EL ÉXODO DE PERSONAL MILITAR DE LAS FUERZAS ARMADAS








El retiro militar


EL ÉXODO DE PERSONAL MILITAR DE LAS FUERZAS ARMADAS: SUS CAUSAS.


Comodoro ® Oscar Bahamondes.


El Comodoro ® Oscar Bahamondes, integrante del Centro Aeronáutico de Estudios Estratégicos, es Licenciado en Ciencias Políticas con especialidad en RRII (UCA), posee una extensa trayectoria como docente, tanto en el ámbito institucional como en la Escuela de Defensa Nacional y la UCA siendo, además, autor de numerosas artículos publicados en la Revista de la Escuela Superior de Guerra Aérea.¨


Introducción.


Diferentes artículos se han referido al éxodo de personal militar. En este sentido, cabe comentar uno del CAEE1. El mismo atribuye estas bajas a la declinante actividad aérea en la FA y a la demanda de pilotos en la actividad civil, con una oferta salarial que supera ampliamente los disminuidos haberes militares.


Otras publicaciones2, se refieren a la aviación naval que podría dejar de volar por falta de pilotos. En la Fuerza Aérea, el año pasado se fueron una treintena de pilotos y este año una docena en los meses de enero-febrero. Las causas: bajos salarios y pérdida del interés profesional. En un editorial,3se sostiene que la Argentina no valora en su justa medida a sus fuerzas armadas. Las asignaciones presupuestarias se mantienen cercanas al 1% del PBI, en los últimos años.


El antes mencionado Editorial, fue respondido por el secretario de Asuntos Militares,4 en el que reconoce que: “Recuperar un sector significativo del Estado Nacional, como las Fuerzas Armadas cruzado por una histórica desatención y desinversión.” Enumera las acciones realizadas para modernizar el sector defensa:



Consideraciones.


En principio se puede apreciar que cualquier iniciativa, o conjunto de ellas, para poner freno o atenuar la migración de personal militar calificado hacia la actividad privada, particularmente pilotos, no parece ser sencilla.


  1. El éxodo de aviadores militares hacia la actividad aérea privada, particularmente la aerocomercial, es un fenómeno que desde hace tiempo se esta manifestando en el orden mundial.

  2. En el ámbito local, la migración de fines de los noventa se produjo por una combinación de variables tales como: una fuerte demanda de las empresas aéreas, una oferta salarial muy por encima de la que ofrecía el Estado Nacional y una decreciente actividad operacional

Aquí caben algunas acotaciones, siempre en la actividad civil, los sueldos han sido superiores a los percibidos en la FFA, e independientemente de los llamados de distintas aerolíneas, no hubo ningún éxodo de PMS hacia la actividad privada.


  1. El Estado Nacional invierte capacitación personal, que luego pasara a la actividad privada.

  2. Se espera un incremento significativo de la actividad de la aviación comercial en el mundo en los próximos veinte años, lo que significa flotas aéreas renovadas y demanda de personal capacitado.

  3. La sinergia entre los bajos salarios y la posibilidad de mantener un adiestramiento favorecen los retiros militares.

  4. Es responsabilidad de los poderes del estado, cumplir con la constitución Nacional, “proveer a la defensa común”.

  5. Las medidas enumeradas por el secretario de Asuntos Militares, cuatro son administrativas, mas allá de la de la importancia de las mismas, no tienen un efecto inmediato y directo en el personal. El presupuesto del año 2007, presumiblemente fue insuficiente por lo cual el actual, casi se ha duplicado.

  6. Los artículos antes comentados, no consignan el personal militar que se retira de otras fuerzas, incluso tanto oficiales como suboficiales tienen especialidades altamente rentables en la actividad civil.


Los análisis aludidos se refieren al presente, a las causas inmediatas del éxodo, sin tener en cuenta otros factores temporales: pasado y futuro. El pasado incluye averiguar desde cuando viene la “histórica desatención y desinversion”, esta dimensión ha condicionado el presente, pero es presente, lo que esta ocurriendo, lo que condicionara el futuro.

Por lo anterior deben considerarse los siguientes factores:



Relaciones cívicas - militares (pasado y presente).

"Nadie se atreve a decirlo. Callamos lo esencial, porque lo esencial es insoportable" J. Guitton

Referente al presupuesto desde 1984 a 1988 se bajó de 2.678 a 891 millones de dólares, consecuentemente los efectivos se redujeron de 153.000 a 78.000 hombres.5

Al respecto , el periodista James Neilson decía: "si bien algunos sectores reducidos continúan creyendo que una mayor participación castrense contribuiría a solucionar la crisis, los más dan por descontado que el destino nacional depende de la consolidación definitiva de la democracia y la consecuente marginación del escenario de la corporación militar." 6

Parecería que esta última creencia es la que hasta ahora ha predominado.

" Debido a la reducción de sus salarios, los militares han visto descender su posición social de la clase media a la clase media baja", afirmó Rosendo Fraga uno de los analistas militares de la Argentina."7

La Armada necesita para proteger adecuadamente los intereses argentinos en el mar 35 buques o 5 aviones vigilancia que la Armada y la Prefectura no poseen. Anualmente sólo con la pesca del calamar se pierden 600 millones de dólares por no poder controlar a los depredadores.

