APRENDIZAJES BÁSICOS PARA LA VIDA Y EL DESARROLLO HUMANO

APRENDIZAJES BÁSICOS PARA LA VIDA Y EL DESARROLLO HUMANO
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GUÍA DE APRENDIZAJES N° 002 CLASE 02 SEGUNDO CICLO

APRENDIZAJES BÁSICOS PARA LA VIDA Y EL DESARROLLO HUMANO

APRENDIZAJES BÁSICOS PARA LA VIDA Y EL DESARROLLO HUMANO.

Dr. Gustavo Torroella1



(…) Después de conocer las características de la educación para la vida y el desarrollo humano y los postulados fundamentales en que se basa, surge la pregunta, la cuestión central: ¿En qué consiste concretamente y cómo se lleva a cabo esa educación para la vida que nos preparara para una vida de mejor calidad? ¿Cuáles deberían ser los aprendizajes básicos que se deberían aprender para afrontar la vida, para satisfacer las necesidades humanas fundamentales, para desarrollar nuestras potencialidades, lo que nos permitiría lograr un pleno desarrollo humano?

En resumen, para prepararse adecuadamente para la vida, es decir, para saber enfrentar y satisfacer sus exigencias y demandas, para saber quiénes somos y poder dirigir y orientar nuestra conducta, para saber elegir y tomar decisiones, para poder resolver los problemas que la vida cotidiana nos propone, para convivir armoniosa y cooperativamente con nuestros semejantes, para poder comunicarnos óptimamente con los mismos, para transformar creativamente el mundo en que vivimos, para todo ello y mucho mas que es la vida, es decir, para aprender a vivir, una vida plenamente humana, es necesario aprender a realizar una serie de aprendizajes básicos, de aprender, digamos, un conjunto de lecciones fundamentales que es lo que podríamos denominar, didáctica de la vida humana que vendría a ser la didáctica magna de nuestro tiempo.

Esa serie o sistema de aprendizajes básicos es lo que deberían constituir los objetivos fundamentales y el contenido esencial de una educación para la vida, y el desarrollo humano que como se puede apreciar, distan bastante de la educación tradicional intelectualista que se limita a enseñar las materias escolares sin vinculación con esa vida humana concreta que hemos caracterizado con sus afanes, necesidades, problemas, tareas, valores.

La finalidad del sistema de aprendizajes básicos lógicamente corresponde a la misma finalidad del sistema de la vida humana: formar una jerarquía u orientación de valores, un sentido de la vida al servicio del cual se subordinen y desarrollen todos los aprendizajes para la vida, que son vistos así como tributarios de esa dirección u orientación de valores que rige a la vida personal.

De este modo, nos conocemos, nos dirigimos y controlamos, desarrollamos la voluntad, hacemos proyectos de vida, convivimos y nos comunicamos, trabajamos y creamos, afrontamos la vida, etc. no como aprendizajes separados, independientes, sino como un sistema de aprendizajes que tienen el objetivo convergente común, de contribuir a la realización plena de nuestra persona lo que implica, debe implicar, una orientación hacia la meta ética de la excelencia, de una mejor calidad de vida, que es tender al mejoramiento individual y social.

Los aprendizajes básicos para la vida se pueden clasificar en tres grupos para facilitar su exposición, de acuerdo a los objetivos predominantes y a los aspectos principales de la vida a que se refiere, aunque debemos tener siempre presente que están íntimamente relacionados constituyendo un sistema. Son los grupos siguientes que forman el sistema de aprendizajes para aprender a vivir, que corresponden a las actitudes y relaciones fundamentales que tiene el hombre en la vida: aprender a vivir consigo mismo, aprender a vivir con los demás y aprender a afrontar la vida; pensar, valorar y crear.

a) Aprender a vivir consigo mismo

b) Aprender a convivir y a comunicarse con los otros

c) Aprender a afrontar la vida: a pensar, valorar, crear



Significado, importancia y proceso de formación de los aprendizajes básicos para la vida y el desarrollo humano.

