LA ARQUITECTURA TRADICIONAL EN EL MEDIO RURAL DE CANARIAS

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LA ARQUITECTURA TRADICIONAL EN EL MEDIO RURAL DE CANARIAS

LA ARQUITECTURA TRADICIONAL EN EL MEDIO RURAL DE CANARIAS


La arquitectura tradicional de nuestro medio rural es, posiblemente, uno de los elementos más importantes del Patrimonio Cultural de Canarias y por supuesto del paisaje de las islas. Rica y diversa en variedad y lenguajes, se ha desarrollado en cada isla marcada por la combinación de las diferentes condiciones geográficas e históricas, que ha llevado, incluso, a que en cada realidad insular existan relevantes diferencias entre sus comarcas. Esta es una de las razones por las cuales no debemos perder de vista la extraordinaria interacción de nuestra arquitectura tradicional con el espacio físico que la rodea. Esta suma de medio físico y de condiciones históricas hace que nuestra arquitectura tradicional se enmarque en lo que podemos definir paisajes culturales porque en ellos se han plasmado toda una serie de conocimientos, prácticas y realidades socioeconómicas que han formado parte intrínseca de nuestra identidad como pueblo.


A partir de mediados del siglo XX, con el cambio de modelo económico, el desarrollo de las infraestructuras y los nuevos modos sociales, se produce una ruptura en el proceso de intervención del territorio y en el desarrollo de los estilos arquitectónicos, produciéndose en Canarias un progresivo deterioro de su patrimonio construido. La adaptación al medio de la que hace gala la arquitectura tradicional es paralizada por los nuevos sistemas y materiales (la utilización masiva del bloque y el cemento…).

Asistimos a la destrucción de la arquitectura tradicional en aras de un supuesto progreso despreciando lo antiguo y edificando de forma no coherente con el pasado y de una manera inadaptada e irrespetuosa con el entorno.

Así, la arquitectura tradicional como máximo exponente de una cultura popular de carácter agrícola, donde la casa forma parte del paisaje en consonancia y armonía con él, se convierte en un elemento de gran fragilidad patrimonial.


Con esta breve aproximación pretendemos dar alguna luz sobre el grave problema que entendemos sufre nuestra arquitectura tradicional, que permanece insuficientemente estudiada y conocida y que poco a poco vemos desaparecer de nuestros campos y pueblos. Es nuestra intención abrir un debate constructivo y fructífero que creemos se ha retrasado durante mucho tiempo acerca del futuro de la arquitectura tradicional en Canarias en el medio rural. Para ello analizaremos la situación actual de este gran valor patrimonial y paisajístico y expondremos algunas de las razones por las que creemos que este patrimonio debe ser protegido y conservado. Intentamos de este modo colaborar con la difusión de los elementos propios y originales de estas construcciones y favorecer la aplicación de criterios respetuosos tanto en la rehabilitación de esta arquitectura como en las obras de nueva construcción.



Situación actual del patrimonio tradicional en el medio rural.


Tres son los principales problemas de la arquitectura tradicional en nuestras islas: el abandono, las rehabilitaciones incorrectas y la nueva obra irrespetuosa con un entorno con valor patrimonial, que va en consonancia con la pérdida de peso del sector primario y por lo tanto del paisaje cultural del que forman parte las arquitecturas tradicionales. A esto hay que sumar la gran desprotección que está sufriendo este paisaje con el desenfrenado desarrollismo de estos últimos años, propiciando la sobrepoblación del archipiélago y aumentando de una forma alarmante la presión de las empresas constructoras e inmobiliarias, con un crecimiento urbanístico desmesurado y desordenado de nuestras Islas.


La situación actual del patrimonio tradicional en el medio rural es compleja. Es fácilmente observable el estado de abandono en el que se encuentra la mayoría de las construcciones. La emigración poblacional, la división de la propiedad y la falta de actividad económica tienen sumida a la práctica totalidad de los caseríos, viviendas campesinas aisladas y otras construcciones rurales de las islas en el abandono.

El auge de la rehabilitación con diferentes fines: segunda vivienda, turismo rural, centros rehabilitados para funciones de la administración publica... ha llevado en numerosas ocasiones a autenticas atrocidades. Las modificaciones que han sufrido la mayoría de ellas para buscar las condiciones de habitabilidad sin un criterio respetuoso al rehabilitar e ignorando las tipologías, materiales originales, etc., apenas permiten hallar los elementos característicos de la arquitectura tradicional y han dejado de integrarse en el entorno tanto natural como humano, devaluando el valor de estos bienes patrimoniales y muchas de las veces haciéndolos desaparecer definitivamente.

