CAPÍTULO I ORIGINES DE JUANA NÚÑEZ 1 INTRODUCCION LOS

39 Capítulo 1 1 Combustibles Industriales las Fuentes
Capítulo 10 Principios Generales de Rehabilitacion Jame r Christensen
Capítulo 5 5 Conclusiones y Recomendaciones Conclusiones 1

Tabla de Contenido Capítulos Páginas 1 Resumen Ejecutivo 1


Corrección:

Capítulo I
ORIGINES DE JUANA NÚÑEZ


1 INTRODUCCION


Los orígenes del nombre de Juana Núñez están envueltos en el hilo dorado de la leyenda. Nadie hasta ahora ha podido descifrar de un modo preciso el enigma que encierra este nombre.

Para los que somos hijos de Salcedo, la antigua Juana Núñez, el conocimiento preciso de por qué se llamó así encierra un interés muy apreciable, pues nos daría a conocer los primeros vagidos de la Ciudad de Salcedo, uno de los pueblos más amantes del progreso y de la cultura que existen en la República Dominicana.

De su historia, de su vida e instituciones vamos a tratar en estas paginas, que si no son acabadas en si , al menos tienen el merito de la buena voluntad con que han sido escritas, a pesar de las dificultades para recoger los datos necesarios. Dificultad que se agranda cuando se sabe poco el lo que se ha escrito sobre el particular.


2. TRADICIONES

Quien fue aquella persona que dio nombre a esos parajes de la rica y laboriosa Común y Provincia de La Vega, nadie lo sabe.

Durante la época colonial pocos son los documentos que nos hablan del “sitio” de Juana Núñez. El erudito historiador de nuestro pasado hispánico, Fray Cipriano de Utrera, capuchino, no lo ha encontrado; ni aparece significativamente en Relaciones Geográficas.1


Por otra parte, las tradiciones sobre la personalidad de Juana Núñez se dividen hasta llegar a lo inverosímil.


  1. JUANA NUÑEZ, LA ESCLAVA.


Según algunos Juana Núñez fue una negra esclava, tal vez liberada por su amo del yugo duro y cruel de la servidumbre, por llevar en su seno un hijo de su antiguo dueño, quien le dio posesión de un pequeño predio junto al camino real que iba de Moca a Macorís, ciudades ambas que surgieron a la vida en la segunda mitad del siglo XVI 112. Donde vivía Juana Núñez era precisamente el lugar obligado

para descansar los viajeros de las duras jornadas de aquellos días, en que el viajar era una proeza3.

Y los que iban y venían se saludaban con aquella cortesía que siempre ha sido proverbial entre los habitantes de esta tierra: "Si vas para donde Juana Núñez, si te detienes en lo de Juana Núñez", etc., y así, el tiempo y la costumbre bautizaron aquellos parajes y el río que los cruzaba con el nombre de la humilde esclava.


  1. EL SOLDADO MENDOZA


Según otros la leyenda debe ser más poética y romántica.

Erase un soldado de uno de los regimientos coloniales llamado Regino Mendoza, que por deberes de oficio tenía que recorrer los

polvorientos caminos del "Cibao", pasando entre rumorosas alamedas y bosques que en aquel pasado ignoto cubrían los lados del camino real. Y dicen que un día el soldado donjuanesco llevó consigo a una de sus amantes, para enseñarle la belleza de aquellos lugares, donde la naturaleza se manifestaba como un don del cielo; para que contemplara el verdor eterno de las montañas y sintiera el frescor de aquellas tierras negras, tan negras que parecen de azabache.

Habían dejado los campos risueños de Moca y al detenerse para descansar ellos y sus bestias, junto ala cantarina orilla de un riachuelo, preguntó el soldado a uno de los pacíficos habitantes aquel lugar: "¿Cómo se llama este río? ".



No tiene nombre, le respondieron.

Pues entonces ha de llamarse Juana Núñez, como tú, her­mosa mía, dijo a su amante. Y desde entonces el río se llamó Juana Núñez y del río tomó la sección su nombre4.