El ser humano arriba a su nivel más alto cuando desarrolla la conciencia crítica, reflexiva y valorativa que genera las necesidades superiores o meta-necesidades que motivan que el sujeto se plantee las cuestiones fundamentales de qué son las cosas y quién soy yo, para qué son las cosas y cuál es la finalidad de mi vida, qué importancia tienen las cosas y personas que me rodean y mi vida en medio de ellas.

Después de estas primeras cuestiones reflexivas y valorativas motivadas por las necesidades humanas superiores, estas inducen y promueven las praxis transformadoras, creativas, con la intención y objetivo de mejorar al mundo y a sí mismo, para lo cual se requiere aprender a hacerlo, que es aprender a vivir una vida plena y de autorrealización continua, que implica: cuestionamiento, explicación, valoración y creatividad, lo que desemboca en el mejoramiento de la realidad externa e interna de la propia persona.

¿Qué debemos hacer para lograr esos objetivos? Deberíamos aprender la serie de aprendizajes básicos que hemos explicado para desarrollar nuestras potencialidades y promover el proceso de nuestra autorrealización.

Ahora bien, esos aprendizajes básicos no están aislados o separados, sino forman un sistema del que cada uno es parte y contribuye al gran aprendizaje de aprender a vivir. Cada aprendizaje corresponde a un tipo de actividad y relación que tiene el hombre en el mundo, a saber: de subsistencia, cognitiva, valorativa, volitiva, proyectiva, manipulativa, comunicativa, convivencial, transformadora, creativa, destructiva, etc. Es decir, cada actividad o relación que tenemos con el mundo se puede aprender a hacerla mejor, a perfeccionarla. Esos son los aprendizajes básicos para la vida y el desarrollo humano.

Como esas actividades y relaciones que tenemos en el mundo no están aisladas o separadas, sino forman un continuo y cada una implica a las otras, constituyendo una intrincada red, de ahí que haya que ver a los aprendizajes básicos como parte de un sistema: que es aprender a vivir. Este sistema tiene, como veremos un principio rector: la orientación de valores o sentido de la vida del sujeto, al servicio del cual están subordinados todos los aprendizajes básicos.

El proceso de formación de los aprendizajes básicos.

El proceso de formación de los aprendizajes básicos debe ser un proceso educativo consciente, intencional, propositivo y consta de las siguientes fases:

  1. Desarrollo de la conciencia crítica, reflexiva y valorativa.

Este proceso comienza con el desarrollo de la conciencia crítica, reflexiva y valorativa, es decir, del darse cuenta plenamente de la vida y se manifiesta en la meta-necesidad de saber qué son las cosas, cómo son y para qué y sobre todo con respecto a uno mismo: ¿Quién soy yo? ¿Cuál es el objetivo de mi vida? ¿Qué quiero hacer y ser?

Después que la conciencia crítica, el pensamiento reflexivo y la actitud valorativa nos planean esas grandes cuestiones, esto nos mueve o motiva a la próxima fase.

  1. La praxis transformadora, creativa y comprometida.

Para darle respuesta a esas grandes cuestiones que nos plantea la conciencia crítica, reflexiva y valorativa (el lado teórico de nuestra persona) interviene el lado práctico de la praxis transformadora, creativa y comprometida, de la voluntad, que nos hace cambiar, aprendiendo o perfeccionando los aprendizajes básicos para la vida, para una vida de mejor calidad, a través de los cuales nos realizamos y contribuimos a la transformación del mundo que nos rodea.

  1. La orientación de valores o sentido de la vida dirige y regula el proceso de formación de los aprendizajes básicos.

Estas preguntas radicales de qué quiero hacer, quién quiero ser, adonde debo encaminar mi vida, motiva el aprendizaje básico, cimero, que orienta a todos los demás, que es aprender a darle un objetivo o sentido a nuestra vida. Es decir, todos los aprendizajes básicos están, deben estar, al servicio de los objetivos o valores para los que vivimos. Ese sentido o dirección que le damos a nuestra vida orienta y regula el proceso de formación de los aprendizajes básicos porque el sujeto es una unidad, un sistema y la dirección de su vida influye en todos sus aprendizajes.

De tal modo que lo que aprendemos, en primer lugar, los aprendizajes básicos, lo hacemos para realizar mejor los objetivos de nuestra vida. En la medida que yo sé el sentido o dirección de mi vida y estoy motivado para cumplirlo, estoy también en mejor disposición de realizar los aprendizajes básicos para que ellos coadyuven en esa orientación que le doy a mi vida.

