Son
diversas las características que destacan al cultivo de
sorgo, que sin tener el status de otros cereales constituye una
alternativa necesaria en zonas de ambientes pobres. Sin embargo,
por su gran versatilidad, responde tanto a ambientes fértiles
y húmedos como a ambientes marginales para otros cultivos
de importancia como maíz, resistiendo condiciones extremas
de temperatura y sequía dando grano y forraje en zonas
áridas, subhúmedas e incluso muy calientes que sólo
el mijo perla podría tolerar. O sea que se adapta a un
amplio rango de condiciones ecológicas desde el nivel del
mar hasta los 3000 metros de altura.
El sorgo puede
crecer en distintos tipos de suelo con un rango de pH de 5,5 a 8,5
y dependiendo de la especie y cultivar presenta distintos niveles
de tolerancia a alcalinidad y pobre drenaje. Las raíces de
algunos genotipos de sorgo concentran importantes cantidades de
azúcares, los cuales a través de distintos procesos
químicos reaccionan con las sales responsables de la
alcalinidad del suelo, reduciendo de esta manera su pH. Es decir
que
al seleccionar y desarrollar germoplasma con tolerancia a este
tipo de estrés se logra una mayor productividad al mejorar
el rendimiento de la planta a la vez que se recuperan
paulatinamente los suelos.
Existe un renovado interés
en esta especie traducido en un incremento de la superficie
sembrada tanto de granífero como de forrajero. Ello es
debido a su mayor utilización para recuperar suelos
degradados, donde responde con mayor productividad en relación
al maíz. Ante la necesidad de una producción
sustentable, su mayor adaptabilidad y comportamiento bajo
condiciones climáticas adversas frente a otros cereales
constituye menor riesgo para los productores. La mayor adopción
de la técnica de silo de planta entera y de grano como
suplemento para alimentación animal, y la existencia de
materiales comerciales de alta calidad nutricional y
productividad, hacen más eficiente su utilización
y conversión y su empleo en la
Agroindustria. A esto
se suma su comportamiento en condiciones climáticas
desfavorables en distintas regiones (especialmente deficiencias
hídricas), el crecimiento de la demanda interna y buenas
posibilidades del mercado externo, además del
desplazamiento del cultivo de la zona núcleo sorguera de la
pampa húmeda hacia zonas más marginales para la
agricultura.
El mayor uso de tierras destinadas a soja
(desmonte) y en monocultivo, con la consecuente degradación
del suelo, exige la realización de cultivos alternativos
como sorgo que produzcan un balance positivo del carbono y
preserven la estructura física del suelo, lo cual se está
haciendo en forma altamente rentable, ya que se le da valor
agregado por su transformación en carne y/o leche. El sorgo
tiene la ventaja de tener menores requerimientos de agua que el
maíz para la obtención de reservas forrajeras, lo
cual brinda flexibilidad a los productores de forraje/ganado en el
manejo de sus recursos. Muchos sistemas de producción
tienen períodos de baja productividad de forraje y en este
sentido el sorgo puede ser usado como complemento de distintas
maneras ya sea como pastoreo directo, diferido o reserva en
distintos tipos de silo (de grano húmedo o planta entera).
El incremento de esta utilización requirió mejorar
su calidad, para equipararlo al maíz y eficientizar su
utilización.
Sorgos
de calidad para usos en alimentación y agroindustria
Además
de su empleo en la alimentación animal como balanceado o
forraje, existe un mercado de productos especiales de sorgo en
relación a su versatilidad genética como es el uso
industrial en la molienda húmeda para producir amilasa,
cerveza y otras bebidas alcohólicas, n-butanol, acetona y
etanol; la producción de energía a partir de sorgos
azucarados, la utilización de harinas de sorgo provenientes
de la molienda seca en la industria de farináceos, la
producción de sorgo inflado (“pop sorghum”-pororó
de sorgo)- que aunque incipiente presenta interesantes
perspectivas-, la industrialización del sorgo para escobas,
aglomerados, papel, etc.
Son varios los factores que
afectan el valor nutritivo del sorgo. Entre ellos esta el tipo y
textura del endosperma, el almidón y la proteína
digestible, presencia de taninos condensados, peso hectolítrico,
la interacción genotipo-ambiente, y los métodos de
procesamiento previos a su consumo, que permitan exponer la mayor
superficie posible del almidón y de las proteínas a
la acción de las enzimas durante el proceso digestivo.