La Fuerza Aérea perdió el 40% de su material en Malvinas, los aviones tienen una edad promedio de 22 años y un mantenimiento muy disminuido, el 50% de los radares se encuentra fuera de servicio. Para el Estado Mayor Conjunto, en la paz las sociedades se olvidan de la defensa y la Argentina no es una excepción.8

Durante 1992 se realizaron distintos encuentros de gran importancia. Examinadas en conjunto estas reuniones surge que el análisis de los militares como factor de poder político, se ha desplazado en la década del 90 a buscar un modo de superar los desencuentros y poner en marcha políticas públicas para el sector militar, las fuerzas armadas comienzan a ser vistas como lo que son: un área esencial del estado.9

Lo cierto es que desde 1982 y 1992 se alejaron del ejército por baja o retiro 1300 oficiales con edades de 22 a 38 años y 7.900 suboficiales jóvenes, cifras que expresadas en porcentaje constituyen el 22% de los oficiales en actividad y el 35% de los suboficiales, en la marina los alejamientos estuvieron en el orden del 30% de los oficiales y del 40% para los suboficiales. Se trata de una suerte de vaciamiento profesional: "Esta situación se agravaba cuando un gobierno constitucional triunfante no asumía una política militar positiva y obraba convencido de que, debilitando material y espiritualmente a las FFAA, las probabilidades de una rebelión disminuían. En la práctica sucedía lo contrario, generándose la solidaridad resentida y peligrosa de las víctimas del castigo común. Por otra parte, estas actitudes del poder político afectaban generalizada e innecesariamente la autoestima de los militares y desalentaban vocaciones en gestación."10

Se constituyó una Comisión de Política de Defensa y Militar para investigar la situación del Sistema de Defensa Nacional.

Resulta interesante transcribir las conclusiones de esta Comisión, porque nos permitirán apreciar, después de ocho años lo logrado hasta el presente:

El 5 de abril de 1993 se hace cargo del Ministerio de Defensa el Dr. Oscar Camillión, quinto ministro, debido a la aspiración de E. González de convertirse en diputado nacional.

Durante el gobierno del Dr. Menem se otorgó a los militares en actividad un aumento de un 30% promedio, la medida se adoptó en forma transitoria por los decretos 2000, del 20-sep-91 y 2115 del 10-10-91, quedando la compensación definitiva por decreto 628/92.

"La situación imperante origina un conflicto permanente a la conducción castrense. Los retirados sostienen que las instituciones militares a las que pertenecen tienen el deber de salvaguardar derechos que son comunes y que por ley les pertenecen. "11

Es de recordar que el enganche previsto por el artículo 53 bis de la ley 19.101, fue derogado por el Dr. Alfonsín, por ley 23.199. La situación salarial empeoró. Según un registro de las FFAA entre el 83 y el 89 el retraso fue del 20%; a partir de ese año hasta 1993 el retraso acumulado es del 53.9%.12

Lo anterior pone de manifiesto que independientemente del gobierno, radical o peronista la política salarial pasa por la no aplicación de la ley 19.101, diferenciando netamente al personal en actividad del retirado, interferir en los juicios, demorando la solución para más adelante, asignar fondos insuficientes para pagar los juicios ganados con sentencia firme, otorgar a las FFAA y FFSS un enganche automático entre ellas, sin que se vislumbre la menor intención de fijar una escala más justa para todo el personal dependiente del Estado independientemente que pertenezca al Poder Judicial o Legislativo o al Ejecutivo.

Públicamente se advierte al gobierno que lo más grave no es la falta y la obsolescencia del material , ni la reducción de efectivos , ni la falta de presupuesto para la instrucción , sino la destrucción de los aspectos esenciales de la vida militar, a saber: sueldos bajos, lo que hace que disminuyan los ingresos y se manifieste sustancialmente doble empleo.

La cúpula militar reclamó un aumento de sueldo del cincuenta por ciento, pero el ministro de Economía Domingo Cavallo, insistió en que no hay dinero para atender el reclamo. 13

Entre 1970 y 1990 el PBI y los gastos de la administración central aumentaron en un 60% y 40% respectivamente y el presupuesto de defensa disminuyó en un 20%.