¿Y cuál es, en última instancia, el significado más profundo del sentido o finalidad de la vida?





El objetivo final de la pedagogía del ser y del valor.

El objetivo final de la pedagogía del ser, de la preparación para la vida, no tiene, por lo tanto, la meta última en el propio individuo, sino que lo sobrepasa y supera proyectándose, por la fuerza del amor y la creatividad hacia los valores superiores mas allá de su propia vida, como puede ser otras personas, causas importantes, la patria, la humanidad, la bondad, la justicia, la ciencia, el arte, la cultura, porque el despliegue y desarrollo del sujeto lo convierte en tránsito, afluente o tributario del río mayor de la sociedad y en este sentido, no solo Patria es humanidad, como decía Martí, sino YO es humanidad.

Este aprendizaje de la trascendencia se hace a través de la autorrealización, que es una profunda necesidad existencial que implica liberarse de las ataduras individuales, ensanchar las fronteras del yo y crecer y trascender hacia los valores de la humanidad y la cultura. Este es otro y el principal aprendizaje para una vida de superior calidad que consiste en una vida ética, buena, digna, excelente, fuente de todos los valores superiores.

Resumimos lo expresado sobre los fundamentos e importancia de los aprendizajes básicos para la vida en la siguiente forma:

  1. El proceso de formación del sistema de los aprendizajes básico se inicia como respuesta a las necesidades humanas fundamentales engendradas por la conciencia crítica, reflexiva y valorativa, necesidades que nos plantean las cuestiones primordiales de la vida humana y que instan y promueven al ser humano a su cumplimiento.

  2. Esas necesidades humanas motivan, inducen a la praxis transformadora que nos hace emprender cambios: aprender una serie de aprendizajes básicos para prepararnos para la vida humana.

  3. Estos aprendizajes no están ni se aprenden aislados o separadamente, sino que constituyen un sistema: aprender a vivir.

  4. El sistema de aprendizajes básicos tiene como principio rector o columna vertebral el aprendizaje de la orientación de valores o de la dirección o sentido de la vida.

  5. La orientación de valores o dirección y sentido de la vida que rige el sistema de aprendizajes básicos promueve que la vida se proyecte trascendiendo de si misma hacia los valores superiores, teniendo estos como valor cimero o cumbre uno que tiene varios nombres: la dignidad, la bondad, la excelencia, a partir del cual se originan y ramifican todos los val9ores. No en balde Martí quería fuera la primera ley de la República.

Los aprendizajes básicos no constituyen una suma de aprendizajes diversos y desvertebrados, sino un sistema cuyo eje o columna vertebral es la orientación de valores o sentido de la vida del sujeto.

La autorrealización y desarrollo personal se efectúan a través del sistema de aprendizajes básicos que hemos expuesto anteriormente. Ahora bien, los aprendizajes básicos no deben ser concebidos como una colección o sumatoria de aprendizajes diferentes unos de otros, sino que constituyen realmente un sistema que se integra, en definitiva, en un único aprendizaje total que es aprender a vivir. La finalidad de ese sistema de los aprendizajes básicos consiste en satisfacer las necesidades superiores que promueven el desarrollo humano y tiene ese sistema, como columna vertebral que articula todos los aprendizajes, una jerarquía u orientación de valores que le da dirección o sentido a la vida.

Así, los aprendizajes básicos de auto-cuidado, del conocimiento de sí mismo, de poder dirigirse, controlarse y tomar decisiones, de orientarse y proyectar nuestras vidas, de saber convivir y comunicarse, de afrontar la vida, de pensar resolver los problemas y ser creativos, son aprendizajes que contribuyen al desarrollo personal y a la autorrealización bajo la rectoría del aprendizaje directriz de la orientación de valores y del sentido de la vida, que debe culminar con aprender a vivir una vida buena, digna, excelente, superior, al servicio de la cual tributan todos los aprendizajes básicos.

Esa autorrealización o despliegue del potencial humano, que engendra una personalidad desarrollada y saludable, constituye un proceso continuo, ilimitado, de mejoramiento personal y de calidad de vida.

