INICIATIVA CASCOS BLANCOS ANTECEDENTES LA INICIATIVA CASCOS BLANCOS CONSTITUYE

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14 PRESENTACIÓN DEL LIBRO RODRÍGUEZ GARCÍA VICENTE LAS INICIATIVAS
20032019 MARTÍNEZ ARREGUI PARTICIPA EN LA INICIATIVA EMBLEMÁTICA IMPULSADA

3 VOCACION A LA SORPRESA DE DIOS DON INICIATIVA
ACUERDO REFERENTE A LA INICIATIVA QUE REFORMA LOS ARTÍCULOS
ANDALUCÍA MUNICIPIO NOMBRE PROYECTO INICIATIVA GESTIÓN PARCELAS SUPERFICIE PARCELA

INICIATIVA CASCOS BLANCOS


INICIATIVA CASCOS BLANCOS


Antecedentes


La Iniciativa Cascos Blancos constituye un mecanismo que pone a disposición de la comunidad internacional un cuerpo de voluntarios capacitado e identificado previamente en apoyo de las actividades de socorro inmediato, rehabilitación, reconstrucción y desarrollo. En vista de que el número, la magnitud y la complejidad de los desastres naturales y las situaciones de emergencia social son cada vez mayores, se requiere de equipos de respuesta homogéneos, integrales y multidisciplinarios, como así también de la incorporación del concepto de conformación de una red de voluntariado multilateral y/o regional como instrumento de lucha y superación del hambre, la pobreza y las catástrofes naturales o antrópicas.


El antecedente inmediato de la Comisión Cascos Blancos de la Argentina, es el Decreto del Poder Ejecutivo Nacional 1131, de 13 de julio de 1994, que crea la Comisión de Lucha contra el Hambre y la Pobreza con el objetivo de promover la Iniciativa Cascos Blancos en el ámbito de la Organización de las Naciones Unidas, como organismo internacional dedicado a combatir las expresiones más extremas de pobreza, hambre, desnutrición, déficit educacional, sanitario y de infraestructura.


Un año más tarde, por el Decreto 379, de 28 de agosto de 1995, se sustituye la denominación de la Comisión de Lucha Contra el Hambre y la Pobreza por la de “Comisión Cascos Blancos”, con fundamento en que los alcances de la Iniciativa no se restringen a la lucha contra el hambre y la pobreza sino que se extienden a otros aspectos comprendidos en el concepto de la “emergencia humanitaria” y que esta expresión es asimismo la utilizada habitualmente en los ámbitos nacionales e internacionales.


Como sucede desde entonces y con una frecuencia de dos años, la Iniciativa Cascos Blancos fue ratificada por última vez en el marco de la AGNU 58 (diciembre de 2003), conforme lo expresado en el Informe del Sr. Secretario General Kofi Annan, y aprobada en la Resolución A/58/118 del 17 de diciembre de 2003, copatrocinada por más de 70 países y que reconoce ampliamente a la Iniciativa Cascos Blancos (ICB) en el marco de la asistencia internacional humanitaria.


A nivel Hemisférico, la Organización de los Estados Americanos ha aprobado tres resoluciones sobre la ICB, a saber: AG/RES. 1351 (XXV-0/95) de junio de 1995; AG/RES. 1403 (XXVI-0/96) de julio de 1996, AG/RES. 1463 (XXVII-0/97) de junio de 1997 y AG/RES 2018 (XXXIV-0/04) de junio de 2004.


Asimismo, la Organización Panamericana de la Salud, agencia con la cual Cascos Blancos trabaja estrechamente en el terreno en la implementación del sistema SUMA (Supply Management), ha destacado permanentemente la labor de la ICB como mecanismo de asistencia, que brinda socorro humanitario a países que atravesaron emergencias y catástrofes. En tal sentido la Directora del organismo, Dra. Mirta Roses Periago, resaltó las intervenciones que se realizaron en el marco de la emergencia social de la República Argentina durante el 2001 y 2002; luego de los terremotos de El Salvador y Perú, en enero y junio de 2001, y en la reciente crisis de Haití, entre otros trabajos conjuntos.