En este panorama un importante punto de inflexión con respecto a la evolución en la conservación de la arquitectura tradicional es la aparición del turismo rural. Con él, muchos propietarios se han animado a rehabilitar viviendas en el ámbito rural, aunque en bastantes ocasiones es esta la causa de la falsificación de las tipologías, con intervenciones casi siempre poco afortunadas, la mayoría de las veces por ignorancia debido a la falta de un buen asesoramiento e información, tratando de imitar un supuesto “estilo rústico”. A este problema se añade la importación de los patrones de habitabilidad urbana transferidos a los hábitats tradicionales rurales.

Es como si a una joya de oro la pintáramos con purpurina, aunque lamentablemente en muchos casos ya es irrecuperable y la vuelta atrás irreversible.

Buscarle la rentabilidad económica es positivo y puede ser un buen incentivo para la recuperación de nuestro patrimonio, pero es fundamental una correcta orientación para evitar lo que está ocurriendo en estos momentos, de esta manera el turismo rural y el cultural pueden ser una gran vía para su conservación y restauración. Además de lo que viene dado por añadidura al conservar esas viviendas y su entorno incrementando el valor paisajístico como producto final.


Por ultimo, el incremento de la nueva construcción en el medio rural, (muchas de ellas construidas de forma ilegal debido a la permisividad de los Ayuntamientos y al escaso control de las otras administraciones y en bastantes casos como segunda vivienda, más propensa a ser “típica” o a imitación de ésta por establecerse en ámbito rural), y sin tener en cuenta la integración en zonas de interés arquitectónico o intentando hacerlo por medio de pastiches, ponen en cuestión nuestra capacidad de conservación de los conjuntos y elementos de alto valor patrimonial ante los que nos encontramos.

La nueva edificación sufre confusión constructiva, inadecuación al terreno y falta de identidad arquitectónica (abundando desproporcionadas “casas cubo” sin la más mínima adaptación a su entorno).

Dentro de la problemática actual específica de la arquitectura tradicional en el ámbito rural podemos destacar que el paso del uso del muro de carga por la estructura de pilares ocasionó la perdida de la evolución del tipo a partir de una crujía madre. La gran variedad de materiales que proporciona el mercado, sobre todo el uso masivo del bloque y el cemento, la facilidad del transporte, unido a diversas razones de tipo social y económica, además de la escasa sensibilidad junto a la falta de información y la poca atención y protección prestada a este patrimonio -tan importante además en el paisaje de las islas-, ha inundado de construcciones y de remiendos y añadidos mal entendidos la practica totalidad de los caseríos rurales, así como de fincas y terrenos aislados, produciendo un gran impacto en el entorno en el que se ubican.

La arquitectura rural actual se empeña en usar soluciones de carácter urbano, lo que olvida la adaptación al terreno, presentando además claros problemas de desmontes con vertidos de escombros. El modelo formal de la fachada, la casa cubo, la eliminación del ornamento, el sistema de cornisas, los balaustres prefabricados, los acabados comerciales, el blanqueado sistemático o los colores escandalosos, la carpintería de madera estandarizada, la carpintería de aluminio,… la falta en definitiva de imaginación y de buen gusto (en el sentido estético y de respeto hacia el entorno) están ocasionando irremisiblemente la degradación y la pérdida del paisaje y del patrimonio rural de las Islas.

Los materiales tradicionales, perfectamente aptos para su uso en la actualidad, han sido desdeñados tanto en las nuevas construcciones como en la rehabilitación, lo que a producido un cambio en la imagen exterior, a la vez que nos impide disfrutar de todos aquellos beneficios que además conlleva el uso de dichos materiales (estética, aislamiento, una correcta temperatura en verano y en invierno, ausencia de materiales tóxicos, etc.).

A esto ha contribuido el hecho de que tanto la obra nueva como la rehabilitación no ha sido acompañada por una cierta sensibilidad con el patrimonio ni por un correcto asesoramiento técnico y artístico, son contados los casos en los que restauraciones y rehabilitaciones pueden ser consideradas óptimas.