A continuación presentamos este enfoque en sistema de los aprendizajes básicos en forma didáctica para facilitar su enseñanza, en el cual aparecen los referidos aprendizajes básicos para el desarrollo humano constituyendo un sistema en que cada uno está íntimamente relacionado, enlazado, con los otros y con la vida cotidiana donde tienen lugar tales aprendizajes, como parte de una gran totalidad, como facetas de un solo aprendizaje: aprender a vivir.

Con vista al programa para el desarrollo humano personal, que se expone al final de esta obra, como la parte aplicada de la misma, los aprendizajes básicos están enumerados en forma de proposiciones, lo que facilita los ejercicios de reflexiones y prácticas que contiene esa sección de las técnicas del programa de entrenamiento para el desarrollo del potencial humano.

Enfoque en sistema de los aprendizajes básicos para la vida y la promoción del desarrollo humano. (Fig. 13)

  1. Aprender a ser una persona plenamente consciente de si misma y de lo que le rodea y a autoestimarse.

Aprender cada día, cada momento de nuestra vida, a ser una persona plenamente consciente, que se da cuenta cabal de lo que hace y de lo que es, de lo que sucede y de lo que hace suceder, por estar abierto al mundo externo e interno y sentir una autoestima positiva.

  1. Aprender a actuar voluntaria y autónomamente (Ser hombre piloto y no robot).

Lo que actuamos o hacemos en la vida se divide en dos clases: 1) Los actos voluntarios autónomos, con propósito o finalidad consciente, que constituyen el nivel superior directivo de nuestra personalidad; y 2) los actos no propositivos o involuntarios (instintivos, reflejos, hábitos) que corresponden a nivel inferior.

Los primeros son los que deben dirigir nuestra vida y los segundo debemos convertirlos en aliados y colaboradores, servidores de nuestros propósitos conscientes, de nuestra voluntad, la cual, para que sea cabal y eficiente debe constar de todas las etapas que la constituyen (propósito, deliberación, elección, decisión, confirmación o ratificación, planificación y programación y dirección de la ejecución). La voluntad constituye el centro rector ejecutivo del nivel superior de la personalidad.

  1. Aprender a orientarse, darle un sentido a la vida y formar una jerarquía de valores o escala de “importancias”, fuente de los actos voluntarios.

Cada acto voluntario que realizamos se propone lograr un objetivo importante, y por lo tanto persigue alcanzar u obtener un valor. Cada acto voluntario, para vivir coherentemente y de acuerdo con nosotros mismos, debe concordar o ser consecuente con nuestra jerarquía de valores o columna vertebral de los aprendizajes básicos. Cada acto voluntario es una parte o microproyecto dentro de nuestro proyecto de vida, orientado hacia los valores superiores de la dignidad y excelencia. (Es decir, cada acto voluntario sería como un arco pequeño de la gran curva en espiral de nuestra vida). La jerarquía de valores o escala de “importancias’ es el orden de amores y de odios que regula nuestra vida y que rige los actos de nuestra vida cotidiana y constituye el aprendizaje rector del sistema de aprendizajes básicos para la vida.

  1. Aprender a elaborar el proyecto de vida en que se plasma y concreta la orientación y jerarquía de valores.

El proyecto de vida en que se realiza o materializa la orientación de valores o sentido de la vida de cada uno, se compone de la serie de los microproyectos que son actos voluntarios que llevamos a cabo en la vida cotidiana, y tiene dos vertientes:

4.1) Aprender a vivir consigo mismo.

Esta es la vertiente subjetiva del proyecto de vida, de aprender a autocuidarnos y promover nuestra salud integral, de aprender a conocernos y autoestimarnos, de aprender a actuar voluntaria y autónomamente, de aprender a darle un sentido, dirección u orientación de valores a la vida y finalmente, de aprender a hacer un proyecto para la misma.

4.2) Aprender a vivir, convivir con el mundo social y cultural que nos rodea.

La otra vertiente del proyecto de vida es la vertiente objetiva que se proyecta, que trasciende al mundo externo y se inserta, desemboca e interactúa con el proyecto y realidad externa, social en dos formas:

  1. Trascendencia social a través de la convivencia y la comunicación, por el amor y la creatividad en la esfera social y de las relaciones humanas (y ejerciendo la negación y afirmación dialéctica en la sociedad en que vive, de rechazo a lo malo y negativo y de aceptación y promoción de lo bueno y positivo.