C) LA MADRE ADOPTIVA DE ANTONIO SANTANA

Dice otra leyenda que Juana Núñez, la propietaria de aquellos terrenos, le sirvió de madre amorosa, y al morir le legó el "sitio" a un niño expósito, a quien llamaron Antonio Santana, quien, en memoria de su madre adoptiva, llamó Juana Núñez al sitio que ella le legara.

Pero no puede ser así, pues Antonio Santana llegó a ser propietario del sitio de Juana Núñez por compra hecha a José Rodrí­guez, quien a su vez lo había comprado a don Andrés del Hierro, propietario del sitio en 1778, 22 años antes del nacimiento de Antonio Santana.


D) LA VERDADERA JUANA NÚÑEZ

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Al tratar de investigar origen tan oscuro, hay que desechar ante todo las tres leyendas antes relatadas, porque no hay manera de probar su autenticidad. No es posible admitir ni la Juana Núñez que fue esclava, ni la que fue amante, pues no parecen sino como una continuación de los cuentos de hadas que nos hacían nuestras abuelas. La Juana Núñez, madre adoptiva de Antonio Santana, tampoco cabe en el relato de la historia, como ya se ha visto.

Pero nos queda un camino, que si no absolutamente verídico, nos parece el más cónsono con la historia, y el único que puede dar pauta segura para los futuros investigadores del acervo histó­rico de esta patria dominicana.

Juana Núñez tuvo que ser alguna dama de alta alcurnia, due­ña de aquellos perdios de tiempos de la colonia. De principios del siglo XVII o antes. La familia Núñez es de abolengo y vino ala



Española con los primeros conquistadores. Y los Núñez desde temprana época fueron moradores de La Vega5.

"De entre los hidalgos influyentes que sentaron plaza en la blazonada Concepción de La Vega en los tiempos de la colonia", parece ser que el más poderoso, tanto por su prestigio como por su experiencia y sus riquezas, fuera don Baltazar Núñez de Lozada6.

Para 1769 era Alcalde Ordinario de La Vega, pero la familia Núñez está allí desde muchos años antes. Su esposa se llamaba Juana Núñez, como consta por la exposición que hacen los hacendados de La Vega al Rey, en 16 de noviembre de 1795, exponiendo las dificultades que presentaba el traslado ala isla de Cuba, después de la cesión de Santo Domingo a Francia por el Tratado de Basilea. Entre los firmantes está: "como apoderada general de mi marido Don Baltazar Núñez: Juana Núñez"7.

Hasta aquí no hay ningún indicio cierto de la existencia de nuestra Juana Núñez, que necesariamente, como veremos, debió vivir mucho antes de las fechas hasta ahora señaladas.

Pero, en el Convento de Santo Domingo de los Padres Predicadores de la Ciudad de Santo Domingo, en el centro de la iglesia, como de gente muy principal, hay una lápida que decía así:

"AQVI IAZE IV/ANA NUNE/QVE FALLECIO EN LA VEGA A/II DE MARC./MD.IVII/".

Parece ser que la fecha es 2 de Marzo de 15578.

Persona importante de la colonia e inmensamente rica debió ser la tal señora para ser trasladada desde la ciudad de La Vega hasta la de Santo Domingo, en aquellos tiempos en que las jornadas del camino eran tan difíciles.


GCAPÍTULO I ORIGINES DE JUANA NÚÑEZ 1 INTRODUCCION LOS rande también debió ser su influencia para que se permitiera su enterramiento en la nave central de la iglesia del Convento de Predicadores, que era asiento de la Pontífica y Real Universidad de Santo Tomás de Aquino, la más antigua institución de docencia universitaria en el Nuevo Mundo.

Qué razón histórica hay para no admitir, que esta linajuda dama fue la dueña de aquel sitio y que, por la costumbre popular, se diera el nombre de la dueña a los predios poseidos? Ninguna.


Supuesta lápida de "Juana Núñez". Fallecida en La Vega en 1557, en el pasillo central del Convento

de Los Dominicos, hoy sin letras,

por el paso de los fieles sobre ella.