La carencia a nivel general de un auténtico conocimiento de este patrimonio, la escasa conciencia de su protección y de un verdadero interés por su conservación junto a la falta de personal cualificado en los ayuntamientos hace inviable hoy en día acordar medidas de protección y políticas de rehabilitación.

La ordenación territorial también sufre un proceso de confusión y escaso respeto hacia el paisaje y a la herencia de las futuras generaciones, primando el interés económico y la especulación, con la connivencia de las administraciones.




¿Por qué conservar y rehabilitar la arquitectura tradicional?


- En primer lugar creemos que tenemos la obligación de conocer y conservar nuestra arquitectura tradicional por razones culturales y de identidad . Como tradicional, esta arquitectura transmite el conocimiento y los valores de nuestro pasado, forma parte de nuestras raíces culturales. Este elemento patrimonial, tan unido al paisaje eminentemente agrícola de las islas se inserta como uno de los bienes imprescindibles para conservar lo local, nuestra cultura, tradiciones y memoria frente al vacío, y a la clonación y homogeneización de la globalización. ¿Qué señas de identidad, que pasado y que presente dejaremos a las futuras generaciones si seguimos machacando nuestro territorio y dejamos que desaparezca nuestro paisaje? ¿Que les quedará?, ¿La nada, “el no lugar”?


- Nuestra arquitectura ha sido influida por la de otros lugares a la vez que su influencia ha llegado a otros territorios, lo que la convierte en una herramienta, un puente, un nexo de unión cultural entre las islas y la península y América, una alianza entre ambos lados del Atlántico


- Como elemento que embellece y complementa el paisaje antropizado de las Islas. La conservación de la arquitectura tradicional revaloriza el paisaje y el patrimonio que lo compone, invita a conocerlo, apreciarlo y amarlo tanto al habitante de las Islas como al visitante.


- Es necesaria una mayor valoración del paisaje rural, del patrimonio cultural y natural y de su puesta en uso de una manera correcta, junto con el apoyo y el fomento de la agricultura y la ganadería de las medianías dada la importancia que tienen para contribuir a la economía familiar de estas zonas y así evitar además el abandono del campo y minimizar la enorme dependencia alimentaria que en las Islas tenemos del exterior.


- La apuesta por un turismo realmente sostenible. No podemos negar que el turismo es nuestra principal fuente de ingresos, por lo tanto, el camino de su renovación y fortaleza va por la defensa y potenciación de un turismo ambiental y cultural comprometido con el entorno, y que la conservación y potenciación de un Patrimonio y un Paisaje de tanta belleza, carácter y variedad como es el de nuestras Islas, se valore de la forma que realmente se merece. Un turismo enfocado hacia la cultura y el patrimonio, la naturaleza y la calidad medioambiental, y que bien gestionado puede contribuir al desarrollo económico en el ámbito rural.

Como dijo José Saramago: “Turismo de calidad es aquel que visita los lugares que se respetan a si mismos”.




Propuestas para la protección del patrimonio en el medio rural


Entre todos debemos hacer un gran esfuerzo por conocer, recuperar y conservar con la mayor urgencia posible lo que aun no se ha perdido.


Creemos que se debe producir un nuevo y eficaz desarrollo de todos los aspectos y actores que intervienen en la protección, gestión y ordenación de la arquitectura tradicional. Llevando a cabo actuaciones orientadas al conocimiento, recuperación y conservación de este precioso patrimonio, desarrollando los instrumentos y los criterios para llevar a cabo las medidas de Catalogación, Valorización, Protección, Vigilancia, Gestión, Ordenación…

Proponiéndose tres líneas de actuación:

- La protección mediante una legislación coherente, completa, ágil y aplicada fruto del consenso entre todos los agentes que de un modo u otro participan en el estudio y conservación de este patrimonio y en el desarrollo del medio rural.

- Un mayor estudio e investigación de la arquitectura tradicional y el patrimonio rural en general.

- Unos correctos canales de asesoramiento, difusión e información, tanto para la rehabilitación como para la obra nueva. Siempre dentro de un marco de un verdadero desarrollo perdurable y sostenible que tenga en cuenta las particularidades comarcales e insulares del Archipiélago.