El eje del problema no es la cuestión salarial sino el presupuesto operativo. Se realizaron reuniones con el ministro de Defensa, voceros del mismo dijeron que el presupuesto para el área es del 07% del PBI, incluyendo los sueldos del personal retirado y que se está haciendo "un replanteo " para achicar los gastos, igual que en el resto de los ministerios.14

Para poder sobrevivir a los ajustes los negocios de las FFAA y FFSS eran:

El ministro Camillión en un reportaje reconoció que las unidades militares con 10 o 15.000 pesos mensuales no podían mantenerse, reconoció el trabajo part time y que: “estas cosas no se dicen oficialmente pero las sabemos “; " hay que tener cuidado que no se vaya a prostituir el elemento humano. Una cosa es hacer de la necesidad una virtud, como en este caso pero no hay que exagerar." "Evidentemente esto puede comprometer la profesionalidad, que se cree esta mentalidad ambigua". 16

El Ejército desde 1983 hasta el año 1995 ha reducido sus gastos en un 68%, en forma global, correspondiendo a personal una reducción del 6%. También las unidades militares fueron reducidas en un 45%, los servicios administrativos en un 28%, Comandos de Cuerpos de Ejército, 40%, generales 47%, oficiales 24%, suboficiales mayores 30%, suboficiales 8% y personal civil 36%.17

La poda del presupuesto ha tenido como eje a las FFAA, en cuanto a las FFSS han incrementado el suyo. En el caso de la Policía Federal se ha cuadruplicado desde 1987 hasta la fecha, pasó de contar con 36 millones a 132 millones. Las otras FFSS han conservado el suyo a valores constantes desde 1987.

En 1997 la Asociación Unidad Argentina (AUNAR), por medio de su boletín público hacia llegar las siguientes opiniones:

La subordinación de las FFAA es similar a la que existe en EEUU o en una nación europea, es decir que se han reinsertado en la democracia. Dejaron de ser un factor de poder político para transformarse en una función más del Estado.

Conclusiones

Durante el período 1983/99 se sancionaron importantes normas que regulan el funcionamiento del sistema de defensa, cabe destacar las leyes 23.554 de Defensa Nacional, 24.059 de Seguridad Interior y la 24.948 de Reestructuración Militar. Estas leyes no se han visto reflejadas totalmente en la realidad para mejorar la operatividad de las FFAA.

Los reclamos de aumento salarial desde 1991, no han sido atendidos, además se ha creado una diferencia entre personal militar en actividad y retirado, por incumplimiento de la ley 19.101, por parte de ambos gobiernos. También se han demorado los juicios por incumplimiento de la mencionada ley. Un claro ejemplo es un reclamo similar por parte del Poder Judicial, fue resuelto en tres años, el caso militar no ha sido aún totalmente resuelto por la Corte Suprema y los que tienen sentencia firme están cobrando con demoras y en bonos. En este aspecto ambos gobiernos han demorado una solución. Generalmente se dice que las reducciones presupuestarias no afectan la operatividad, aunque no se ha definido concretamente a que se refiere la palabra "operatividad".

Las reducciones presupuestarias que obligan a utilizar medios e instalaciones para contribuir al mantenimiento de las unidades , las reducciones de personal, los sueldos bajos que afectan a la familia directa e indirectamente a través de prestaciones sociales de baja calidad, el doble empleo del personal militar, la falta de repuestos, la reducción de tripulaciones para operar los sistemas de armas , son factores que se conjugan de manera sinérgica y no pueden arrojar otro resultado que una moral disminuida, lo que afecta la "operatividad".

Desde diciembre de 2001 a enero de 2008, la inflación reconocida oficialmente fue del 109%. Hoy, el haber de un militar de alta graduación representa el percibido por un chofer de camión, con el debido respeto por la actividad, pero, como decía Juan Pablo II, el trabajo debe dignificar al hombre en todos los órdenes.


LA PROFESIÓN MILITAR (lo desconocido)


El ejército es una organización mística. Buen combatiente es únicamente aquel cuya persona, con su individualidad se consume en ese organismo místico.” Nicolás Berdiaiev


El militar profesional, lo es por vocación, por eso tratará de permanecer en la institución mientras pueda. Siempre ha sabido que su profesión no le permitirá ser rico y que es una profesión de servicio, esta convicción le proporcionará una resistencia adicional, pero detrás de él está su familia y tarde o temprano deberá tomar una decisión.


La situación económica lo obliga a dedicar parte de su tiempo a otras actividades que le permitan obtener recursos adicionales para mantener su familia. Este aspecto es particularmente perjudicial para la profesión porque los problemas generados por la otra ocupación lo van alejando paulatinamente de su trabajo específico y también de su vocación. El trabajo extra y el trabajo de la mujer, constituyen una barrera casi insalvable para asignar nuevos destinos, lo cual crea una inmovilidad que afecta su carrera, pero también a la fuerza respectiva.

Las FFAA son particularmente sensibles a los elementos extraños a su esencia, siendo el comercio y la nivelación dos claros ejemplos. En el primer caso el militar debe adquirir pautas extrañas a su profesión, propias de un mundo donde predomina la viveza y no la palabra, en cuanto a la nivelación, esta conspira dentro de una institución netamente jerarquizada.


Los bajos salarios constituyen una situación que podría revertirse en el futuro, es lo mismo que una dieta pobre en nutrientes puede revertirse, pero cabe preguntarse si los elementos esenciales llegaron a tiempo para no dejar secuelas permanentes. No se trata de reconstruir algo material, sino mucho de inmaterial que no figura en los libros de economía.


El espíritu militar es lo que da vida a la organización y le confiere un carácter distintivo, el adiestramiento le da operatividad y eficacia y en último extremo la posibilidad de servir.


