LA VACUNACIÓN ANTITUBERCULOSA CON EL BCG CHATTÁS ALBERTO RESUMEN








La vacunación antituberculosa con el BCG

La vacunación antituberculosa con el BCG.

Chattás, Alberto


Resumen y conclusiones:

En este trabajo se estudia el problema de la vacunación antituberculosa con la vacuna Calmette-Guerin. Después de revisar la experiencia mundial, se expone la labor hecha con el B. C. G. en Córdoba.

Desde 1935 que se instalo el laboratorio para. el cultivo, estudio experimental y preparación de la vacuna con el bacilo Calmette-Guerin, se llevan vacunados en esta capital mas de 9.000 niños. El laboratorio de B. C. G. con que cuenta el Instituto de Tisiología de Córdoba, reúne todas las condiciones exigidas por Calmette para esta clase de trabajos. Una sección del Dispensario Transito Cáceres de Allende es destinada al control de los niños vacunados. La vacunación inicial se aplicó a niños de ambientes tuberculosos; mas tarde, se extendió a recién nacidos en el Instituto de Maternidad, donde hasta la fecha recibieron el B. C. G. alrededor de 4000 niños. Hemos empleado todas las vías (la bucal, subcutánea, intradérmica, la multiputura y las escarificaciones'), la vacunación la realizamos dentro de la primer semana de vida del niño.

En los recién nacidos de la Asistencia Publica se vacuno también mas de 3.500 niños empleadores la vía bucal y la intradérmica. Los niños vacunados en otros centros como ser Casa Cuna, Maternidad del Hospital San Roque, y en algunos centros médicos de la provincia y fuera de ella, suman también un numero _importante. El control de los calmetizados esta centralizado en el Instituto.

La comparación hecha de las distintas técnicas así como de las dosis usadas, deja deducir las ventajas de unos métodos de vacunaci6n sobre otros. La investigaci6n de la sensibilidad a la tuberculina permite concluir que responden positivamente en un porcentaje mayor, los niños que recibieron el B. C. G. por vía subcutánea (58.8 %), frente a aquellos vacunados por vía bucal (50 %). La vacunación por vía intradérmica dio por resultado un porcentaje mayor de niños que respondieron positivamente (.69.58_. comparados con aquellos vacunados por vía bucal y subcutánea. El método de la multipuntura y de las escarificaciones nos di6 una aparici6n mas preeoz de la alergia en el niño vacunado (de 7 a 27 dias) ; despues de 3 meses responden en forma positiva un porcentaje mas elevado comparado con el obtenido por otras técnicas (70 a 100 %). Sin embargo, la experiencia de Arlindo de ASSTS y Chaussinand con la vía bucal, que obtienen un porcentaje muy elevado de alérgicos y la experiencia hecha por el Instituto, usando la vía intradérmica en la Maternidad del Hospital San Roque, al obtener casi un 100 0/o de respuestas positivas alrededor _de1.-mes en los vacunados, hacen ver que aun no esta resuelto cual es la vía de elecci6n para vacunar con B. C. G.

Otro hecho que también condiciona el porcentaje de positivos en la respuesta alérgica es la dosis del B. C. G. empleada, cualquiera sea la vía usada. Con la vía bucal se usó durante muchos años 0.01 gr. de B. C. G. en 2 cc. de vehículo ; luego estas dosis fueron aumentadas, usándose 5 centigramos, 10 centigramos y 20 centigramos, sin provocar trastornos y obteniéndose respuestas alergias en forma mucho mas constante. Igualmente en la vía subcutánea se comenz0 con 0.02 de milig. hasta alcanzar r02 de milig: j Por vía. intradérmica las dosis fueron aumentando progresivamente desde 0.02 hasta alcanzar la dosis de 0.15 ngm. que es la que se usa en la actualidad en el trabajo de rutina en el Instituto. Otro hecho que puede también haber contribuido al mejoramiento de los resultados, es que en la primera época de la vacunación se casaba cultivos de 4 a 5 semanas, en la actualidad se usan cultivos de dos semanas; y menos aun.

Las ventajas de la vía intradérmica deducidas de la experiencia en el Instituto, están reflejadas no solamente porque demanda una sola inyección para administrar el B. C. G., sino también porque determina resultados mas constantes ; la vía bucal obliga `a distraer por tres veces al personal encargado de administrar el B. C. G. ; la vía subcutánea es de una técnica fácil, pero tiene el inconveniente de provocar a veces algunos absceso y la producción de la alergia no es tan constante. La multipuntura y ]as escarificaciones como método de vacunación por el B. C. G. es recomendable para usar en los medios infectados, porque exige un aislamiento mas corto, ya que por lo general el periodo pre-alergico es de menos días.

