TÉCNICAS NARRATIVAS EN LA NOVELA EL NARRADOR OMNISCIENTE SE

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TÉCNICAS NARRATIVAS EN LA NOVELA REALISTA

TÉCNICAS NARRATIVAS EN LA NOVELA


El narrador omnisciente se combina con diferentes perspectivas de los personajes. Las intervenciones de los personajes pueden adoptar la forma del estilo directo, indirecto o indirecto libre. En ocasiones se usa incluso el monólogo interior. Veamos en qué consisten:


Estilo directo: se reproducen las palabras o pensamientos del personaje tal como se supone que los formula. Se emplea un verbo introductorio (a veces se omite para agilizar el paso de la narración al diálogo). Este verbo suele ser: decir, responder, apuntar, alegar, comentar, etc. (verbos de lengua o pensamiento). Se utilizan dos puntos y/ o comillas o guiones para introducir las palabras del personaje:


Juan preguntó: “¿Vendrá Pedro? / Juan aseguraba: - Mañana iré. / Me dije: “Esto no tiene arreglo”. / Se arrepintió de sus sospechas y pensó: “Confiaré en ella, tengo que confiar”.


Llevaba poco más de un año de música con don Luis cuando me pasó una cosa extraordinaria. Después de salir de clase, me paré ante el escaparate de Calzados Faustino, en el Cantón. Estaba allí, con mi maletín, mirando aquellos zapatos como quien mira una película de Fred Astaire,  y se acercó un hombre muy grandote, calvo,  la frente enorme como el dintel de una puerta.

¿Qué llevas ahí, chaval?  me preguntó sin más.

¿Quién, yo?

Sí, tú. ¿Es un instrumento, no?

Es un saxo.

¿Un saxo? Ya decía yo que tenía que ser un saxo. ¿Sabes tocarlo?

Recordé la mirada paciente del maestro. Vas bien, vas bien. Pero había momentos en que don Luis no podía disimular y la desazón asomaba en sus ojos como si, en efecto, yo hubiese dejado caer al suelo una valiosa pieza de vidrio.

Sí, claro que sabes  decía ahora aquel extraño que nunca me había escuchado tocar.  Seguro que sabes.

                                                                               (MANUEL RIVAS: ¿Qué me quieres, amor?)


Desconcertado, sabiendo que los niños esperaban una explicación inmediata, José Arcadio Buendía se atrevió a murmurar:

Es el diamante más grande del mundo.

No –corrigió el gitano–. Es hielo.  

(García Márquez: Cien años de soledad)


Estilo indirecto: se modifican los verbos, los determinantes, los pronombres… al reproducir las palabras o pensamientos del personaje porque la perspectiva es la del narrador, no la del propio personaje. No se emplean dos puntos ni comillas, sino un nexo (que o si) subordinante:


Juan preguntó si vendría Pedro / Juan aseguraba que iría al día siguiente. / Me dije que aquello no tenía arreglo. / Se arrepintió de sus sospechas y pensó que confiaría en ella, que tenía que confiar”.


Después, mientras se secaba, el forastero le suplicó con los ojos llenos de lágrimas que se casara con él. Ella le contestó sinceramente que nunca se casaría con un hombre tan simple que perdía casi una hora, y hasta se quedaba sin almorzar, sólo por ver bañarse a una mujer”. (Cien años de soledad)



Estilo indirecto libre: es una fórmula que se utiliza en narraciones literarias. Utiliza la estructura del indirecto pero eliminando el nexo. Al igual que en el estilo directo, hay a menudo pausa delante de las palabras o pensamientos del personaje (que es lo que aparece en indirecto libre), pero a diferencia de los otros dos estilos, falta el verbo introductor (o, como mucho, aparece después). En algunos casos, se mantienen las comillas para facilitar la interpretación del lector:


¿Vendría Pedro? Juan se lo preguntaba. / Estaba seguro. Iría mañana. / Se arrepintió de sus sospechas: confiaría en ella, tenía que confiar.


El joven poeta está componiendo un poema largo, que se llama Destino. Tuvo sus dudas sobre si debía poner El destino, pero al final, y después de consultar con algunos poetas ya hechos, pensó que no, que sería mejor titularlo Destino, simplemente. Era más sencillo, más evocador, más misterioso. Además, así, llamándole destino, quedaba más sugeridor, más... ¿cómo diríamos?, más impreciso, más poético. Así no se sabía si quería aludir al destino, o a un destino, a destino incierto, a destino fatal o destino feliz, o destino azul o destino violado. El destino ataba más, dejaba menos campo para que la imaginación volase en libertad, desligada de toda traba”. (Camilo José Cela: La colmena)


Monólogo interior: Técnica mediante la cual se da a conocer directamente el pensamiento no pronunciado del personaje. Éste manifiesta su interioridad. Si además lo hace en desorden, con asociación libre de las ideas, hablamos de Flujo o corriente de conciencia (ésta última es propia de la novela contemporánea, posterior al Realismo). En cualquier caso, se suele emplear una sintaxis poco estructurada, para reflejar cómo se van hilvanando los pensamientos en la conciencia.


Laura enseguida me lo nota. Has estado de servicio. Y es que no lo aguanto, se me hunden los ojos y tardo tres días en reponerme. Tomaré otra píldora. Gracias a que sé tomar las píldoras sin agua y no como esos que se atragantan. A lo mejor es que tienen la garganta atrofiada. Y ya me está viniendo el latigazo a la cabeza. Tengo que convencerla de que en Alicante, tomando el sol en la tripa…


TEXTO:

[...] el día que estábamos tumbados entre los rododendros en Howth Hesd con su traje gris de tweed y su sombrero de paja yo le hice que se me declarara sí primero le di el pedazo de galleta de anís sacándomelo de la boca y era año bisiesto como ahora sí ahora hace 16 años Dios mío después de ese beso largo casi perdí el aliento sí dijo que yo era una flor de la montaña sí eso somos todas flores un cuerpo de mujer sí ésa fue la única verdad que dijo en su vida y el sol brilla para ti hoy sí eso fue lo que me gustó porque vi que entendía o sentía lo que es una mujer...        (JAMES JOYCE: Ulises)


EJERCICIO: Ten en cuenta que sólo debes modificar los fragmentos que reproducen palabras o pensamientos del personaje, no el texto del narrador.

a) Pasa a estilo indirecto: La chica comentó, eufórica: “No tengo nada que ocultar porque mi amor es sincero; mírame a los ojos y lo sabrás ahora mismo”.

b) Pasa a estilo directo: Ana estaba pensando que el domingo podía ser un buen día para encontrarse con sus amigos, antes de que le dijeran que se marchaban del pueblo.

c) Pasa a estilo indirecto libre: Otro problema se le vino a la cabeza: “Tengo que hacer las paces con Juan hoy mismo”./ “El inspector nunca había tenido tan clara la solución de un crimen; pensó que la había matado su marido.”





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