La breve descripción anterior, pone de manifiesto que los temas castrenses deben ser tratados como tales, partiendo de un conocimiento y reconocimiento de la profesión como tal, captar su esencia sin interferencias partidarias o ideológicas.


En Gibraltar un centinela dejó grabado en su garita: “Todos los hombres adoran a Dios y al soldado en el momento de peligro, no antes y cuando el peligro pasó y todo marcha bien se olvidan de Dios y desprecian al soldado.”


El militar se siente atado a su profesión porque está respondiendo a un llamado (vocatio), aunque racionalmente reconoce los inconvenientes propios de la profesión tales como bajos salarios, dependencia jerárquica, falta de libertad individual, trabajo sin horario, aumento de responsabilidad y de trabajo a medida que se asciende sin una contrapartida o retribución equivalente. Ello suele llevarlo a orientar a sus hijos para que sigan profesiones liberales, al tener en cuenta los beneficios declinantes de su profesión con respecto a otras, pero si pese a ello se inclinan por la carrera militar, se sentirá orgulloso. Lo anterior demuestra que no puede haber una casta militar porque la vocación no se transmite.


Las FFAA no son una organización democrática, sino jerarquizada pero ello no quiere decir que por naturaleza sean contrarias a la democracia. Todas las organizaciones formales son jerarquizadas, varia la forma pero no el fondo, basta estudiar la organización de una empresa para comprender que son muy pocos los que toman decisiones importantes y estas no son sometidas a consideración del resto, simplemente se cumplen. Lo mismo sucede dentro de las FFAA, la cúpula decide y el resto cumple, rara vez se dan a conocer los motivos de una orden. Es obvio que no puede haber una opinión coincidente, no obstante el militar está preparado para obedecer.


Las FFAA son un órgano del Estado y decaen junto con el resto de las instituciones, por lo tanto si se les exige no debería ser más de lo que se exige al resto, pero en la practica esto no es así, se les exige más, con lo cual implícitamente se les está reconociendo una diferencia y ella está en los valores, que la sustentan. En el fondo no difieren del resto, sólo varía la posición de ellos en la escala axiológica y el énfasis, puesto particularmente en la obediencia y la disciplina, que resultan esenciales.


Las FFAA son vitales para la Nación, esta simple afirmación no es comprendida por muchos. Vital significa que hace a la vida de la Nación y no es posible imaginar una Nación importante sin sus FFAA.


El militar, antes de serlo ha sido civil, por lo tanto conoce de la vida civil tanto como de la militar. Es más lógico pensar que hay civiles que desconocen la profesión militar. El desconocimiento de esta realidad, a veces interesado, facilita la creación de estereotipos y la imaginación hace el resto asignándoles a sus miembros características positivas o negativas inexistentes. La ignorancia favorece los rumores y el mantenimiento de creencias populares que nada tienen que ver con la verdad histórica y la realidad actual. La sociedad civil se apoya en la militar y la organización militar cobra sentido dentro del contexto social al que pertenece.


El militar es un hombre público y la sociedad espera de él un comportamiento ajustado a esas normas dentro y fuera del servicio, cualquier violación a lo esperado es criticado acerbamente, crítica que suele generalizarse y hacerse extensiva a toda la institución, más aún, si ha sido militar pero perdió su estado militar el periodismo recalca que lo ha sido y se refiere al “ex”.


La situación socio-económica del militar determinada por los bajos ingresos traerá aparejada una serie de consecuencias futuras, que aún no han sido evaluadas. Se lo está marginando y obligándolo a ni siquiera disponer de lo necesario para vivir. Tal vez no haya perdido la vocación pero si la posibilidad de mantener dignamente a su familia, lo que determina su alejamiento, más aún si tiene en cuenta la situación que le espera cuando esté retirado.


La formación que recibe el militar no favorece su actuación en política, ni favorece las relaciones cívico –militares, porque las diferencias entre la vida política y la militar son muchas y de fondo: el militar manda y obedece, el político negocia y acuerda; normalmente no manda, no obedece y suele no sujetarse a los acuerdos; el militar está sujeto a las leyes y reglamentos militares que regulan su vida, el político trata de imponer sus propias reglas, rara vez se sujeta a las leyes de otros; el militar está unido a sus camaradas por fuertes vínculos, el político está unido a sus correligionarios por intereses comunes; la expresión del militar debe ser clara, concisa y precisa, el político se expresa, en muchos casos, con ambigüedades y generalidades.


La profesión militar no ofrece iguales perspectivas que otras para atraer el talento, inicialmente es una profesión vocacional, pero no basta atraer a alguien, la vocación debe ser alimentada, el oficial que promete debe ser estimulado, la experiencia del calificador permitirá descubrir al talentoso y orientar su carrera.


La solución de los problemas requiere honestidad, realismo con el presente y visión para el futuro. Una actitud abierta y receptiva, una evaluación ajustada a las posibilidades, profundo amor por la Patria para poder despojarnos de todo interés subalterno, del orgullo, intereses partidarios e ideologías.


Haberes del personal militar (el pasado).


