GUÍA PARA EL ANÁLISIS DE CASOS EN ÉTICA PARA

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Guía para el análisis de casos en ética

Guía para el análisis de casos en ética


Para articular la interpretación rigurosa de las teorías éticas con su aplicación a situaciones concretas en las que nuestras creencias son examinadas y confrontadas a la luz de los principios morales que las sustentan, la metodología del análisis de casos resulta útil ya que exigen del estudiante y del docente la reflexión y deliberación sobre situaciones concretas con vistas a la toma de decisiones sobre el curso de acción que se debería seguir y la justificación del mismo.

En ese proceso de deliberación y justificación moral deben tenerse en cuenta los posibles cursos de acción, principios y justificaciones que deben ser ponderados con los que cada uno seguiría para el tratamiento del caso. Allí, no solamente se entra en contacto con los otros y sus circunstancias, sino que se indaga sobre cuál sería la mejor justificación y línea de acción a seguir.

Para el desarrollo y la evaluación del análisis de casos en las clases de ética se pueden identificar al menos cinco criterios: 1) la consistencia en la argumentación; 2) la identificación de los dilemas o problemas morales que se encuentran en la situación descrita; 3) el análisis de las circunstancias o hechos; 4) la viabilidad del tratamiento del caso; y 5) la justificación o razonamiento moral que se haga del mismo. Estos criterios serán explicados con más detalle a continuación.

  1. Consistencia en la argumentación:

Una argumentación es consistente cuando la conclusión, en este caso una decisión, se deriva de las premisas que se aducen para justificarla.

En términos generales, una argumentación es consistente cuando las premisas que se aducen para justificar una decisión son necesarias y suficientes. Así por ejemplo, alguien que asume como principio la idea de que todos los seres humanos son iguales sin distinción de raza, sería inconsistente si toma una decisión en la que humilla a una persona por el hecho ser de una raza distinta. Otro aspecto de la consistencia tiene que ver con que no haya una contradicción lógica entre los argumentos aducidos. Así si alguien afirma que todos los seres humanos son fines en sí mismos y después afirma también que los seres humanos son instrumentos y no fines, está incurriendo en contradicción lógica.

  1. Identificación de los problemas y los dilemas morales:

Un juicio moral ponderado es aquel que parte de una adecuada descripción de la situación frente a la cual se tiene que tomar una decisión.

Para realizar el ejercicio de ponderación es fundamental desarrollar la competencia de identificación y formulación de los conflictos morales que pueden presentarse en las distintas situaciones tanto de la vida personal y profesional, como en el ejercicio de la ciudadanía

En términos generales una situación problemática es aquella en la que no hay certidumbre sobre el posible curso de los acontecimientos. Siguiendo a John Dewey, en el terreno de las ciencias en general, la investigación parte de una situación problemática o indeterminada que en términos generales es aquella en la que los agentes involucrados no saben cómo los distintos elementos de esta se encuentran conectados. Ahora bien, formular un problema no consiste meramente en expresar las dudas que uno tiene, sino más bien en identificar las dificultades que la situación genera en los involucrados. De manera análoga, las situaciones moralmente conflictivas son situaciones reales que los sujetos morales se ven avocados a enfrentar.

A diferencia de otro tipo de situaciones, una situación moral se caracteriza por: 1) lo que se indaga es sobre lo que se debe o se debió hacer en unas circunstancias determinadas, y 2) en ella hay un conflicto entre diferentes demandas morales que afectan a varias personas, aunque hay casos en los que el conflicto se da en el fuero interno de un solo agente moral.

El foco de discusión de una situación conflictiva moralmente, radica en que para cada una de las alternativas disponibles los agentes afectados tienen razones morales de peso tanto para seguirlas como para dejarlas de lado. Este tipo de situaciones es dilemática, pues cualquiera que sea la alternativa que el agente escoja ésta podrá juzgarse como justa o injusta de acuerdo a la razón moral que se esté utilizando para justificarla.

En términos generales una descripción de un dilema o conflicto moral debe contener los siguientes elementos: 1) Identificación de todos los agentes afectados por la situación; 2) establecer las alternativas disponibles y la manera en que estas afectan a los intereses de los agentes; 3) identificar las demandas morales en conflicto que cada agente puede aducir para justificar sus intereses.

  1. Análisis de las circunstancias:

En el análisis del caso se deben tener en cuenta las circunstancias y hechos que conforman el contexto del dilema moral para proponer una posible forma de abordar el mismo. Esto exige una reflexión sobre los hechos del caso y la forma en que estos inciden o afectan a los agentes. Un paso necesario para acercarse a las circunstancias y hechos del caso es el uso de fuentes y teorías confiables para fortalecer su argumentación y conocer mejor las circunstancias que serían determinantes para el problema que se pretende analizar.