Los sorgos de pericarpio blanco, glumas de color castaño,
planta castaña y sin testa pigmentada, producen alimentos
de color claro y sabor dulce.
A estas características,
necesarias para la utilización alimenticia, pueden sumarse
la textura del endosperma entre intermedia a cornea y la presencia
de endosperma amarillo (vitamina A). Estos sorgos y los sorgos de
pericarpio rojo sin taninos condensados (sin testa), son los que
tienen el mejor potencial para su empleo como alimento humano, y
animal (monogástricos y rumiantes) y otros usos
agroindustriales.
Sorgos
graníferos y forrajeros
Sorgo
granífero
El
sorgo granífero ha sido mejorado genéticamente en
los últimos años incrementando su productividad y
calidad, existiendo en el mercado materiales para cada uso
específico, es decir con calidad diferenciada. En este
último aspecto debe considerarse fundamental la ausencia de
taninos condensados (cadenas de proantocianidina) (Fig. 1), que se
localizan en la testa (capa celular por debajo del pericarpio).
Puede haber sorgos con pericarpio rojo o blanco sin taninos
condensados y esta característica confiere calidad en su
utilización como grano tanto en la agroindustria como en la
alimentación humana y animal.
No obstante, en
Argentina hay zonas productoras de sorgo en las cuales la presión
de pájaros obliga a la utilización de materiales con
tanino condensados que son menos afectados. En este caso pueden
utilizarse estos híbridos como silo de planta entera
(graníferos doble propósito) y obtenerse altas
producciones de materia seca digestible por hectárea (MS
Dig./ha) si se emplean materiales de alta productividad de grano
(mayor proporción de panoja en relación a la biomasa
total) (Cordes, 2008, comunicación personal, Tesis de
Maestría).
El mayor tamaño de grano y
uniformidad ligado a un aumento en el rendimiento potencial sería
ideal para una mejor utilización ya que favorecería
el manejo físico y mecánico del grano durante el
procesamiento y mejoraría el rendimiento de harina entre
otras cosas. Las proteínas de sorgo están
localizadas en el endosperma (80%), germen (16%) y pericarpio
(3%). Cultivares que contienen una mayor proporción de
germen en relación al endosperma, contienen mayor cantidad
de las fracciones proteicas albúminas, globulinas y
glutelinas, las cuales confieren mayor digestibilidad y tienen
mayor cantidad de lisina y otros aminoácidos esenciales.
En relación a los aspectos de calidad
mencionados anteriormente, en el Programa de Mejoramiento del INTA
Manfredi se están desarrollando variedades e híbridos
de sorgo granífero de alta energía, que combinan
algunas características de los cultivares destinados a la
producción de grano y las de viejas variedades azucaradas,
para la obtención de un ideotipo con una alta producción
de biomasa (más de 30 tn MS/ha), con fibra fácilmente
degradable (menor contenido de lignina y característica de
bmr), alto contenido de azúcar en tallo (12 º Brix o
más), mayor tamaño de grano (45-50gr/1000 semillas)
y un mayor rendimiento de grano (>10.000 kg/ha).
Sorgo
forrajero
De
manera similar, el sorgo forrajero ha sido mejorado genéticamente
incrementando la calidad de forraje y grano y la productividad de
materia seca digestible por hectárea. De esta manera se han
desarrollado distintos tipos adaptados a las necesidades de manejo
de la producción animal al incorporarse características
como nervadura marrón (bmr), fotoperiodo sensitivo, alto
contenido de azúcar, ciclo vegetativo de mayor longitud
(maduración tardía), alta capacidad de macollaje y
rebrote. Cada una de estas características o todas fueron
incorporadas a genotipos de sorgo de distintos grupos taxonómicos,
desarrollándose variedades y/o híbridos de sorgo
granífero/sudan o cruzamientos entre ellos, actualmente
presentes en el mercado.