Pues la escritura dice: No pongas bozal al buey que trilla y Digno es el obrero de su salario.” I Timoteo 5,8.


El salario, independientemente de cualquier razón, motivo o explicación, mide la estima social de una profesión en cuanto a lo que el gobierno y la sociedad consideran como importantes para su desenvolvimiento. En este sentido el salario militar ha tenido una tendencia decreciente. La percepción de los haberes es un derecho establecido en la ley 19.101, (B. O. 19-VII-71) acorde con el cargo y función.


En cuanto a los suplementos particulares se consigna el suplemento por actividad riesgosa, por título universitario, por alta especialización o zona, además de los que pudiera determinar el Poder Ejecutivo, en razón de las exigencias del personal debido a la evolución técnica de los medios que equipan a las FFAA o por otros conceptos.


Un factor que frecuentemente se presenta como un problema es la diferencia entre lo que percibe la máxima jerarquía y la menor. En algunos países se llama “tensión” y se expresa por la relación que guardan entre si. La tendencia mundial es a reducir la “tensión”, tal el caso de Francia, donde se ha pasado de la “tensión” 22 en 1914 a la de 6 en los últimos años, siendo el promedio general en Europa de 7.


De todos modos la “tensión” promedio de los países desarrollados no guarda relación con los países subdesarrollados , porque en los primeros el nivel de vida es más alto y se supone que al ser el piso más alto el que cobra seis o siete veces más tiene un buen pasar.


La primera ley para el personal militar fue promulgada en el año 1857 para el estado de Buenos Aires y luego copiada por la Nación en 1865. En esta ley se establecía un límite mínimo para el retiro, 60 años, en la época en que el promedio de vida era de aproximadamente 40 años, razón por la cual casi todos morían en actividad.


Años después se sanciona la ley 13.996 (BO 12-X-50) quedando unificado el régimen legal de las tres Fuerzas Armadas de la Nación —Ejército, Marina y Aeronáutica— atendiendo a que los adelantos de la técnica, la transformación de las concepciones bélicas y la imprescindible unidad de acción y de dirección exigidos por la guerra moderna aconsejaban la unificación en todo aquello que por sus especiales características y modalidades y por la naturaleza del arma, no hiciera preciso una reglamentación específica.


La ley 4707 para el personal militar, estuvo vigente desde el año 1905 hasta prácticamente 1945. Durante ese período no hubo escalafón para los suboficiales, estos ascendían por vacantes dentro del regimiento, siendo el jefe de unidad quien los ascendía. No era de extrañar que hubiera sargentos con más de treinta años de servicio. Los ascensos se producían cuando quedaba libre una vacante, por muerte, retiro o baja.


A partir de 1944 se crean los grados de suboficial principal y suboficial mayor, el primero se desempeñaba como intendente del cuartel y el segundo como encargado del depósito de armamento. A pesar de haberse creado dos grados, no se adicionaron años a la carrera de suboficial.


El empleo militar y el empleo civil.


El militar, como profesional técnico del servicio público de Defensa Nacional, depende de una institución que jurídicamente puede obligarle a prestar su labor en cualquier momento y en variadas funciones, además de tener que cubrir aquellos destinos previstos por las disposiciones reglamentarias.


En la 42º sesión ordinaria del 9 de agosto de 1876 (v. "Cámara de Diputados", Bs. As., 1876, pág. 865) se debatió lo relacionado con la manera de perfeccionar las instituciones militares, a través de una reorganización, en el sentido de la eficacia y del bienestar constitucional, en atención a las dificultades económicas sobrevenidas por el conflicto armado con el Paraguay. Concretamente se trató de la supresión de las Planas Mayores del Ejército, Activa, Disponible, Inactiva y Pasiva.


En esa época se afirmó que el empleo militar no era rigurosamente una locación de servicios como podía considerarse la actividad desempeñada en el campo civil. "El empleo militar —sostuvo el destacado parlamentario— es un título, es un carácter, del cual no puede despojarse a nadie, sino a título de pena porque —añadió— al empleado civil las faltas que en cumplimiento de su deber cometa no le trae otra consecuencia que la rescisión de ese convenio, mientras que el militar se encuentra en condiciones más rigurosas; esas faltas —siguió diciendo— que en el empleo civil no traen más que ligeras consecuencias, respecto al militar traen consecuencias más duras; trae castigos muy severos; Señor Presidente, a tal extremo que hasta la pena capital puede aplicárseles, cuando abandonan sus puestos en ciertos momentos".


La postura de la Corte fue la de reconocer que la persona quedaba sometida específicamente a las reglamentaciones y ordenanzas que rigen la actividad militar, las cuales desenvuelven sus principios propios en la órbita del derecho público, constitucional y administrativo. Las relaciones de los hombres que integran las filas militares entre sí y con la Nación, se gobiernan por los respectivos reglamentos que al efecto se dictan por el Congreso y en la medida y extensión que éste lo establezca.23


Dentro de estas particularidades cabe el retiro como disposición en la cual sin perder el grado ni el estado militar, cesan las tareas propias de la situación de actividad, quedando la persona a disposición de la institución armada a la que se pertenece e, incluso, sujeta a la jurisdicción de los tribunales castrenses en los casos de las infracciones definidas en el Código de Justicia Militar que afectan o pueden afectar los intereses superiores de la disciplina.