Legislación



En la Ley de Patrimonio Histórico de Canarias, dentro de su Título Preliminar, se habla del “Deber general de respeto y conservación” (art. 4). En su punto primero dice: “Los ciudadanos y poderes públicos tienen el deber de respetar y conservar el patrimonio histórico canario y reparar el daño que se cause a los mismos”. Y el punto segundo continua: “Las Administraciones competentes asegurarán el mantenimiento y conservación de los bienes del patrimonio histórico canario, con independencia de sus titularidad o régimen jurídico, garantizando que su gestión se produzca sin merma de su potencialidad y de modo compatible con la finalidad de protección, preservándolos para futuras generaciones”.

Sin embargo, pensamos que hasta ahora ha sido, y lo sigue siendo, muy difícil llevarlo a cabo. En gran medida el valor del suelo viene determinado por los distintos planes urbanísticos que establecen el uso que se puede dar al mismo. Este hecho suele ser aprovechado para sacarle partido económico y, en un alto porcentaje de ocasiones, esto prevalece sobre la conservación del patrimonio.


Con respecto a las debilidades de la legislación vigente hay que realizar un diagnóstico de las lagunas existentes, de la dispersión y división de competencias, etc., para intentar paliar todos los posibles errores que se detecten y buscar las fórmulas para perfeccionarla y fortalecerla. Estableciendo completas y claras normativas, leyes, planes de ordenación del territorio y figuras de protección que se apliquen seriamente pero de forma ágil, simplificada, concreta y con menos burocracia para facilitar los trámites. Es necesaria la aplicación concienzuda y efectiva de las leyes y la vigilancia, inspección y persecución de la obra ilegal que castiga nuestro patrimonio, evitando así males mayores y problemas posteriores mucho más costosos y difíciles de solucionar. Por tanto, no sólo se trata de un problema legislativo, sino también ejecutivo, en el sentido de hacer efectivas las normas que ya existen. Creemos que se deben consultar y contrastar las experiencias que se han mostrado positivas y efectivas de otras comunidades autónomas y países.


Son las diferentes administraciones públicas las que se deben coordinar para llevar a cabo actuaciones efectivas. Si cada uno va por su lado, nunca se obtendrán los resultados que se debiera. Deben colaborar todas las instituciones aportando los medios necesarios para obtener resultados verdaderamente eficaces.


Es importantísimo también incluir la conservación del entorno en el que se encuentra la arquitectura a proteger, sin desvirtuarlo e incluso restaurándolo en la medida de lo posible, cuidando y rehabilitando la flora autóctona del lugar, plantando árboles (preferentemente locales) si hubiese lugar, así como por supuesto con medidas para el apoyo a la agricultura de la zona, valorizando el paisaje cultural del que forma parte.


Se precisan medidas reales de apoyo e incentivos a la rehabilitación y restauración ante el abandono y posible pérdida del inmueble. Siempre con la garantía del mejor asesoramiento y la vigilancia y control de la correcta intervención.


Es necesario el conocimiento y unificación de los criterios de intervención. Para ello y como primer paso se hace obligatorio el análisis por especialistas de las características del inmueble y su entorno, materiales originales de construcción, las diferentes tipologías, etc. Tratando de intervenir lo menos posible pero siempre sin menoscabo de la calidad, seguridad y comodidad en el caso de las viviendas. Y creemos que se debe tener mucho cuidado con el criterio de “dejar las huellas de su tiempo…” en el patrimonio heredado, pudiéndose llenar el inmueble de guiños a la modernidad, amenazando sus características singulares y valores históricos y culturales. Así no nos parece posible avanzar en la dirección que se plantea. Será necesario establecer aquellos mínimos máximos correctos y supervisar desde la administración con una inspección capaz y formada.


Los proyectos los debe elaborar y llevar a cabo personal preparado en el ámbito del patrimonio. Creemos que se debe comenzar con la ampliación de las infraestructuras en los departamentos de patrimonio: Equipos multidisciplinares, más trabajadores y mucho mejor preparados, más medios y el máximo material informativo, con criterios de consenso que permitan una elaboración más madura y sólida de las leyes de protección del patrimonio.


En el plano legal habría que escalarlo en tres niveles. El primero sería la legislación autonómica, el segundo los planes insulares de las islas, y un tercero, de Planes Generales de Ordenación Urbana de los municipios.


En la escala Autonómica el Texto Refundido recoge de forma somera aspectos relacionados con las actuaciones en suelo rústico, que tienen como condicionante para las intervenciones el valor etnográfico de los inmuebles. En este marco general sería necesario profundizar en directrices que permitan orientar al resto de instrumentos de ordenación sobre la materia.