  2. Trascendencia cultural, también por el amor, y la creatividad, pero objetivada en obras culturales que es el mundo creado por el hombre, en el ejercicio de su característica esencial, el ser creador.

  1. Aprender a afrontar la vida: amar, pensar y crear.

La forma concreta, diaria, de afrontar la vida y de contactar la realidad, revela y manifiesta el nivel de los aprendizajes básicos que se han realizado. La realización adecuada de los aprendizajes básicos posibilita y propicia que afrontemos la vida diariamente, que enfrentemos a ambos polos de la vida, el yo y el mundo, con esperanza, confianza, amor, reflexión, creatividad, energía y acciones prácticas, para resolver las situaciones y problemas que encaramos a cada momento con dignidad y excelencia. De este modo contribuimos a la trascendencia creativa de hacer el mundo y a nosotros mismos cada vez mejores y aumentar la bondad, la justicia, la belleza y la verdad que encontramos en la sociedad cuando advinimos al mundo.

Un programa de entrenamiento para nuestro desarrollo personal y autorrealización.

Este enfoque en sistema de los aprendizajes básicos culmina con la praxis de un programa para el desarrollo personal y la autorrealización, que esbozamos en la parte final.



Aspectos o dimensiones fundamentales de los aprendizajes básicos de la educación para la vida o pedagogía del desarrollo humano.

Después de conocer las características generales de los aprendizajes básicos de la educación para la vida, hagamos algunas consideraciones sobre la aplicación práctica de los mismos.

La vida humana no existe en abstracto, en general, sino concretamente en personas de determinada edad y de determinado sexo y que viven en determinadas condiciones históricas y sociales. Por lo tanto, la pedagogía del ser y la preparación para la vida no deben quedarse en la mera formulación general y abstracta de una serie de aprendizajes básicos, sino que se debe tener en cuenta también los aspectos o dimensiones concretos de la vida, que son esencialmente dos: 1) el desarrollo ontogenético de la edad y el sexo: y 2) la dimensión histórico social en que se vive.

El aspecto o dimensión del desarrollo ontogenético.

La vida humana siempre se manifiesta materializada en individuos de una etapa determinada del desarrollo ontogenético, es decir en las edades en que se enmarca una vida individual, en ambos sexos - niñez, adolescencia, juventud, adultez, vejez, - porque, por supuesto, no existe el hombre en general, sino personas concretas situadas en determinados niveles del desarrollo ontogenético. Por lo tanto, tampoco puede haber un aprendizaje para vivir en general, sino siempre debe estar referido a las características de una edad o sexo determinados. Por esta razón los llamados aprendizajes básicos para la vida deben adaptarse a las edades y géneros y convertirse en tareas del desarrollo, que son los aprendizajes específicos correspondientes a las características de cada etapa y género de la vida.

El aspecto o dimensión del desarrollo histórico social.

La vida de cada persona se enmarca y condiciona por la circunstancia histórico- social en que le haya tocado vivir. Nadie vive desligado de la sociedad (Robinson Crusoe es un cuento), sino que esta adscrito a un grupo, organización, país, época y situación histórica determinada. Por lo tanto, los aprendizajes básicos hay que realizarlos teniendo en cuenta también, además de la edad y el sexo, la circunstancia histórico- social en que el individuo vive. Consecuentemente, la pedagogía del ser, la educación para la vida, debe concretarse y precisarse en cada caso para hacerle frente a una edad, a un sexo y a una circunstancia histórico- social determinados.

Tareas importantes y urgentes de los educadores.

Las tareas más importantes y urgentes que se les plantea a los educadores actualmente para promover el desarrollo y establecimiento de la pedagogía del ser o educación para el desarrollo humano son las siguientes:

  1. En cuanto a los fines:

Contribuir a la revolución pedagógica humanista de nuestro tiempo de centrar la educación en la personalidad del alumno y propender al máximo desarrollo de sus potencialidades humanas, lo cual sería la mejor forma de prepararlo para una mejor calidad de vida y para que él contribuya a una mejor calidad de vida de los demás.