Elementos básicos que distinguen a la Iniciativa Cascos Blancos de otros instrumentos de Asistencia Humanitaria


Cada uno de estos elementos son propios, sustantivos e indispensables para la constitución de la Iniciativa, y deben tenerse presentes cuando se piense replicar esta experiencia en otros países, con el objeto de articular una herramienta de asistencia humanitaria hemisférica:


  1. Requiere escasa burocracia central administrativa pero a su vez asegura la participación de un amplio cuerpo de voluntarios multidisciplinario y que cubre todo el espectro de necesidades en el ámbito de la lucha contra el hambre y la pobreza y de la asistencia humanitaria.

  2. Garantiza el soporte profesional y técnico-académico de su oferta a través de la firma de convenios con organizaciones gubernamentales y no gubernamentales y organismos internacionales. Estos organismos son también una de las tantas fuentes de selección de voluntarios.

  3. Incorpora voluntarios, en un proceso de selección, a una base de datos, la cual es utilizada como fuente para sus diferentes acciones de asistencia humanitaria.

  4. Sistematiza, articula, fomenta y orienta el voluntariado para atender los llamados de la región y de la comunidad internacional en cuestiones de prevención de situaciones endémicas y de asistencia humanitaria.

  5. Acude a las convocatorias de los organismos internacionales (ONU) y regionales (OEA) en las diferentes problemáticas de la comunidad internacional.

  6. Aporta al cumplimiento de los mandatos de los organismos internacionales. En tal sentido contribuye con su accionar a alcanzar las Metas del Milenio de la ONU, tales como reducción del hambre y la pobreza, educación, reducción del HIV/SIDA, respeto por la igualdad de género, los derechos humanos y los valores democráticos.

  7. Garantiza la eficiencia y la eficacia en el manejo de los recursos humanos y materiales, asegurando transparencia en el uso de los mismos.

  8. Selecciona y entrena equipos multidisciplinarios de voluntarios.

  9. Dichos equipos son autosuficientes en la ejecución de proyectos propios y poseen marcada identidad.

  10. Dentro del marco de uno de los tipos de acciones, los Equipos de Rápida Respuesta (ERR), llegan a terreno en el plazo más breve posible, luego dentro ocurrido un desastre.

  11. Fomenta la participación en el ámbito de la asistencia humanitaria de países en desarrollo.

  12. Las acciones CB se apoyan y utilizan la capacidad del recurso humano local, ya que el equipo CB se conforma y consolida con la incorporación de los voluntarios del país receptor de la asistencia.


Iniciativa Cascos Blancos: conceptos


Al tratarse de una Iniciativa novedosa en algunos aspectos, existen una serie de rasgos distintivos que son necesarios detallar y resaltar a fin de tener un panorama más propio del perfil particular de Cascos Blancos y que la hacen diferenciarse de otros programas, instituciones y organizaciones ya existentes.



Objetivos, misión y funciones de la ICB Argentina


Esta enumeración puede ser útil a los efectos de comprender la naturaleza y accionar particular de Cascos Blancos de Argentina.



La misión primaria de la ICB incluye:



Actividades de la Comisión Cascos Blancos de la Argentina


La Comisión Cascos Blancos cuenta con funcionarios que trabajan en tareas diplomáticas y de vinculación con gobiernos y organizaciones internacionales, con recurso profesional que se ocupa de la formulación y evaluación de proyectos y de la selección de voluntarios y con personal que implementa y supervisa las misiones en terreno.


Estos proyectos y misiones, que tienen cómo objetivo la reducción del hambre y la pobreza, son de variada índole: desde la respuesta a la crisis y la emergencia, hasta la reconstrucción y el desarrollo, pudiendo ser acciones multilaterales o bilaterales, conforme las necesidades expresadas por la comunidad internacional y las demandas de los Estados.


Cascos Blancos se constituye también con el cuerpo de voluntarios identificado y seleccionado por la Comisión y organizado como equipo de asistencia. No es una mera nómina de individualidades, sino equipos de expertos seleccionados y capacitados, que están a disposición de la comunidad internacional de manera generosa, profesional y comprometida.


La procedencia de los Voluntarios Cascos Blancos, en sus variadas especialidades, proviene de múltiples fuentes. Sus integrantes pueden surgir de organizaciones no gubernamentales o de instituciones públicas capacitadas para brindar servicios sociales, tales como universidades, hospitales u organismos de apoyo comunitario. Pueden también ser individuos espontáneamente comprometidos con la vocación humanitaria.