Por su parte los planes insulares contienen algunas normas relativas a este tema. En primer lugar habría que conocer que contenidos presentan los documentos ya aprobados o en tramitación a fin de unificar criterios sin perjuicio de las realidades insulares. En este caso, es importante tener en cuenta que el propio Texto Refundido, remite un desarrollo reglamentario de estos aspectos a través de los famosos Planes Territoriales. Sería convenientes que estos instrumentos se convirtieran (en parte así lo es), en Planes Insulares de Patrimonio Histórico y creemos podrían ser los instrumentos nucleares para establecer por encima de los municipios los diagnósticos y las medidas de protección e intervención.


Por último, los planeamientos municipales (PGOU) deberán incorporar medidas en la misma dirección en forma de ordenanzas municipales, que deben estar en sintonía con los Planes Territoriales, pero con niveles más detallados derivados de las particularidades comarcales o locales.



Investigación y documentación.


Uno de los problemas contra los que más fuerza hay que luchar es el desconocimiento, la falta de información.


Es esencial un mayor impulso e inversión oficial y privada en la investigación, que promueva la realización de estudios, investigaciones, inventarios, catalogaciones, tesis doctorales, trabajos multidisciplinares, etc. y en la difusión y uso práctico de estos trabajos. Análisis exhaustivo de la información obtenida en el que se muestren las características principales de nuestra arquitectura tradicional. Realizar un diagnostico que incluya el inventario y el estado de conservación y usos actuales y posibles. Y finalmente, publicar los resultados en manuales y libros técnicos y divulgativos.


Por otro lado, también proponemos la elaboración de cartas y catálogos arquitectónicos y etnográficos, destinados a identificar, clasificar y calificar la arquitectura tradicional rural (todo tipo de arquitectura rural, doméstica, de uso agrícola, etc. -arquitectura del agua, industrial, molinos, hornos, eras…-), reuniendo los trabajos ya realizados por las diferentes administraciones (municipal, insular, provincial, autonómica) y de investigadores profesionales de la materia a título personal o propiamente científico.


Se podría también establecer un convenio entre las Escuelas de Arquitectura y de Arquitectura Técnica con los Colegio profesionales para que en varios proyectos de fin de carrera se contemple la rehabilitación documentada de varias inmuebles y otras arquitecturas rurales que permitan aplicar criterios de intervención en función de las características constructivas y los posibles usos, y cuyo premio sea la ejecución y dirección del proyecto implicando de esta manera a la Universidad.

Difusión y Asesoramiento técnico y artístico.


Para proteger nuestro patrimonio es imprescindible promover la revalorización de la cultura popular y tradicional. Para ello se puede hacer uso de campañas de sensibilización social y de la creación de centros de interpretación de la cultura popular canaria. Es conveniente asegurarnos de que estos canales de difusión de nuestro Patrimonio están basados en estudios serios y contrastados.


Además se deben establecer otras acciones educativas de información y valorización que aborden el gran vacío informativo que se traduce en falta de conciencia y sensibilidad, como pueden ser seminarios: cursos, exposiciones, conferencias, publicaciones y programas específicos de información y formación de tipo divulgativo tanto para el público en general como para profesionales del sector. Realizando campañas que indiquen de modo preciso el estado general en que se encuentra este patrimonio, las malas actuaciones que hasta ahora se han realizado, cómo se deben llevar a cabo las restauraciones y rehabilitaciones de forma correcta, etc. A través de la televisión (anuncios, reportajes, documentales…) la radio, reportajes en periódicos o revistas de amplia divulgación, la colaboración de instituciones comprometidas con el patrimonio, y sin otros intereses que no sean los de su defensa, etc. Una de las muchas fórmulas puede ser la edición de manuales divulgativos de amplia distribución.


Se hace necesaria también la preparación especializada de los agentes que participan en la ejecución de restauraciones o de nueva obra: arquitectos, aparejadores, carpinteros, albañiles, canteros, parederos, trabajadores del metal (herreros, latoneros…), jardineros… apoyando los oficios artesanales y propiciando la creación de pequeñas y medianas empresas que participen de forma multidisciplinar en el diseño, planificación y desarrollo de estas intervenciones en el paisaje y el patrimonio

Para conservar nuestro patrimonio es ineludible el apoyo a los oficios que están relacionados con la Arquitectura rural y que están en peligro de desaparecer, así como cursos y talleres sobre las técnicas de rehabilitación con materiales nobles y tradicionales con la imprescindible ayuda docente de los mejores especialistas de probada experiencia y conocimiento.