La existencia del "sitio del Rancho de Juana Núñez" es bastante antigua, pues, como veremos en el capítulo segundo, Andrés del Hierro vende en 1778 el sitio a José Rodríguez, Subteniente de Milicias Urbanas, habiéndolo comprado a su propietario Manuel Pérez. Este posiblemente sería dueño del sitio a principios del siglo XVIII, o sea unos 150 años después de la muerte de nuestra Juana Núñez, sucedida en 1557.


E) TRADICION VEGANA


Existe, además, una tradición vegana que viene a corroborar esta afirmación. Salvos algunas inexactitudes concuerda con lo ya expuesto. Cuando la Junta Defensora de los Límites de La Vega presentó el 1 de febrero de 1907 su Informe a la Comisión que investiga el asunto de límites entre La Vega y Salcedo, dijo al principio de su exposición:

"Allá, en tiempos muy remotos, vivió en esta ciudad, de donde era natural, una rica propietaria que llevaba por nombre Juana Núñez, cuyos restos, según su última voluntad, reposan en la Catedral Primada. Esa rica propietaria era dueña de inmensos terrenos, y en ellos tenía un rancho para sus encargados en el mismo sitio que tuvo hasta hace poco su nombre¡ de ella, y por sucesivas ventas, llegaron esos terrenos, ha más dé medio siglo, a sea propiedad del honrado y laborioso señor Antonio Santana, fundador de Juana Núñez99.


F) TRADICION COTUISANA


Se conoce también una tradición del Cotuí, recogida a fines del siglo pasado por el Pbro. Tomás Fernández Ruiz, cura que fue de la Mejorada Villa, donde falleció en 190610.

Tradición que de sus labios oyó su sobrino el Pbro. Angel Ma. Segura y Bello, cura que fue por largos años de La Victoria y‑Villa Mella11 .




La tradición cotuisana afirma que el famoso "Sillón de la Viuda", en la Cordillera Central, debe su nombre a, Juana Núñez, que enferma gravemente en La Vega era llevada en un sillón a la Ciudad Capital para ver si podía recuperar su salud. Al llegar al paso de la cordillera, Juana Núñez entregó su alma al Creador, y sus acompañantes tiraron a tierra aquel sillón en que la conducían.

Su cadáver fue llevado apresuradamente ala Ciudad de Santo Domingo, donde recibió cristiana sepultura en la Iglesia del Convento de Padres Predicadores, habiendo fallecido el 2 de marzo de 1557.

Al pasar los caminantes por el lugar donde habían tirado el sillón en que la llevaban enferma, lo bautizaron con el nombre del Paso del "Sillón de la Viuda"12.

Nuestra Juana Núñez, pues fue persona importante y de alcurnia, viuda según parece, cuyos predios conservaron su nombre por largos años.

Tal vez algún día aparezcan en el Archivo General de Indias los documentos que prueben ser verdaderas esta afirmación nuestra. Aquí no la hay, puesto que el documento más antiguo que existe en la República es del 1591, en los libros de bautismos de la Catedral de Santo Domingo.

1 Rodríguez Demorizi, Emilio; ”Relaciones Geográficas de Santo Domingo”,I, 1979:II, 1978.

2 Polanco Brito, Hugo E.: "Historia de la Parroquia de Santa Ana", página 93.

S.D. 1978, con motivo del Bicentenario de S.F. de Macorís: Sánchez Valverde, Antonio:

"Idea del Valor de la Isla Española", 1937, pág. 137, nota 183.

3 .‑ Polanco Brito, Hugo E.: "Manuel Ma. Valencia, Político, Poeta y Sacerdote",1970, págs. 100‑105, donde se describe un viaje al Cibao en 1846.

44 ‑ Osorio Gómez, Juan A.: "Salcedo o una Provincia en la Historia", 1952. En

las páginas 15‑16 se hace defensor absoluto de esta leyenda como origen del nombre de Juana Núñez, leyenda que atribuye a Don Pedro Archambault; aunque habla de "como lo testifican los documentos de entonces", no dice cuáles sean estos documentos, ni dónde están. A mi parecer no hay ningún asidero histórico para aceptarla.