  1. Viabilidad

Este elemento tiene que ver con la decisión que se va a tomar. La línea de acción que se escoja debe tener en cuenta los condicionamientos fácticos, legales, sociales o económicos que, dadas las circunstancias que están involucradas en el caso, deben ser tenidas en cuenta para que el análisis no caiga en ingenuidades o propuestas extremas que no son posibles en el contexto donde se desarrolla la problemática moral.

  1. Justificación del caso

Al realizar el ejercicio previo de identificar los problemas morales que se encuentran en la situación descrita en el caso y examinar con atención las circunstancias involucradas en el mismo, contamos con los elementos básicos para comenzar el proceso de justificación moral.

La justificación moral se refiere a las razones que aducimos con respecto a lo que deberíamos hacer frente a una experiencia en la que encontramos problemas o dilemas morales; a la demostración, ante un caso o una situación problemática, de las razones para mantener una postura o para demandar una línea de acción sobre otras.

Ahora bien, la evaluación y justificación de nuestros juicios va más allá de la exposición de nuestras creencias o intuiciones morales, ya que puede suceder que éstas no sean suficientes para demostrar que es mejor actuar de un modo y no de otro, o que no sean relevantes o aplicables al caso. Más bien, tiene que ver con un proceso en el que nuestras creencias son examinadas y evaluadas a la luz de los principios que sirven para sustentarlas y que pueden ser especificados. Dado que los hechos son complejos y que pueden existir diversas formas de interpretarlos, los principios que podrían sustentar el posible curso de acción a seguir pueden ser variados e incluso contradictorios entre sí. ¿Cómo escoger el principio que mejor se adecue a las circunstancias concretas del caso? ¿Cómo determinar cuál es la mejor vía de acción a seguir?

En una sociedad pluralista en la que se valora la diferencia y no se privilegia ninguna concepción del bien sobre otra, partir de unos ciertos principios inamovibles para responder a las situaciones concretas, no parece ser una respuesta adecuada. La pluralidad entraña diferentes perspectivas sobre qué principios son mejores, y responde con esta diversidad ante las novedades sociales y económicas que cambian la cotidianidad de las personas. Por otra parte, partir exclusivamente de la experiencia, de los acuerdos y prácticas sociales preexistentes para generalizarlos y convertirlos en principios, puede conllevar una aceptación dogmática o irreflexible del statu quo.

La noción de equilibrio reflexivo propuesta por John Rawls, intenta mediar entre la preeminencia dada a los principios y reglas morales y la experiencia concreta como criterio para la justificación moral. Rawls afirma que debemos partir de aquellos juicios sobre lo correcto y lo incorrecto que nos resultan paradigmáticos: un conjunto determinado de creencias e intuiciones que inicialmente son aceptables sin una base argumentativa. Estas intuiciones o creencias son las que utilizamos en la vida diaria cuando juzgamos una situación, evaluamos los comportamientos de los demás y de nosotros mismos, y son los que muchas veces nos llevan a decidir tomar un curso de acción y no otro. Sin embargo, a pesar de nuestro constante uso de creencias e intuiciones, es posible que la mayor parte de las veces no hayamos reflexionado sobre ellas ni sobre los principios que las sustentan. El proceso de justificación moral debe partir de dichas creencias, pero luego debe proseguir con la disposición a revisarlas y a considerar que éstas no son estáticas, ya que de lo que se trata aquí es de pulir y ajustar nuestras intuiciones morales de manera que coincidan y se correspondan con los principios y las teorías morales.

Este ajuste se realiza a partir de relacionar dialécticamente la experiencia moral concreta y particular con las teorías morales generales. La primera es usada para probar, corroborar y revisar las teorías, mientras que la segunda nos sirve como una guía de la experiencia, como un indicador de lo que deberíamos hacer.

Otra parte importante del ajuste entre juicios concretos y juicios generales, es la consideración de los distintos puntos de vista que asumen las diversas posiciones que están involucradas en la situación, la manera como desde distintas intuiciones morales y desde distintos principios podría abordarse la situación moralmente problemática. Esto hace referencia a la ampliación del modo de pensar, lo que se logra cuando nos sobreponemos a las condiciones subjetivas del propio juicio y asumimos un punto de vista universal, esto es, un punto de vista que se logra cuando nos colocamos en el punto de vista de los otros. Esta condición requiere que los principios o creencias de un sujeto sean susceptibles al cambio o a su reformulación al tener en cuenta los aportes que puedan dar los distintos puntos de vista.



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