La inclusión del estudio de la arquitectura tradicional en el currículo educativo universitario de algunas carreras como por ejemplo: (Arquitectura, Arquitectura técnica, Historia del Arte, Geografía, Antropología, Ecología, Bellas Artes...), Artes y Oficios, formación profesional, escuelas de albañiles, etc., más allá de cursos o seminarios puntuales. Y nos parece fundamental el incorporar a la escuela y a la enseñanza secundaria el conocimiento y estima hacia estos bienes patrimoniales. En los lugares donde este tipo de patrimonio sea más destacado estaría bien realizar campañas de sensibilización de manera que, desde los propios centros educativos, se implicase al resto de la población y a las instituciones pertinentes, con el fin de potenciar estudios, cuidado y conservación de los inmuebles más cercanos a ellos y que de alguna manera participan de su propia historia. (Estas campañas podrían ser propiciadas por las oficinas de Patrimonio que proponemos en el último párrafo de este capítulo).


Programas de restauración y conservación del paisaje tradicional. Promover la continuidad de los actores y actividades ambientales y agrícolas (adaptándolos a la actualidad), teniendo en cuenta el modelo de desarrollo y la adaptación a la problemática de cada lugar.

Pero para todo ello se hace imprescindible una mayor implicación en conjunto de las administraciones y otros organismos y entidades: Ayuntamientos (Agencias de Desarrollo Local), Consejerías Insulares (Cabildos) y Regionales (Gobierno Autónomo); CICOP con su master de restauración y otros posibles cursos de formación a diferentes niveles y en distintos ámbitos, Asociaciones de Defensa del Patrimonio y otras; las Universidades canarias: Escuela de Arquitectura, Arquitectura Técnica, Geografía, Hª del Arte,…; Colegios de arquitectos y aparejadores; Escuela, Institutos de Enseñanza Media, Formación Profesional; Asociaciones comarcales e insulares de desarrollo rural…


Hace tiempo que se alzan voces solicitando la instauración de foros de debate donde estén presentes los distintos agentes e instituciones tales como política territorial, patrimonio histórico, turismo, ayuntamientos, unidades de patrimonio histórico, universidad, asociaciones, etc. y que de ese encuentro resulte un documento consensuado que pueda integrarse en los catálogos municipales y que finalmente se traduzca en exposiciones y otras actividades informativas itinerantes por municipios.


Por último, proponemos la creación de oficinas a nivel insular (o quizás si fuese necesario en las Islas más grandes, a nivel comarcal), con personal realmente cualificado que con una amplia base de datos (catálogos, publicaciones…) y el conocimiento profundo del patrimonio de su Isla, hagan la labor de asesoramiento, apoyo, control y vigilancia, divulgación y dinamización de la arquitectura rural. Y que al mismo tiempo sirva de central de datos de toda la información que exista sobre el tema, observando las carencias y debilidades y tomando las medidas necesarias para evitarlas y solucionarlas. Con relación entre ellas y dependiendo de los Cabildos, y coordinadas por un Organismo de Gestión del Patrimonio Arquitectónico Tradicional a nivel autonómico con personal realmente cualificado en el tema, que poseyese una red eficiente de comunicación con las diferentes administraciones públicas (a través de estas oficinas), de manera que su actuación resultase efectiva.. Con control sobre las actuaciones municipales y con un criterio de mínima intervención y máximo respeto a la obra original.





CUESTIONARIO


El cambio del modelo agrícola al dependiente del turismo, hace imprescindible generar usos alternativos que sean compatibles con la preservación patrimonial y paisajística de los caseríos y viviendas aisladas del medio rural.

Debemos recuperar las construcciones, procurando la mínima transformación, respetando la volumétrica y los materiales. Intentar compatibilizar la realidad constructiva actual con las aportaciones tradicionales en cuanto a la recuperación de tipologías, aprovechamiento de la obra física existente y la adecuación de la sección al terreno. Que las actuaciones acometidas se adapten al paisaje y a la arquitectura del lugar y así resulten en armonía con él. Teniendo como principio el máximo respeto a las características, flora, etc. del entorno en que se encuentra, promoviendo su restauración (por especialistas multidisciplinares) cuando se precise y siempre con el criterio antes mencionado de la mínima intervención.


