Celebración Penitencial
Ritos iniciales
Mientras los ministros hacen su entrada, se puede optar por lo siguiente: o un canto apropiado, o este fragmento responsorial:
Monitor: Tú amas a todos los seres
y nada aborreces de lo que hiciste;
Tú olvidas los pecados de los que se convierten y los perdonas,
porque tú eres el Señor nuestro Dios.
Asamblea: En tu misericordia he puesto mi confianza. Alégrese mi alma en tu salvación y cante al Señor, que me ha beneficiado.
Celebrante: Hermanos, elegidos por el Padre antes de la creación del mundo para ser en Cristo santos e inmaculados en su presencia, en la caridad: gracia y paz a todos vosotros (cf Ef 1,4).
Monitor: Toda la vida cristiana es como una gran peregrinación hacia la casa del Padre, del cual cada día se descubre su amor incondicional por todas la criaturas, y por el hijo descarriado, el hijo pródigo.
En esta cuaresma podemos todos emprender un camino de auténtica conversión.
Que esta liturgia de reconciliación nos ayude en este camino, refuerce nuestra vigilancia y nos conduzca al Padre.
Celebrante: Oremos (momento de silencio)
Despierta tu poder, Señor,
y con tu gran fuerza socorre a tus fieles.
Que tu gracia venza las resistencias del pecado y apresure el momento de la salvación. Por Cristo Nuestro Señor.
Momento de la Palabra
1 Lectura: “Tú, Señor, eres nuestro Padre” (Is 64, 4-8).
Salmo Responsorial
Evangelio: “Convertíos, porque el reino de Dios está cerca” (Mt 3, 1-12).
Homilía (opcional)
Esquema para el examen de conciencia
¿Me reconozco, en la presencia de Dios, como falto de conversión?
¿Me doy cuenta de que reconocer mis pecados, además de ser un acto de lealtad y de valentía, me ayuda a reforzar la fe?
¿Mi corazón está orientado de veras hacia Dios?
¿Es sólida mi fe en Cristo Señor, el que nos ha revelado el rostro del Padre?
¿He procurado comportarme; en todo y siempre; en la verdadera libertad de los hijos de Dios, o me he dejado esclavizar por mis pasiones o mi egoísmo?
¿Qué espacio he dado ala oración en mi vida?
¿He sabido ofrecer a Dios mis ocupaciones, mis alegrías y sufrimientos?
¿He santificado el día participando activamente en la Misa? ¿He dado antitestimonio o escándalo con mi modo de obrar o de pensar?
¿Qué aprecio concreto he tenido para los valores fundamentales, como el respeto ala vida ya la familia?
¿Qué atención he tenido para con los pobres?
Rito de la Reconciliación
Monitor: Hermanos, confiemos a Dios nuestra voluntad de conversión. Que él, Padre misericordioso, nos purifique de nuestras infidelidades e incoherencias.
Celebrante: Reconocemos tu amor de Padre:
Todos: Cuando doblegas la dureza del hombre.
Cuando lo vuelves disponible a la reconciliación.
Cuando apaciguas las luchas y las discordias.
Cuando los enemigos se vuelven al diálogo.
Cuando hay unión de todos los hombres y pueblos.
Cuando acaba el odio y el rencor.
Cuando haces que el hombre tenga visión de futuro.
Cuando todos profesan la misma fe sinceramente.
Celebrante: Padre misericordioso, nos has dado a tu Hijo como Redentor.
Todos: En él has manifestado tu amor.
Él tuvo predilección por los pobres y pequeños.
Amó los enfermos, marginados y desvalidos
Estuvo a bien con todos los hombres
Estuvo abierto a nuevas formas de hacer y necesidad.
Nos llevó a Ti.
Celebrante: Y ahora, con las palabras de Cristo Señor, dirijámonos a Dios Padre misericordioso, para que acoja nuestro arrepentimiento, perdone nuestros pecados y acompañe nuestros propósitos.
PADRE NUESTRO…
Oremos:
Oh Dios, que al principio creaste la luz
Para disipar las tinieblas del mundo.
Haz brillar sobre nosotros el esplendor de tu gloria,
Cristo tu Hijo.
Que su venida venza las tinieblas del mal
Y nos presente ante el mundo como hijos de la luz.
Por Cristo Nuestro Señor.
Confesión y absolución individual
Los confesores están en sus lugares respectivos. Hay un tiempo de confesión. Una vez acabadas, el sacerdote presidente invita a todos los presentes a la acción de gracias. Se canta el Magníficat, canto de gratitud de María al Padre. Después de éste, concluye con la acción de gracias con una oración del ritual de la penitencia, n. 137.
Dios omnipotente y misericordioso,
Que admirablemente creaste al hombre
Y más admirablemente aún lo redimiste.
Que no abandonas al pecador,
Sino que lo acompañas con amor paternal.
Tú enviaste tu Hijo al mundo
para destruir, con su pasión, el pecado y la muerte
y para devolvernos, con su resurrección,
la vida y la alegría.
Tú has derramado el Espíritu Santo en nuestros corazones,
para hacernos herederos e hijos tuyos.
Tú nos renuevas constantemente
con los sacramentos de salvación
para liberamos de la servidumbre del pecado
y transformarnos, de día en día,
en una imagen cada vez más perfecta
de tu Hijo amado.
Te damos gracias
por las maravillas de tu misericordia
y te alabamos con toda la Iglesia
cantando para ti un cántico nuevo
con nuestros labios, nuestro corazón y nuestras obras.
A ti la gloria por Cristo en el Espíritu Santo, ahora y por siempre.
AMÉN.
Conclusión
Monitor: Hemos celebrado el rito de la reconciliación, hemos sido
regenerados por el perdón del Padre, con la paz que todos nos
deseamos, pedimos al Señor que nos ilumine, guíe en este camino
hacia la Pascua.
Celebrante: El Señor nos bendiga,
pues nos engendró para la vida eterna. AMEN .
El Hijo nos conceda la salvación,
pues murió y resucitó por nosotros. AMEN.
El Espíritu Santo nos santifique,
pues fue derramado en nuestros corazones
y nos llevó por un camino recto. AMEN.
Y la bendición de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo
descienda sobre vosotros. AMEN
Podéis ir en paz.
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