5 ‑ Aparecen algunas "Juana Núñez".•1591; mujer del platero Juan de Arenas en S.D. Otra, sepultada en la Catedral de Santo Domingo, 14 de mayo de 1712. El 15 de julio de 1778 el Alguacil Mayor de La Vega, Don Juan Núñez y el Regidor Don José Núñez firman documento en favor del convento de Los Mercedarios del Santo Cerro. Boletín del Archivo General de la Nación, 1945, (Nos. 40‑41, Mayo‑Agosto), pág. 140.

6 -Despradel Batista, Guido: "Historia de la Concepción de La Vega", pág. 236; en la página 25 afirma que, según una tradición vegana, Bernardina Núñez donó los terrenos para la fundación de la nueva ciudad de La Vega, después del terremoto de 1562. Además en 1505 era mercader en La Vega Bartolomé Núñez (Idem, pág. 13).

7 ‑ Incháustegui, Marino: "Documentos para Estudio", Bnos. Aires, 1957, pág. 104. Por este documento se afirma que la esposa de D. Baltazar se llamaba Juana Núñez, cosa que supone Desprecie¡ Batista, cuando afirma: "Parece ser que la primera esposa del Capitán Don Baltazar Núñez de Lozada llevaba por nombre Juana Núñez", Idem, pág. 237.

Hijo del segundo matrimonio de Don Baltazar con Dona. Ana Fernández es el Pbro. Silvestre Núñez, nacido en La Vega el 31 de Dic. de 1803, fue cura del Rosario de Moca desde el 10 de octubre de 1834 hasta su muerte el 20 de octubre de 1872.

Nieto de Don Baltazar lo fue Mons. Domingo de la Mota y Núñez, hijo de Francisco de la Mota Amézquita y de Inés Núñez Fernández, nacido en La Vega el 27 de Dic. de 1824 y fallecido en S.D. el 14 de Dic. de 1889.

8 .‑ Tejera, Emiliano: "Los Restos de Colón en Santo Domingo y Los Dos Restos de C.C.", edición, SO, 1953, págs. 66‑68, trae algunas copias de lápidas de La Catedral de SO.

Utrera, Fr. Cipriano de: "Dilucidaciones Históricas", I. So. 1927, ,págs. 319‑28; 340‑44 copia la mayoría de las lápidas del Convento, pero no ésta, que ahora (1980) está totalmente borrada por encontrarse en el pasillo central. Mide 92 cms. de largo, por 43 de ancho.



9 A.G.N. Fondos del Congreso, 1907. Todas las citas del Archivo General de la Nación se harán con la sigla: A.G.N.

10 El Pbro. Tomás Fernández Ruiz nació en Santo Domingo el 20 de mayo de 1862, h.l. de Tomás Fernández Noble y Prudencia Ruiz. Fue ordenado por Meriño en So. 19‑XII‑1885. Tte. Cura de Moca, 12‑III‑1897. Cura de las Matas de Farfán, nomb. de 11‑X‑1894 hasta el 24‑X‑1897. Cura Auxiliar de Cevicos, 25‑II‑1892 a 16‑VIII‑1893 y 11‑XI‑1897 a 20‑III‑1900. Cura encargado de Cotuí, 4‑III‑1892 a 29‑V‑1894. Cura de Cotuí XI‑1897 y allí murió en 1906.

11 .‑ El Pbro. Angel Me. Segura y Bello nació en San Carlos, el 2 de agosto de 1876, y fue ordenado por Meriño en SD. el 17‑IV‑1904. Fue por larguísimos años cura de Villa Mella y La Victoria, donde le decían "Papá Cura", porque la mayoría de la población había sido bautizada por él. Falleció en la ciudad de Santo Domingo.

12 .‑ Manuel María Valencia afirma en 1846 que le perturbaba y mortificaba "la idea de tener que pasar al día siguiente el formidable Sillón de la Viuda, cuya fama me hacía echar de menos la compañía de un buen cirujano que me acomodase los huesos que ese tan decantado pasaje alterase la forma y situación". Véase obra citada en nota 3. (pág. 101).

En el Sillón de la Viuda venció el Gral. Ulises Heureaux al Gral. Cesáreo Guillermo en 1879.





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