La confidencialidad, el derecho a elegir y el consentimiento son elementos cruciales dentro del conjunto de habilidades que deben darse en un enfoque centrado en el sobreviviente.
Para todas aquellas personas que se relacionan con sobrevivientes de violencia sexual, mantener la confidencialidad significa que no se puede compartir ninguna información sobre los/las sobrevivientes (historia, identidad...) con cualquier otra persona sin el permiso del/de la sobreviviente.
Mantener la confidencialidad también significa que nadie, excepto los proveedores de asistencia médica autorizados, tendrá acceso a los datos médicos (informes escritos, vídeos, etc.) sobre los/las sobrevivientes sin su permiso. Esto significa que no se puede compartir información acerca de los/las sobrevivientes con la prensa, las autoridades del gobierno o, incluso, otros miembros de la familia o cuidadores, sin el permiso del/de la sobreviviente.
Mantener la confidencialidad permite garantizar que un/a sobreviviente no experimente más amenazas y violencia como consecuencia de buscar ayuda.
La confidencialidad es uno de los elementos esenciales que favorecen una mayor sensación de seguridad para los/las sobrevivientes; cuando los programas mantienen la confidencialidad, son más los/as sobrevivientes que se sienten cómodos/as de informar sobre lo que les ha sucedido y, por lo tanto, de sentirse capaces de buscar ayuda.1
Cuando un programa destinado a sobrevivientes de violencia sexual rompe la confidencialidad, o cuando un centro de salud es incapaz de mantener sus registros en condiciones de seguridad, la información sobre los/as sobrevivientes puede caer fácilmente en las manos equivocadas. Si la información cae en las manos de los perpetradores, o de otros adversarios en la comunidad, las consecuencias pueden ser devastadoras. Cuando se rompe la confidencialidad, tanto los/as sobrevivientes como los/as cuidadores/as corren mayores riesgos de sufrir daños.
Sospecha de abuso o negligencia
En muchos países existe el deber de informar de cualquier sospecha que se tenga de un abuso o una negligencia. La seguridad del niño es, en situaciones como estas, más importante que la confidencialidad.
Emergencia o situaciones amenazadoras de la vida
En situaciones en las que se pone en peligro la vida del/de la sobreviviente o de otros, se debe divulgar esa información y tomar medidas (por ejemplo, si la persona se suicida o expresa una amenaza seria de dañar a otros).
Los trabajadores y consejeros de la asistencia sanitaria pueden compartir información con otros colegas sobre un caso con el fin de solicitar asesoría técnica dentro del contexto de su supervisión. En este caso, no se considera que sea una violación de la confidencialidad. Y es importante que esto se explique al/a la sobreviviente al inicio de la consulta.
Pedir consentimiento significa pedir el permiso del/de la sobreviviente para compartir información sobre él o ella con terceros (por ejemplo, con servicios de remisión u organizaciones de seguimiento) = consentimiento;
o tomar medidas (por ejemplo, organizar remisiones a partir de un examen médico)3 = divulgar la información.
Bajo ninguna circunstancia debe presionarse al/la sobreviviente para que dé su consentimiento a un examen, conversación, entrevista u otra intervención con la que él o ella no se sienta cómodo/a. Un/una sobreviviente puede también decidir en cualquier momento detener una intervención (por ejemplo, durante un examen médico).
Los proveedores de atención médica, pero a veces también trabajadores de los derechos humanos, investigadores y otros organismos, deben utilizar un formulario de consentimiento. Al firmar este formulario, el/la sobreviviente puede manifestar su acuerdo o desacuerdo formal a recibir un examen físico o medicación, compartir información con otras organizaciones, etc. El formulario debe indicar claramente la forma en la que se utilizará, almacenará y difundirá la información.
Si un/una sobreviviente no da su consentimiento para información, entonces solo se podrá compartir información no identificable con las otras organizaciones4 (por ejemplo, información general sobre el número de casos de violencia sexual con los que un centro trabaja).
Se habla de consentimiento informado, ya que el/la sobreviviente debe entender completamente lo que está consintiendo. Antes de aceptar, él o ella deben ser informados de todas las opciones de las que dispone para recibir asistencia. Se le deben presentar todas las opciones existentes, sin que importen las creencias personales del trabajador/a, sanitario u otras personas relacionados con los/las sobrevivientes.
En el caso de los niños, el consentimiento informado se solicita normalmente a un padre, madre o tutor/a legal y a los niños (consulte el impreso 7.2.1 para obtener más información).
Debe indicar al/la sobreviviente lo que va a suceder.
Explíquele los beneficios y riesgos implicados en una intervención (tratamiento médico, entrevista...).
Explíquele que tiene derecho a rechazar o negarse a cualquier parte de una intervención.
Explíquele que no se ejerce presión de ninguna forma.
Explique al/a la sobreviviente que si no quiere ser entrevistado/a con respecto al incidente (por un sanitario o trabajador humanitario), esto NO afectará a su acceso a los servicios de salud u otros servicios, y que no se le excluirá de participar en otros procedimientos más adelante relacionados con la justicia legal.
Informe al/a la sobreviviente sobre cualquier denuncia obligatoria en el entorno.
Informe al/a la sobreviviente de que, entre el equipo, se tratará información sobre él/ella.
Asegúrese de que el/la sobreviviente entiende lo que le dice.
El derecho a elegir es particularmente importante porque aporta una sensación de control y poder al/a la sobreviviente, algo que perdió durante la agresión sexual.
Los/las sobrevivientes no deben ser obligados ni presionados a someterse a tratamientos, exámenes u otras intervenciones contra su voluntad. La decisión de recibir atención médica, asesoramiento, asistencia jurídica y otras intervenciones es personal y solo puede tomarla el propio sobreviviente o, en el caso de los niños, el/la niño/a junto con sus padres o tutor legal6.
En este contexto, es esencial que el/la sobreviviente reciba la información pertinente para que pueda tomar decisiones informadas.
Los/as sobrevivientes también tienen el derecho a decidir si quieren ir acompañados/as, y por quién, cuando reciban información, se sometan a un examen médico o reciban otros servicios. Todas estas decisiones deben ser respetadas.
1 ACNUR (2001), How To Guide: Sexual and Gender-based Violence Programme in Liberia. www.rhrc.org/pdf/h2g008.pdf.
2 RHRC Consortium, Communication Skills Training Manual – Facilitator’s Guide, p.50. http://www.rhrc.org/resources/gbv/comm_manual/comm_manual_toc.html
3 En el caso de que una persona sea menor de 18 años o incapaz de entender o dar consentimiento informado (por ejemplo, cuando el/la sobreviviente tiene una discapacidad), se debe pedir consentimiento a un padre, tutor o miembro de la familia (consulte también el Módulo 7).
4 ACNUR. (2003). Sexual and Gender –Based Violence against Refugees, Returnees and Internally Displaced Persons: Guidelines for Prevention and Response.
5 OMS/ACNUR (2005). Gestión clínica de sobrevivientes de violaciones, p. 3
6 A lo largo del documento, se utilizará el término "sobreviviente". En el caso de los/as niños/as y el consentimiento, hace referencia tanto al propio niño/a como a los padres o tutor/a legal.
Subgrupo
de Trabajo sobre Cuestiones de Género del IASC/AdR de VG
ACUERDO DE CONFIDENCIALIDAD DEL TRABAJO DE FIN DE MÁSTER
ACUERDO DE CONFIDENCIALIDAD EJEMPLO 1 ACUERDO DE CONFIDENCIALIDAD Y
ACUERDO DE CONFIDENCIALIDAD EN VALPARAÍSO A XX DE XXXXX
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