Por lo anterior, el estado militar en retiro es una situación específica del personal militar, pues cierra definitivamente su carrera y su actividad, pero no pierde el grado que ostentaba en el estado militar y además podrá volver en actividad cuantas veces se lo convoque.


La situación de los retirados por el hecho de mantener además del estado militar, los vínculos con la institución armada, no resulta asimilable a la de cualquier jubilado de la Administración Nacional cuya vinculación con esta última cesa totalmente, excepto en lo que concierne a la percepción del haber jubilatorio.24


Retiro militar y jubilación civil. Particularidades.


El retiro del personal militar es definitivo, cierra el ascenso y produce vacante en el grado y agrupamiento a que pertenecía el causante en actividad y sólo en caso de convocatoria el personal retirado podrá volver a la actividad (v. art. 61) quedando sujeto, además, a la jurisdicción militar y disciplinaria en lo pertinente a su situación de revista y en lo que concierne al personal superior, a la jurisdicción de los tribunales de honor (art. 9º, ap. 1); asimismo, puede desempeñar funciones públicas o privadas, ajenas a las actividades militares, siempre que sean compatibles con el decoro y la jerarquía militar (art. 9º, ap. 4).


El retiro y pensión, constituyen derechos esenciales, correspondientes al “estado militar”.25 Puede existir retiro con goce del beneficio, en donde el haber constituye un derecho adquirido mientras que, en cambio, el derecho al haber de retiro presupone el cumplimiento de los recaudos consignados por el art. 75 (texto según ley 22.511); su inobservancia surte, pues, el efecto de privar al derecho al haber, pero no al respectivo retiro.


El retiro con haber se halla sujeta al cumplimiento de determinados requisitos, unido a una circunstancia que no encuentra correlato en el campo previsional común, como es la de conceder derechos e imponer obligaciones al personal en situación de retiro (v. art. 9º, texto según ley 22.511), se plantea entre estas dos instituciones una diferencia de fondo.


La analogía, entre el retiro y la jubilación, hace ver que ambos implican la cesación de la prestación del servicio activo; pero a diferencia de la jubilación —cuyo efecto es el haber— en el retiro el cumplimiento o no de ciertos recaudos extras genera distintos derechos y obligaciones, entre los cuales se incluye la posibilidad o no de gozar del haber.


La CS ha señalado que: "las normas que regulan los retiros para las Fuerzas Armadas no sólo resultan formalmente ajenas al ámbito de los regímenes nacionales de previsión, sino que también median razones de fondo para así considerarlo vinculadas con las especiales características que les son propias, ligadas a la estructura de las instituciones correspondientes que se asientan sobre la base de la subordinación jerárquica y de la disciplina, en forma que autoriza a concluir que los regímenes de tales retiros no son un mero capítulo de las leyes previsionales ya que, por el contrario, se presentan como sustancialmente inescindibles de las respectivas leyes orgánicas.26


Para el jubilado, con posterioridad a la obtención del beneficio, se extingue el vínculo con el Estado; obviamente tiene derecho a la percepción de los haberes jubilatorios. Por el contrario, el militar retirado continúa unido a la institución castrense en virtud de su estado militar.


El haber de retiro (pasado y presente).-


En la actualidad, el sueldo de un militar está compuesto casi en un 70% por "sumas fijas no remunerativas ni bonificables", lo que implica, sencillamente, el pago de salarios en negro por parte del Estado Nacional, desfinanciando obras sociales y sistemas provisionales, más allá de los salarios desactualizados, lo que resulta notable en el caso de los retirados, que perciben aproximadamente el 40% de lo que cobra uno en actividad. Es de aclarar que en la nota al Poder Ejecutivo que acompañaba el proyecto de la ley 19101 (20-6-71), dice: “En el capítulo V, al tratar el haber de retiro, además de establecer en forma clara que este no será inferior al 90% del monto de las remuneraciones en concepto de retribución del servicios percibe la generalidad de igual grado en actividad….”. El incumplimiento de la ley 19.101, ha provocado miles de juicios, que duran hasta 10 años, se pagan con bonos, siendo los únicos beneficiados los estudios jurídicos.


Lo anterior ha provocado que, para una misma jerarquía y número de años en actividad los sueldos sean diferentes, dependiendo de los juicios ganados, porque el Estado no apeló y quedó la sentencia firme o la Cámara que le tocó, fue favorable. Los suplementos que se pagan son en negro y producen una descapitalización del IAF y de las Direcciones de Bienestar, por lo que la asistencia médica y social se reciente.


Los aumentos para retirados en 18 años fueron dos de aproximadamente el 11% cada uno (no remunerativos). La falta de aportes se traduce en la supresión de subsidios por internación geriátrica, eliminación de ayuda económica para afrontar el gasto de acompañantes domiciliarios, para afiliados enfermos o impedidos, eliminación de servicios periféricos y el pago de prótesis en general, destacándose las odontológicas.


