Carpa prestada de la 2da guerra, sin piso. (del viejo de Mercedes Iglesias).

Ubicada según el cosmos que nos iba a cobijar. (viento, lluvia, sol, insectos, etc.)

Labramos las canaletas, previendo lluvias. Desagües, basura, fogón, áreas delimitadas y prolijas.

El grupo comenzó a interactuar. Los ex-scouts, remontamos la calle hacia la vía del tren, lugar donde se erigía el comercio “Almacén Tairoa”, en la busca de agua potable.

Al regresar cambiamos opiniones con respecto al menú.

La preocupación de Adrián y la mía (scouts y estudiantes de medicina) era evitar trastornos en la estadía por algún imprevisto, diarreas, etc.

Al llegar, Leandro, y los otros rodeaban la olla que hervía con arroz.

-¿Dónde consiguieron el agua…...van a cocinar el arroz sin sal?

-Andá, que sabrán ustedes de esto. Insolándose cuesta arriba, a dejarse robar por Tairoa., contestó el Leandro.: “Matamos 2 pájaros de un tiro, lo hicimos con agua de mar.”

¡Pensar que mis viejos me dijeron que me cuidara del mar¡

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