El estudio comparativo hecho entre un grupo de niños alérgicos por el B. C. G. y otro de niños alérgicos por la infección tuberculosa, ambos grupos en contacto con fuentes de contagio, nos permiti6 ver que los vacunados están dotados de una mayor resistencia frente a la infección virulenta, resistencia que esta reflejada en la escasa frecuencia entre los

_ calmetizados de hallazgos clínicos y radiológicos. En los vacunados, la alergia necesita para ponerse de manifiesto, Tuna mayor concentración de tuberculina. El menor porcentaje de hallazgos positivos en la investigación del bacilo de Koch en el contenido gástrico habla, al igual que lo interiormente expuesto, en favor de un comportamiento mejor frente a la. infección virulenta de los niños vacunados. En el estudio radiológico hecho en inks de 400 calmetizados, se observo imágenes normales en un alto porcentaje (54,9 % a 88.9 %) y ]as alteraciones radiologicas ganglio-pulmonares, eran escasas y excepcionalmente indicio de lesiones graves (de .1 a 4

Del estudio de los tres vacunados fallecidos por tuberculosis, se pudo concluir que una infección masiva ha contagiado al niño en el periodo prealergico vacunal o después de haberse extinguido la alergia. Otros cincuenta y tres vacunados fallecidos por las causas mks diversas, no demostraron tener lesiones tuberculosas o alteraciones de alguna índole que se pudiera imputar al B. C. G.

El estudio efectuado en los revacunados, permitió concluir que con la administración de una nueva dosis de B. C. G. hecha a un niño que hubiera perdido su sensibilidad a la tuberculina, permite mantenerlo constantemente alérgico.

En vista de la experiencia mundial sobre la ventaja que reporta la presencia de la alergia en un individuo, cuando esta es conferida par el B. C. G.; seria la vacuna CalmetteGuerin el recurso ideal para realizar la profilaxis de la tuberculosis.

El estudio de la vacunación hecho entre aquellos individuos de ambientes tuberculosos que fueron calmetizados, permite concluir que el B. C. G. es una vacuna preventiva de la tuberculosis, capaz de crear en el que la recibe una alergia que se podría analogar en sus ventajas a la que produce la infección virulenta, pero no determina ni enfermedad tuberculosa evolutiva ni lesiones en el punto de inoculación o a distancia que puedan resultar perjudiciales; dicho en otras palabras, es una vacuna inocua y eficaz.

En la actualidad predomina la opinión . de efectuar el B. C. G. en masa en todos los recién nacidos o individuos alérgicos, porque el contagio es imprevisible; no se debe por lo tanto excluir de los beneficios de la calmetizacion a ningún niño.

Para mayor éxito de la vacunación se debe procurar la creación de una organización centralizada en un Dispensario, que retina como mínimo los siguientes elementos de trabajo; tin servicio que consultación para los niños vacunados dirigido por tin pediatra-tisiologo y un cuerpo de visitadoras conscientes de su responsabilidad, capaces no solamente de efectuar la vacunación en las mejores condiciones, sino también de presumir la existencia de fuente de contagio en el ambiente familiar. Un servicio de radiología que permita realizar en buenas condiciones el trabajo de retina; tin laboratorio clínico y bacteriológico y lo mas fundamental el laboratorio del B. C. G. que debe funcionar aislado de los otros, donde el cultivo del B. C. G. v la preparación de la vacuna se realicen en ]as condiciones optimas establecidas por los creadores del método. Una falla en cualquiera de estos engranajes, del personal técnico o de las enfermeras, ]as que deben trabajar en equipo y en forma sincronizada, impedirá que los resultados obtenibles con la vacunación puedan ser eficientes.

Como lo expresa Saye, "la necesidad de una colaboración entre médicos, parteras, enfermeras, visitadoras y sobre todo de los familiares del vacunado, es fácil comprender ".

El B. C. G. provoca en los sujetos vacunados, modificaciones que lo ponen en un mejor grado de resistencia frente a una infección virulenta. La mayoría de los investigadores sostienen que el momento desde el cual un vacunado esta en mejores condiciones de resistir los contactos infectantes estaría determinado por la presencia de una respuesta positiva cuando se investiga la sensibilidad del mismo a la tuberculina.

El use del B. C. G. no excluye los otros métodos de la profilaxis antituberculosa ; por el contrario, los otros recursos de lucha deben ser empleados y así el calmetizado podrá tener a la par, las ventajas que le reportan las otras medidas ya conocidas (aislamiento de las fuentes, etc.) y la inmunidad que le confiere el B. C. G.







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