2- En cuanto a los medios y métodos:

Investigar las formas, procesos y métodos mediante los cuales podríamos enseñar mejor los aprendizajes básicos para satisfacer las necesidades humanas y lograr el máximo despliegue de las potencialidades humanas. Es decir, investigar en el campo de la didáctica de la vida humana para conocer, desarrollar y aplicar los métodos más efectivos y eficaces para enseñar y aprender la materia más importante: la vida humana.

  1. Perspectivas y posibilidades de la pedagogía del ser o educación para el desarrollo humano en el presente.

Estudiar y aprovechar las vías curriculares y extracurriculares para la enseñanza de los aprendizajes básicos a través de los planes de estudios de las asignaturas y de las actividades escolares. Desde esta perspectiva los aprendizajes básicos se convertirían en los ejes transversales con los que se trata de humanizar a la enseñanza escolar.



  1. Perspectivas y posibilidades de la pedagogía del ser o educación para la vida en el próximo futuro.

Tratar de concebir, planificar y organizar los planes de estudio y las asignaturas, es decir, el currículo, más humanizado, de modo que tenga mas relación e importancia para la vida, las necesidades y el desarrollo personal de los educandos. (Fig. 16)

El cumplimiento y la satisfacción de las necesidades humanas superiores a través de los aprendizajes básicos, hace que la persona rebase el nivel biológico y la mera individualidad egocéntrica, reactiva, reproductiva, acrítica e improductiva, se proyecte y ascienda al nivel humano superior de una concepción del mundo y de la vida, de una conciencia crítica, reflexiva y cuestionadora que promueva una conducta transformadora, creativa y amorosa y trascienda, así, del yo al nosotros, del yo a la comunidad histórica cultural, del yo a la realización de los valores superiores, espirituales.

De este modo, la satisfacción de las necesidades humanas superiores, mediante los aprendizajes básicos, hace que cada persona, al lograr su autorrealización y el desarrollo pleno de sus potencialidades, aporte e inyecte en el mundo una porción mas de verdad, belleza, bondad, de amor y justicia y pueda convertirlo así en algo mejor de lo que encontró. Ese seria el profundo sentido de la vida que fomentaría la pedagogía del ser o del desarrollo humano y en ello consistiría la más alta calidad que podríamos alcanzar para nuestra vida.

El objetivo final de la pedagogía del desarrollo humano.

El objetivo final de la pedagogía del ser y del desarrollo humana, no tiene, por lo tanto, la meta última en el propio individuo, sino que lo sobrepasa y supera proyectándose, por la fuerza del amor y la creatividad hacia los valores superiores más allá de su propia vida, como pueden ser otras personas, causas importantes, la patria, la humanidad, la bondad, la justicia, la ciencia, el arte, la cultura, porque el despliegue y desarrollo del sujeto lo convierte en tránsito, afluente o tributario del río mayor de la sociedad y en este sentido, no solo Patria es humanidad, sino como decía Martí, sino también Yo es humanidad.

Este aprendizaje de la trascendencia se hace a través de la autorrealización, que es una profunda necesidad existencial que implica liberarse de las ataduras individuales, ensanchar las fronteras del yo y crecer y trascender hacia los valores de la humanidad y la cultura. Este es otro y el principal aprendizaje para una vida de superior calidad que consiste en una vida ética, buena, digna, excelente, fuente de todos los valores superiores.

Resumimos lo expresado sobre los fundamentos e importancia de los aprendizajes básicos para la vida en la siguiente forma:

  1. El proceso de formación del sistema de los aprendizajes básicos se inicia como respuesta a las necesidades humanas fundamentales engendrados por la conciencia crítica, reflexiva y valorativa, necesidades que nos plantean las cuestiones primordiales de la vida humana y que instan y promueven al ser humano a su cumplimiento.

  2. Esas necesidades humanas motivan, inducen a la praxis transformadora que nos hace emprender cambios: aprender una serie de aprendizajes básicos para prepararnos para la vida y para promover nuestro desarrollo humano.

  3. Estos aprendizajes no están ni se aprenden aislados o separadamente, sino que constituyen un sistema: aprender a vivir.