Algunos serán médicos o expertos en la asistencia a grupos vulnerables. Otros tendrán experiencia en ingeniería sanitaria y en el manejo de agua potable; otros serán peritos agrícolas para instruir en la autosuficiencia alimentaria o equipos para el alivio de desastres. También son incorporados al cuerpo de voluntarios sectores juveniles y personas con competencias y capacidades adquiridas durante la crisis sucedida en la Argentina en el 2001. Las emergencias y crisis complejas demandan equipos multidisciplinarios, cuya excelencia en distintas disciplinas son garantía de logro en la atención y el cuidado de los damnificados.


Cascos Blancos ha llevado a cabo, entre otras, misiones para la atención y asistencia a crisis, emergencias y desastres naturales, como en el Líbano, Costa Rica, Nicaragua, Colombia, Venezuela, Mozambique, Irán, Haití y el Sudeste Asiático. También colaboró en programas de diversas Agencias de Naciones Unidas (Programa Mundial de Alimentos, Organización Mundial de la Salud, Agencia de Alto Comisionado para los Refugiados, UNICEF, etc.), en las acciones efectuadas en Kosovo y Mozambique y en proyectos de reconstrucción y desarrollo a través de la Agencia de Voluntarios de Naciones Unidas (UNV) y de la OEA, en Palestina, Ruanda, Angola, Paraguay, Armenia, Caribe Este, Líbano, Nicaragua, Honduras, Panamá, El Salvador y otros países.


Recientemente se ha colaborado con la OPS en la crisis de Haití; con la Oficina de Coordinación Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA) y la Media Luna Roja en la atención de los daños causados por el grave terremoto de la ciudad de Bam en Irán; se ha trabajado con el gobierno de Bolivia en la prevención de inundaciones y en ocasión de los trágicos sucesos en el supermercado del Paraguay.


Para su quehacer cotidiano, la Comisión Cascos Blancos de la República Argentina trabaja en estrecha relación con la OCHA. Además en operaciones multilaterales la Agencia de Voluntarios de Naciones Unidas (VNU), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y otras agencias del Sistema de Naciones Unidas (PMA, ACNUR, etc.) actúan en calidad de punto operacional de los cuerpos nacionales de Cascos Blancos, a los que prestan su experiencia, apoyo y organización para el despliegue de sus acciones y la puesta en marcha de sus proyectos, verificando asimismo la preparación de los equipos y la idoneidad que los caracteriza. Son estas mismas agencias las que contribuyen, también, a identificar las situaciones en las que se requiere de una misión de voluntarios Cascos Blancos. Este encuadre multiplica la eficiencia del esfuerzo colectivo, amplía la base de selección de recursos humanos y garantiza la no interferencia en los asuntos internos del país que recibe ayuda.


La Comisión Cascos Blancos cuenta para sus actividades con una partida dentro del presupuesto nacional. Además dispone de tres “ventanillas”: una en el seno de la Agencia de Voluntarios de Naciones Unidas, otra en el Fondo Especial OEA/Cascos Blancos y por último en el marco del Convenio OEA/BID/Cascos Blancos. Las mismas, que son exclusivamente administradas por las Naciones Unidas y la OEA, sirven para canalizar contribuciones públicas o privadas y para financiar misiones de asistencia humanitaria


Los fondos permiten la realización de misiones multilaterales, ejecutadas en el marco de las Naciones Unidas y sus Agencias y de la OEA; bilaterales, efectuadas directamente por Cascos Blancos, sin la mediación de una Agencia u Organismo Internacional y nacionales, que si bien la misión de Cascos Blancos es la atención humanitaria hacia el exterior, si la magnitud de una necesidad en la Argentina lo requiere, y así los dispone el Gobierno Nacional, se ejecutan acciones de asistencia dentro del territorio.


Tipos de Intervención Cascos Blancos


La Iniciativa Cascos Blancos ha basado y seguirá basando su accionar prioritariamente en dos áreas:


  1. La lucha contra el hambre y la pobreza: que incluye el cumplimiento de las Metas del Milenio y las acciones de rehabilitación y reconstrucción para el desarrollo.


2. La atención inmediata ante desastres y catástrofes: orientada a la asistencia humanitaria en la emergencia y a los procesos de reconstrucción posteriores.