Procuraremos identificar y analizar los elementos más representativos, los materiales, su funcionalidad, estética y modo de ejecución para así poner en valor este patrimonio, difundirlo y, de este modo, facilitar unos correctos trabajos de restauración y rehabilitación, evitando la pérdida de identidad de la arquitectura tradicional canaria y otras arquitecturas rurales.


Para tratar de encontrar los canales necesarios para desarrollar y llevar a cabo estas ideas, se incluye la realización de una encuesta dirigida a todos aquellos agentes que participan e intervienen de alguna manera en la arquitectura en el medio rural y a todas las personas sensibles con esta problemática, que sirva para elaborar unas conclusiones y propuestas para el futuro. Nos gustaría que todas las ideas que se aporten, además de servir para elaborar un artículo-propuesta en el próximo número de Rincones del Atlántico (Nº 4), posteriormente sean trabajadas en el marco de unas jornadas, en las que también se involucren las administraciones públicas, y donde se debata de manera amplia y profunda sobre este tema y de las que puedan surgir propuestas y alternativas tangibles efectivas para el futuro próximo.



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Por favor: Enviar el cuestionario preferentemente por correo electrónico a: [email protected] www.rinconesdelatlantico.com


- Teléfono y fax: 922 127559

- Dirección Postal: Rincones del Atlántico. Apartado de correos 148.

38300, La Orotava. Tenerife.


No es necesario ni obligatorio contestar a todas las preguntas sino a las que creas conveniente.

No es un cuestionario rígido, sólo pretendemos recoger tus impresiones y tus propuestas y soluciones al tema. Nos gustaría recibir este cuestionario, si es posible, antes del 15 de Agosto del 2006, para así poder disponer de tiempo suficiente para elaborar el artículo-propuesta que está previsto que salga en el próximo número de Rincones del Atlántico (Nº 4).

Muchísimas gracias por tu colaboración y participación.


Todos somos responsable y entre todos debemos rescatar nuestra arquitectura tradicional de la desaparición.



PREGUNTAS:


1- Problemática general y algunas propuestas de actuación.


1.1-¿Cuáles cree que son los principales problemas que amenazan al Patrimonio Arquitectónico tradicional en el medio rural en Canarias?


1.2-¿Consideras compatible el modelo de desarrollo actual de Canarias con la preservación del paisaje rural? ¿Por qué?


1.3-¿Cuáles son los principales problemas que acarrea un desarrollo urbanístico poco planificado? ¿Cuál sería la solución de los mismos?

1.4-En general, ¿qué necesidades y actuaciones considera prioritarias para asegurar el porvenir del Patrimonio Rural? ¿Qué sugerencias y propuestas aportaría para mejorar la situación del Patrimonio Arquitectónico Rural?


1.5-¿Debe tener prioridad la conservación de estos bienes y su entorno sobre los intereses particulares o municipales sobre el valor del suelo? ¿Por qué razones?


1.6-¿Qué medidas pueden adoptarse para activar económicamente la agricultura en Canarias -principal soporte de nuestro Patrimonio Rural-? ¿Cómo fomentarla, sobre todo entre las nuevas generaciones, e incluso enriquecerla?


1.7-¿Cómo se podría incentivar a los propietarios de bienes integrantes de nuestro Patrimonio Rural a valorarlo, mantenerlo y conservarlo?


1.8-¿Puede haber compatibilidad entre la preservación del medio y la del Patrimonio Rural y su desarrollo económico? ¿Cómo puede conseguirse?



2- Problemática y propuestas para conservación, restauración y obra nueva.


2.1-¿Cómo se pueden evitar y prevenir las malas intervenciones privadas y públicas que deterioran (por desgracia la mayoría de las veces definitivamente) las viviendas y otros elementos agrícolas -lagares, eras, hornos, estructuras hidráulicas…- que componen nuestro Patrimonio Rural? ¿Con que medidas?


2.2-¿Cómo se resolvería el problema de los nuevos edificios que se construyen
en el marco de las zonas rurales, cuyas características: volumetrías, alturas, tipologías, materiales, colores, etc., deterioran la estética del paisaje agrícola en el que se ubican?