  4. El sistema de aprendizajes básicos tiene como principio rector o columna vertebral el aprendizaje de la orientación de valores o de la dirección o sentido de la vida.

  5. La orientación de valores o dirección y sentido de la vida que rige el sistema de aprendizajes básicos promueve que la vida se proyecte trascendiendo de sí misma hacia los valores superiores, teniendo estos como valor cimero o cumbre uno que tiene varios nombres pero que se refiere al mismo valor supremo: la dignidad, la bondad, la excelencia, a partir del cual se originan y ramifican todos los valores. No en balde Martí quería fuera la primera ley de la República, el culto a la dignidad plena del hombre.



Antecedentes y precursores de la educación para la vida y el desarrollo humano.

La pedagogía de aprender a ser y a vivir, es decir, a ser humano o pedagogía de los aprendizajes básicos para la vida, no es una novedad de la pedagogía actual, sino que constituye, en primer lugar, lo esencial del legado milenario que nos han trasmitido los grandes maestros y líderes espirituales de la antigüedad como son Moisés, Confucio, Lao Tse, Buda, Isaís, Jesús, Sócrates, que predicaron el amor a todo y a todos, la dedicación de la vida a los valores superiores de la bondad, la verdad, la belleza, la justicia, la solidaridad, el conocimiento de sí mismo y de los demás, el control de uno mismo, la autenticidad, la honestidad, la felicidad y que nos enseñaron a trascender la mera existencia individual a través de acciones y obras de proyecciones extraindividuales, sociales y culturales, que es la forma en que las personas alcanzan su máxima autorrealización y su mejor calidad de vida.

En segundo lugar, la concepción de la educación para la vida tiene también sus raíces en las enseñanzas de los grandes pedagogos humanistas de los tiempos modernos como son Vives, Comenius, Locke, Rousseau, Pestalozzi, Humboldt., etc. que defendieron y compartieron la doctrina pedagógica de que el fin de la educación era promover y enaltecer la vida humana, desarrollar las potencialidades del hombre, la formación de valores y la realización de un ser humano pleno, integral, para una vida de mejor calidad. En nuestra patria, Cuba, siguieron esa tradición Varela, Luz y Caballero y Martí, como los mas notables, considerando a la educación como la preparación del hombre para una vida orientada hacia los valores de la bondad, la verdad, la justicia, la belleza.

Actualmente un grupo de psicólogos y pedagogos humanistas consideran a la autorrealización de modo semejante, con términos a veces algo diferentes pero con la misma idea esencial y así conciben a la autorrealización como la personalidad madura (Allport), como la personalidad sana y productiva (Fromm), como la que realiza sus potencialidades (Murphy), como la que satisface o cumplimenta las necesidades superiores o espirituales, las “metas necesidades” (Maslow), la que funciona plenamente (Rogers).

Esta concepción de los aprendizajes básicos para la vida ha sido expuesta también, aunque de una manera mas general o sintética, recientemente, en los Informes de la UNESCO de las Comisiones Internacionales sobre la Educación para el Siglo XXI.

Esta concepción de la educación para la vida basada en los aprendizajes básicos, que presentamos, consiste esencialmente en la integración y sistematización de las principales concepciones humanistas de los grandes maestros de la antigüedad, de los pedagogos modernos y de los psicólogos y pedagogos contemporáneos centrados en la persona y en el desarrollo humano. Son concepciones que tienen como común denominador propender a la realización plena de las potencialidades humanas que se logra a través de una serie de aprendizajes básicos para una vida de mejor calidad que es la que trasciende a la persona y se orienta hacia los valores humanos superiores, que constituyen el sentido de la vida y el objetivo final de la educación para la vida.



1 Tomado del libro: “Educación para el desarrollo humano” (pp. 71-88).


INTERMEDIACIÓN LABORAL APRENDIZAJES INTERNACIONALES EN EL DESARROLLO DE SERVICIOS
LICEO POLITÉCNICO SARA BLINDER DARGOLTZ GUÍA DE APRENDIZAJES PREPARACIÓN
MINISTERIO DE EDUCACIÓN CIENCIA Y TECNOLOGÍA DOCUMENTO SOBRE APRENDIZAJES


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