Consecuente con lo anteriormente expuesto, Cascos Blancos ofrece una multiplicidad de acciones humanitarias, que pueden ser resumidas en cuatro tipos “básicos” de intervención:


Acciones de entrega de ayuda humanitaria

Se trata de acciones en respuesta a un desastre específico. La modalidad de intervención radica básicamente en la coordinación, envío y entrega a las autoridades locales de insumos diversos (ropa, frazadas, carpas, sales de rehidratación oral, potabilizadores de agua, medicamentos, alimentos, herramientas y otros). La acción no suele superar los 3 días de duración, retirándose los voluntarios Cascos Blancos una vez realizada la entrega y distribución de donaciones.


Dan cuenta de los expuesto las acciones realizadas en Centroamérica en ocasión del Huracán Mitch, en El Líbano, Irán, Bolivia, Haití, Sudeste Asiático, etc..


Acciones de asistencia humanitaria en emergencias

Este tipo de acciones se caracterizan por el envío de un Equipos de Rápida Respuesta de voluntarios Cascos Blancos dentro del plazo más breve posible, luego de ocurrido un desastre, para trabajar en diversas áreas o temas puntuales preestablecidos previamente. La duración de las acciones no exceden los 3 meses, período en el que se desarrolla en terreno un módulo que, sea cual fuere, incluye la capacitación de los recursos locales y la asistencia a los damnificados.


Ejemplo de esta tipología fueron las atenciones a las emergencias ocurridas en los terremotos de Perú, El Salvador y las crisis de Venezuela y Paraguay, entre otros. Las acciones en ambos casos han sido de atención psicológica a las víctimas, relevamiento de estructuras dañadas y manejo de SUMA.


Acciones de rehabilitación y reconstrucción para el desarrollo

Se trata de acciones de contenido sustancialmente diferente a las anteriores. Son aquellas actividades más estrechamente vinculadas a la lucha contra el hambre y la pobreza, ya que su objetivo último es corregir los efectos no deseables que producen las crisis económicas, sociales y políticas. Son acciones que tienen por objetivos, entre otros, la atención sanitaria, educativa, agroalimentaria y las que permiten plantar los cimientos básicos para el desarrollo, para evitar la ocurrencia de nuevas emergencias o minimizar sus efectos, fomentando capacidades locales que fueron afectadas por un desastre especifico, o que eran inexistentes hasta ese momento. En general, los equipos de voluntarios Cascos Blancos permanecen en alrededor de 6 meses, con posibilidad de renovación.


En un pasado reciente estas misiones estuvieron orientadas a la educación (Nicaragua), a la salud y nutrición (Panamá), al desarrollo del hábitat (Palestina), a la autoproducción de alimentos (Armenia), al desarrollo del deporte y rehabilitación social (Kosovo), a la atención hospitalaria (Honduras, Jamaica), etc.. En breve esta Comisión pondrá en marcha un mecanismo de participación y cooperación de la Iniciativa Cascos Blancos en el marco del Programa regional de erradicación de la fiebre aftosa, desarrollado por el Consejo Agropecuario del Sur. En este sentido el Proyecto Cascos Blancos en la frontera argentina-paraguaya contribuirá al fortalecimiento del sistema de comunicación de frontera entre los servicios veterinarios oficiales de ambos países, a través de un mecanismo mixto destinado a transparentar el conjunto de acciones para la erradicación de la fiebre aftosa y tender a la integración de los sistemas sanitarios en la Argentina y en Paraguay.


Acciones de difusión de la Iniciativa Cascos Blancos

Son actividades académicas desarrolladas en diversos ámbitos (escuelas y universidades públicas y privadas, ONGs, organismos nacionales e internacionales, etc.) que tienen por único objetivo la difusión e instalación de la ICB, su doctrina y metodología de trabajo conforme a instrucciones de la Asamblea General de Naciones Unidas y decreto de creación de la Comisión Cascos Blancos. Algunas de estas acciones fueron seminarios como los realizados junto con la OEA y el BID en el Uruguay (para los países de Sudamérica) y en Panamá (para Centroamérica y Caribe), talleres, participación en charlas, congresos y conferencias, impresión y difusión de folletería y revistas, etc..


