P a r r o q u i a d e l S a n t í s i m o R e d e n t o r ( M a d r i d ) - 27 de octubre de 2010
«Déjate
encontrar por Jesús»
»
(Gn
1, 3)
J
Jesús está deseando entrar en nuestra vida, pero nos pide valor y desprendimiento. Y no sólo de lo material, que viene por añadidura, sino de lo espiritual.
Seguir a Jesús es situarse en el extremo contrario al que sugiere nuestra sociedad: en el de ser servidor en lugar de señor; en el de compartir en lugar de acumular; en el de humillarse en lugar de exaltarse.
Pidámosle hoy al Señor de nuestra vida, que nos ablande el corazón; que nos haga más permeables a su voz y a su mensaje; que no tengamos miedo al cambio porque con Él todo es posible.
D
Déjame oír tu voz,
que tu palabra resuene en mi interior.
Acalla mi alma y llénala de Ti.
D
Canta mi alma a Dios (D. 26)
Canta mi alma a Dios,
bendice al Señor,
canta mi alma a Dios,
Él es mi Redentor.
Salmo 144
Te ensalzaré, Dios mío, mi rey;
bendeciré tu nombre por siempre jamás.
Día tras día, te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás.
El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas.
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
q ue proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas.
El Señor es fiel a sus palabras,
bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que van a caer,
endereza a los que ya se doblan.
Palabra
del Señor [Lc
19, 1-10]
En aquel tiempo, entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad. Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió a una higuera, para verlo, porque tenía que pasar por allí. Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo: - «Zaqueo, baja enseguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa.» Él bajó enseguida y lo recibió muy contento. Al ver esto, todos murmuraban, diciendo: - «Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador.»
Pero Zaqueo se puso en pie y dijo al Señor: - «Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más.»
Jesús le contestó: - «Hoy ha sido la salvación de esta casa; también éste es hijo de Abrahán.
Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido.»
Tiempo de
silencio y para compartir
A
Acógeme Dios, en Ti encuentro refugio
Señor, Tú me haces feliz
Bonum est confidere (D. 21)
Bonum est confidere in domino. Bonum sperare in domino.
N
Ven, no apartes de mí los ojos,
te llamo a ti, te necesito
para que se cumpla en el mundo
el plan de mi Padre.
Padrenuestro
Oración
final
Señor, Tú me conoces mejor de lo que yo me conozco a mí mismo. Tu Espíritu empapa todos los momentos de mi vida. Gracias por tu gracia y por tu amor que derramas sobre mí. Gracias por tu constante y suave invitación a que te deje entrar en mi vida. Perdóname por las veces que he rehusado tu invitación, y me he encerrado lejos de tu amor. Ayúdame a que en este día venidero reconozca tu presencia en mi vida, para que me abra a Ti para que Tú obres en mí, para Tu mayor gloria.
(San Ignacio de Loyola)
A
J esucristo, yo siento tu voz.
Tú me has dicho: Ven y sígueme.
Déjalo todo y dalo a los pobres.
Quiero que seas sal y luz.
Confía siempre
porque a tu lado estoy.
Aquí, Señor, tienes mi vida
que quiere ser presencia de tu amor;
sé que no es fácil seguir tus huellas
pero con tu fuerza seré fiel.
Te serviré entre los hombres,
tu reino anunciaré,
porque a tu lado quiero caminar.
Te serviré entre los hombres,
tu cruz abrazaré.
Si no respondo,
vuélveme a llamar. Amén.
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