La inseguridad jurídica para el retirado, es una constante. Está demostrado que no hay ley que resista una interpretación forzada y maliciosa o simplemente su desconocimiento por parte del Estado, cuando se comporta como una súper persona jurídica, más allá de la ley.


Seguramente la consideración del “futuro”, es decir lo que les espera a los que ahora están en actividad: inseguridad jurídica y pobreza, sea el principal detonante para pedir la baja o el retiro.


Fuerzas Armadas y Defensa Nacional.


Fuerzas armadas, son dos palabras complementarias, la fuerza es moral y está basada en la vocación, el adiestramiento, la confianza en los mandos y la estima social; el armamento es lo máximo que el país puede proveer en cuanto a tecnología y poder de fuego. Si disminuye alguno de los elementos de esta ecuación, debe ser compensado por los otros para que puedan cumplir con su misión.


Cabe afirmar que la Defensa Nacional se ha deteriorado y que ese deterioro forma parte de una política de estado, la que juntamente con el reclamo Malvinas, son las únicas que se han mantenido a través del tiempo y de distintos gobiernos, tal como se ha demostrado, a los que se les pueden agregar:


- La modificación a la ley de Servicio Militar Obligatorio-

- Desarticularse el sistema integrado de producción de material bélico-

- Reducción de las remuneraciones del personal de las Fuerzas Armadas, (baja o segundo trabajo)-

- Por decreto 183/83 se transfirió la Dirección de Fabricaciones Militares al Ministerio de Defensa, en abierta violación a lo estipulado en la ley 12.709, que la creó como un organismo del Ejército-

- Por decreto se modificó el régimen de remuneraciones de las FF. AA., desvinculándolo del Poder Judicial de la Nación y del Servicio Exterior, al que estaba equiparado por ley, sustentado en la premisa de que son las únicas actividades monopolizadas por el Estado-

- Se han impuesto al Instituto de Ayuda Financiera para el Pago de Retiros Militares mayores aportes a los establecidos en la Ley 22.919 que rige su funcionamiento, lo que ha afectado su capitalización-


Sociología del retiro militar (lo de siempre y el futuro incierto).


El retirado no pierde contacto con la institución, depende directamente de ella mientras mantenga estado militar, su sueldo es embargable, puede ser sancionado y forma parte de la reserva de cada fuerza.

El oficial retirado mantiene relación con sus camaradas y generalmente frecuenta los clubes militares y participa en algunas ceremonias. Aún los que se han retirado resentidos, con el tiempo su disconformidad se atenúa quedando como remanente lo mejor de sus recuerdos que al paso del tiempo se manifiestan con mayor nitidez.


Los que se retiran antes de finalizar su carrera, suelen ser los más capacitados, los que han adquirido alguna especialidad que les permite insertares en la vida civil. Cabe aclarar que por tratarse de una organización jerárquica, es imposible obtener un reemplazo inmediato, tal como ocurre en otras organizaciones que sacan un aviso en el diario y consiguen el candidato adecuado.

Los bajos salarios hace que muchos postulantes desistan de ingresar, particularmente los que provienen de los sectores de ingresos más altos ya que tienen otras posibilidades y no desean bajar de nivel. En cuanto a los que ingresan actualmente se plantean varias hipótesis: tienen una gran vocación o bien no se sienten seguros para competir en la vida civil. Igualmente parece predominar la primera hipótesis.27


Generalmente el oficial pasa a retiro en contra de su voluntad, se debe tener en cuenta que se trata de una profesión vocacional de fuerte socialización, por eso, aunque sabe que el retiro es inexorable, suele provocar una fuerte conmoción. Independiente de ello se le puede agregar la frustración de no haber ascendido otro grado. El retirado pasa bruscamente de una gran actividad al anonimato e inactividad, pierde de inmediato todos los derechos de que gozaba. La mayoría de los retirados busca hacer alguna actividad, se inclinan por conseguir algún puesto en la administración pública o bien dentro de la misma fuerza.


Independientemente de lo que podría llamarse terapia laboral influye el factor económico y también la edad de retiro, entre 50 y 55 años; jóvenes para dejar la profesión, viejos para empezar otra actividad para la cual no han sido preparados. Aunque actualmente muchos han adquirido alguna profesión dentro del período de actividad. Desde hace unos 20 años resulta imposible vivir sólo del retiro, como ocurre con el personal de otros regímenes, como la justicia o el servicio exterior.


Es posible que las nuevas generaciones no sean tan sorprendidas porque una parte importante está estudiando alguna carrera universitaria, tienen plena conciencia de la situación actual y del futuro, algunos antes de retirarse ya han emprendido algún trabajo y seguramente sus esposas trabajan.


Fuerzas Armadas y la opinión pública.