Cascos Blancos constituye una práctica probada


La Iniciativa Cascos Blancos ha demostrado, por medio de sus propuestas, sus articulaciones entre países y organismos, sus actividades y resultados, que constituye una herramienta valiosa en materia de cooperación, financiación y movilización de recursos.


La expansión de acuerdos y contactos institucionales con la propia Organización de Estados Americanos, y entre otros, con el Banco Interamericano de Desarrollo, el Consejo Agrario del Sur, el Programa Mundial de Alimentos, la UNESCO, UNICEF, el ACNUR, el Parlamento Europeo y con la Organización de la Unidad Africana (OUA), muestran la validez de la propuesta y el interés que genera entre todos los que buscan mecanismos de lucha contra el hambre y la pobreza y paliativos ante las catástrofes naturales o generadas por el hombre.


En el caso de la ONU, su Asamblea General expresó en diciembre pasado su “satisfacción por los progresos de la Iniciativa Cascos Blancos, como singular esfuerzo internacional voluntario de poner a disposición” de las naciones a especialistas voluntarios, capaces de responder, en forma rápida y coordinada, a los llamamientos relativos al socorro humanitario, la rehabilitación, la reconstrucción y el desarrollo, manteniendo, al mismo tiempo, “el carácter no político, neutral e imparcial de la acción humanitaria”, como quedó demostrado en la asistencia brindada con motivo de las crisis recientes de Bolivia y Haití.


Para remitir a ejemplos continentales, se puede remarcar el reconocimiento de la Iniciativa formulado por el Consejo Agropecuario del Sur (CAS) en diferentes reuniones realizadas en Montevideo y del CAS-IICA convocado en Panamá, que dispusieron su utilización como instrumento en la Lucha por el Control y la Erradicación de la Aftosa, incluyéndola en acciones combinadas que tendrán su primer e histórico mojón, en la experiencia de control cruzado binacional entre Paraguay y la Argentina.


También es dable consignar la efectiva y eficaz coordinación alcanzada con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), a través, por ejemplo, del diseño conjunto de proyectos socio-sanitarios en Paraguay, o de la asistencia humanitaria brindada de manera conjunta a la República de Haití.


La Argentina ratifica su compromiso con la iniciativa


Por mandato del Señor Presidente de la Argentina y de su Canciller, la Comisión Cascos Blancos ratificó, en diciembre del año pasado ante la Asamblea General de la ONU el compromiso de nuestro país con la paz y, particularmente, con la lucha contra el hambre y la pobreza, a través de esta Iniciativa. Expresó además el convencimiento de que la misma merece seguir recibiendo el apoyo sostenido de todos los miembros de la comunidad internacional.


Consideramos que esta Iniciativa Cascos Blancos, puede constituirse en uno de los instrumentos que contribuyan a evitar “el ensanchamiento de la brecha existente entre ricos y pobres, entre países centrales y países periféricos”, una separación que “refleja una realidad lacerante en términos de pobreza y exclusión social sin precedentes”, según lo ha manifestado el propio Presidente argentino durante la presentación internacional de su gestión en la propia Asamblea General de la ONU.


El pasado 4 de marzo, nuestro gobierno emitió el Decreto 280, por el cual dispuso la participación de medios, personal y voluntarios de la Comisión Cascos Blancos ante la situación de emergencia que atravesaba la hermana república de Haití.


Más allá de la reacción inmediata de la Argentina, que le permitió a esta Iniciativa convertirse en la primera acción de apoyo humanitario que llegó a Puerto Príncipe, es importante destacar que nuestro país aprovechó la oportunidad para refrendar su adhesión al “mantenimiento de la paz y seguridad internacional y la realización de la cooperación internacional en la solución de problemas internacionales de carácter humanitario y en el desarrollo y estímulo de los derechos humanos”.


El despliegue realizado constituye además una nueva demostración del interés argentino por mantener lazos de colaboración y solidaridad y, sobre todo, esfuerzos de integración de la región del Caribe al resto del continente.


La multiplicación de una experiencia


El esfuerzo de los equipos y misiones de la Iniciativa Cascos Blancos en la solución de distintos problemas de la comunidad americana, o en la búsqueda compartida de mecanismos tendientes a la misma, ha permitido que distintos países del continente, en momentos diferentes de la historia de la experiencia, sumarse activamente a la misma.