2.3-¿Deben existir unos criterios reglados y normalizados de reforma y de restauración -que incluso se contemplen en las leyes y/o en los diferentes tipos de ordenanzas- que dirijan cualquier actuación de este tipo de reforma en un bien integrante del Patrimonio Rural? En caso afirmativo, ¿cuáles cree que deben ser esos criterios? Y, respecto a los mismos -que pueden ser de los más variados: de protección, de intervención, tipos de materiales, para obras nuevas…-¿Que administraciones publicas deben reglar estos aspectos y en que grado y orden de implicación? ¿Qué instituciones privadas y/o públicas deben colaborar en este proceso?


2.4-¿Qué personas, técnicos, ámbitos profesionales, entidades y administraciones deberían ser los encargados de elaborar estos criterios consensuados de intervención y conservación?


2.5-¿Cree importante hacer análisis previos a la intervención que contengan estudios del medio físico y geomorfológico de la zona, de las condiciones climáticos, de las características socioeconómicas, además de las tipologías en las edificaciones, de los materiales y sistemas constructivos, de los elementos singulares, etc.? ¿Piensa que actualmente se hacen?



3- Problemática y propuestas para legislación, investigación, difusión y asesoramiento.


3.1-Desde el punto de vista legislativo, ¿hay necesidad de mejores y más completas leyes, y que sean a la vez más ágiles y concretas? En caso afirmativo, ¿qué vacíos y debilidades se detectan? ¿Qué aspectos se deberían incluir en ellas?


3.2-¿Cree usted que el concepto de paisaje cultural está contemplado suficientemente en la legislación y en las teorías sobre Patrimonio? ¿Cómo se puede garantizar la protección de los inmuebles juntamente con los espacios agrícolas –con todos los elementos que los integran y están en directa relación con las mencionadas edificaciones: parcelas agrarias, arbolado, eras, lagares, viejos caminos y senderos…- que los circundan y le dan todo su sentido?


3.3-La catalogación e investigación de los bienes y elementos que configuran nuestro Patrimonio Rural es algo básico para su conocimiento y protección, por tanto, ¿qué aspectos deben ser contemplados? ¿Cómo debe ser la metodología a seguir? ¿Qué aspectos deben ser contemplados?, ¿Qué disciplinas podrían participar en este tipo de trabajos?


3.4-¿Cree que sería un primer paso imprescindible sería la realización de unos catálogos- inventarios de cada isla que contengan todo el Patrimonio Arquitectónico Rural y que definan además las características y tipologías de cada zona (reciclando y actualizando los ya existentes)? ¿Cree conveniente que estos catálogos sean además instrumentos con valor de protección de estos bienes por su interés etnográfico, histórico, arquitectónico, paisajístico…y que por lo tanto requieran de un ordenamiento para la intervención en estos, además de apoyo para evitar su desaparición por el abandono?


3.5-¿Están los agentes participantes de la conservación y restauración de la arquitectura tradicional (arquitectos, aparejadores, administración, legisladores, propietarios, constructores, ciudadanos…) debidamente preparados y asesorados para una correcta conservación de nuestro patrimonio? ¿Cómo se podría mejorar este aspecto? ¿Y acerca de los oficios relacionados con la arquitectura tradicional, qué medidas crees que se deben tomar para su apoyo, desarrollo y consolidación?


3.6-¿Debe la arquitectura tradicional incluirse en el currículo educativo universitario de algunas carreras como por ejemplo: (Arquitectura, Arquitectura técnica, Historia del Arte, Geografía, Antropología, Bellas Artes...), así como en la formación profesional, escuelas de albañiles, Artes y Oficios, etc.? Es más, ¿debe también incorporarse a la escuela y a la enseñanza secundaria el conocimiento y estima hacia estos bienes patrimoniales? ¿Tiene algunas otras ideas?


3.7-¿Qué propuestas puede hacer para dinamizar la investigación, la divulgación y el asesoramiento sobre la arquitectura tradicional de las islas?


3.8-¿Cree que deberían hacerse campañas de información, concienciación,…? ¿Puede aportar algunas ideas especialmente novedosas?


3.9¿Cual es su opinión acerca de la creación de unas oficina de gestión a nivel Insular (coordinadas con las demás islas) como la que hemos expuesto, con personal especialmente cualificado, que vigile, asesore, apoye, promueva, informe, con documentación y una amplia base de datos…?


3.10 ¿Quiere añadir algo más?


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ADONIS FLORES (SANCTI SPÍRITUS CUBA 1971) ESTUDIOS 19921997 ARQUITECTURA
ANDRÉS A SÁNCHEZ HERNÁNDEZ ARQUITECTO Y MAESTRO EN ARQUITECTURA


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