Uno de los factores que hace a la moral militar es la estima social, es necesario tener en cuenta algunas opiniones y encuestas:


1.- En Chile, la Corporación CERC reveló -en un informe de prensa fechado en agosto de 2006- que el país latinoamericano que recibía la mayor simpatía de su sociedad era Brasil, con un 38% de la población entrevistada, mientras que un 9% se inclinaba por Argentina, un 4% por Uruguay y un 3% por Bolivia. Respecto de la imagen de los presidentes, se consideró mayoritariamente a Lula Da Silva -con un 14%- como el "más amigo", y como "menos amigo" a Néstor Kirchner y Evo Morales, con un 1% de las opiniones.


2.- Hay una firme tendencia política del traspaso de responsabilidades y espacios de poder que históricamente pertenecieron a las Fuerzas Armadas a otras dependencias estatales. No obstante, existe una diferencia fundamental entre los países mencionados: la confianza de la sociedad en la organización militar. En Argentina, la estima de algunos sectores de la sociedad respecto de la institución es comparativamente baja (principalmente en zonas urbanas). Paralelamente, entre todos los países de la subregión, el caso de Brasil es el más destacable, ya que la confianza de la población en sus Fuerzas Armadas es muy alta. Según una encuesta de opinión de IBOPE Brasil de 2005 sobre la confianza en las instituciones, el 69% de los encuestados señaló a las Fuerzas Armadas (ocupando nada menos que el tercer lugar en el ranking), tan sólo con un 2% de diferencia por debajo de la Iglesia Católica. Asimismo, el porcentaje más bajo fue atribuido a los partidos políticos y sus representantes, con un 10% y un 8%, respectivamente.


La estima social de la profesión militar posiblemente haya bajado, no obstante las encuestas indican que están por sobre otros grupos más desprestigiados y en los que la gente cree poco. Lo cierto es que aunque los valores de la sociedad actual, se alejen de los valores militares, nadie puede desconocer su validez y ese reconocimiento tácito, más el mantenimiento de los mismo, es lo que debe sustentar a las FFAA.







1 Montenegro, Rubén, El Éxodo de Personal Militar Superior de la Fuerza Aérea Hacia la Actividad Civil, Centro Aeronáutico de Estudios Estratégicos, página WEB.

2 Tendencia preocupante. En: La Nación, 9 de marzo de 2008.

3 Editorial I, El éxodo militar. En: La Nación, 11 de marzo de 2008.-

4 Montenegro, Germán, Secretario de Asuntos Militares, Ministerio de Defensa. En: Cartas de Lectores, La Nación, 20 de marzo de 2008.

5 " El adiestramiento clave de la eficiencia militar " La Nación , 30 de octubre de 1989

6 Revista Noticias: " Maniobras militares" James Neilson, 3 de junio de 1990.-

7 Las armas que guardarán la democracia o atentarán contra ella", N. C. Nash, La Nación, 21 de abril de 1992.-

8 “El factor militar ", Carlos H. Raimondi , La Nación , 29 de mayo de 1992.-

9 “El debate sobre la cuestión militar “, R. Fraga, La Nación, 20 de julio de 1992.-

10 " El vaciamiento profesional de nuestras Fuerzas Armadas " , Néstor C. Cruces , La Nación , 20 de octubre de 1992

11 “Adeudan a retirados de las Fuerzas Armadas 250 millones de pesos “, La Nación, 11 de mayo de 1993.-

12 “Salario militar: más deterioro con Menem que con Alfonsín”, Francisco J. Papini, La Nación, 30 de mayo de 1993.-

13 "Sin designios políticos y sin dinero ", Calvin Sims, La Nación, 30 de noviembre de 1994.

14 "Las FFAA denuncian parálisis por falta de fondos ", El Cronista Comercial, 4 de agosto de 1995.-

15 "Los mil un negocios que hacen los militares para escaparle al ajuste ", Ámbito Financiero, 15 de agosto 1995.-

16 "Obligados a usar la imaginación ", Oscar Camillión, Página 12, 16 de agosto de 1995.-

17 "Reestructuración del Ejército “, El Expreso, 13 de septiembre de 1995.-

18 "Indefensión Nacional -III-" AUNAR - Nº 076-051296.-

19 "Discriminación " AUNAR, Nº 100, septiembre 1998.-

20 "Equilibrio militar ", AUNAR, Nº 084-050697.-

21 " ¿Recuerda Usted ? , AUNAR Nº 086-050897

22 "Las cuentas de Cavallo ", AUNAR, Nº 043-050895.-

23 “Valenzuela, Rubén”, 25-VIII-92, “fallos”, 315-1732.

24 Soler, Sebastián, ex -Procurador General de la Nación, (v. Rabiolo, Audicio Héctor y otros), “Fallos”, 236-588.

25 Torres Cabrera de Dato Montero, “Fallos”, 248-376.-

26 Di Grecia, Carlos, 3-VIII-76, “Fallos”, 295-439.

27 Según una encuesta realizada por el Ministerio de Defensa el 79,7% de los aspirantes a oficiales y suboficiales de las FFAA, ingresa por vocación. La vocación motiva a los cadetes. En: La Nación, 9 de marzo de 2008.-

13






Tags: armadas cruzado, fuerzas armadas, éxodo, militar, armadas, fuerzas, personal