Atendiendo a este conjunto de razones, Cascos Blancos llega a la Asamblea General de la OEA 2004, a compartir sus prácticas y a ofrecer su colaboración para que la Iniciativa se multiplique entre los países de la región. De nada sirve encasquetarse tras el sello de las experiencias exitosas, lo importante es que, cada actividad que haya contribuido a paliar los problemas de nuestros hermanos, que haya dado respuestas a necesidades de la gente, que haya permitido asistir con rapidez a las víctimas de las tragedias y las catástrofes, sea tomada como propia por los países que lo consideren de utilidad para sus pueblos.


El anclaje de puntos focales Cascos Blancos en las Cancillerías de cada una de esas naciones, o en los organismos ejecutivos consideren necesario, permitirá multiplicar una herramienta en beneficio de las mayorías marginadas, de los sectores en problemas, de las poblaciones en emergencia.


Nuestros organismos internacionales en general, y la OEA en particular, tienen un papel fundamental en la difusión de la experiencia y en el fortalecimiento de cada nueva experiencia que replique la que ya está en marcha.


Esperamos en la próxima Asamblea General de OEA, el concurso de todos los países para impulsar la expansión de la Iniciativa Cascos Blancos, mediante el desarrollo de puntos focales para la temática que nos convoca, y al mutuo intercambio de experiencias solidarias en la crisis.


Trataremos de motivar a la mayor cantidad de naciones concurrentes en el diseño y la articulación de una red que articule a los cuerpos de Voluntarios y a la preparación de equipos de asistencia, dispuestos a responder rápidamente a los llamados generados por las crisis humanitarias, emergencias o catástrofes, que afecten o puedan afectar a nuestro continente.


Nos comprometeremos, como Iniciativa ya existente y en la medida de nuestras posibilidades, a brindar asistencia técnica a todos aquellos países que lo soliciten, tanto para replicar el sistema o para intercambiar experiencias mutuas, que faciliten la construcción del mejor modelo de asistencia humanitaria basada en la actuación del voluntariado.


Abogaremos por el aporte de experiencias sociales exitosas y replicables de enfrentamiento a la crisis, de recursos voluntarios, financieros, de equipamiento o de otra índole, para hacer frente a la creciente magnitud de los desastres naturales o de las emergencias de tipo social, incluidas las situaciones crónicas caracterizadas por el hambre y la pobreza.


En este sentido, promoveremos la transición del socorro a la rehabilitación, la reconstrucción y el desarrollo, presentando como mecanismo financiero posible al Fondo Especial Cascos Blancos, que administra la Secretaría General de la OEA, por medio de su Secretaría General Adjunta.


Por otra parte, intentaremos que se avance en el camino de la sistematización orgánica, en el marco de la OEA, de esa red de experiencias, misiones y grupos voluntarios que existen hoy en estado incipiente y, sobre todo, en el compromiso de gobiernos y representantes de la sociedad civil, para confluir en la solución a los problemas que nos acucian. Una futura articulación formal de las herramientas de asistencia humanitaria de los países miembros, será el catalizador que, seguramente, permitirá alcanzar una mayor eficacia para que nuestros pueblos puedan enfrentar con mayores posibilidades de éxito las crisis que enfrenten.


La definición correcta de los problemas, la búsqueda de experiencias sociales protagonizadas por los propios afectados, la posibilidad de replicar dichos modelos de acción, la integración al voluntariado social de los propios actores de las crisis y sus soluciones, junto a personal solidario especializado, constituyen un conjunto de elementos que pueden ser incorporados al diseño de cualquier política que intente dar respuestas a la crisis.


La coordinación bilateral, regional y continental, sin lugar a dudas, potenciará la posibilidad lograr el éxito que, en este caso, no es otra cosa que contribuir a la integración americana con grados creciente de participación en el desafío de pensar de nuevo para un mundo nuevo, de combinar distintas ideas y crear medios prácticos para ponerlas al servicio de los pueblos que representamos.


ANEXO 1 FORMATO DE PRESENTACIÓN DE INICIATIVAS PREMIO CULTURA
ANEXO 3 PROYECTO EMPRESARIAL CONCURSO INICIATIVA CAMPUS EMPRENDEDOR EDICIÓN
ANEXO A FORMULARIO DE ADHESIÓN A LA INICIATIVA “AGRICULTURA


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