En
general, estos cultivares podrían agruparse en tres
tipos:
a)
Sorgo Forrajero (S. bicolor (L.) Moench): incluye granífero
doble propósito (grano y forraje) que pueden ser variedades
ó híbridos (generalmente de dos líneas) que
se caracterizan en general por una alta producción de grano
(8.000 kg/ha o más) y son utilizados fundamentalmente para
silo o diferido. Su altura varía entre 1.70 y 2,50 m
aproximadamente y han sido seleccionados fundamentalmente para una
sola cosecha (poca capacidad de rebrote). Existen materiales con
el carácter bmr incorporado y azúcar en tallo. El
color de la planta puede ser púrpura, rojo o castaño
y el grano puede o no presentar taninos condensados.
b)
Sudan grass (S. sudanense (Piper) staff, syn. S. bicolor (L.)
Moench
spp. drummondii (Steud.) de Wet.): incluye variedades ó
híbridos de sorgo de tallos finos, hojas más
angostas que los anteriores, planta foliosa con alta capacidad de
macollaje y de rebrote, y con poca producción de grano.
Poseen una altura que varía desde 1,50 hasta 2,80 m
aproximadamente. Se usa principalmente para pastoreo, corte o heno
(rollo). El carácter bmr ha sido incorporado a estos
materiales como así también el contenido de azúcar
en tallo. La planta puede o no ser de color castaño.
c)
Híbridos de Sorgo x Sudan grass (S. bicolor x S.
sudanense): incluye híbridos que pueden o no producir
granos pero si lo hacen el potencial de rendimiento es mucho menor
que el de los sorgos forrajeros. El tamaño de planta
(tallos y hojas) es intermedio entre los dos grupos antes
mencionados y pueden alcanzar hasta 3 m de altura. Son
generalmente híbridos de tres líneas, con capacidad
de macollaje y rebrote, a los que se les ha incorporado el
carácter bmr y/o azúcar en tallo y/o
fotosensitividad. El color de la planta puede o no ser castaño
y con baja producción de grano.
Sorgos
nervadura marrón (bmr)
El carácter bmr fue descubierto en maíz en la
Universidad de Purdue en 1926 y en 1978 en sorgo. La hemicelulosa,
celulosa y lignina son tres componentes de la pared celular. El
contenido de lignina aumenta a medida que la planta madura,
proveyendo aparentemente la estructura necesaria que ayuda a la
planta en su crecimiento erecto. A su vez, si el contenido de
lignina es demasiado alto, la digestibilidad de la pared celular
se ve reducida.
La mutación asociada con el
carácter de nervadura marrón resulta de un cambio en
la actividad enzimática asociada con el proceso de
formación de lignina. Esto resulta en una menor
concentración de la misma (menor contenido de fibras) con
el consecuente aumento en la digestibilidad, facilidad de pastoreo
y palatabilidad.
La concentración de
lignina de las líneas con nervadura marrón es
reducida en un 5 a 50%. Esto afecta en cierta medida la estructura
de la planta aumentando la probabilidad de vuelco de la misma. No
obstante a través del mejoramiento genético y el
manejo del cultivo se está reduciendo esta desventaja.
El
manejo agronómico de estos materiales es similar a lo que
se realiza en los sorgos sin este carácter, teniendo en
cuenta evitar densidades muy elevadas a fin de reducir el riesgo
de vuelco debido al desarrollo de tallos más finos.
Sorgos
fotosensitivos
Con
este término se describe a las plantas de sorgo sensibles a
la longitud del día, requiriendo generalmente días
cortos para que la floración sea inducida. Poseen un estado
vegetativo más largo que lo normal y si florece lo hace muy
tarde en la estación del cultivo (fines de abril-mayo, con
siembras en noviembre en la región central).
Esta
característica de prolongar su periodo vegetativo le da
valor en su utilización para pastoreo, ya que en este
estado la calidad de forraje y su digestibilidad es mayor respecto
a estados más avanzados de madurez. Al permanecer más
tiempo en estado vegetativo (la velocidad de rebrote es menor que
los sorgos tipo sudan e híbridos de sorgo x sudan grass)
flexibiliza el momento de utilización.
La
característica de nervadura marrón también ha
sido incorporada en estos materiales híbridos de 2 o 3
líneas, aumentando de esta manera la calidad de su forraje
y mejorando su utilización como silo o pastoreo. De la
misma manera existen materiales en los cuales se ha incorporado la
característica de azúcares en tallo, agregando mayor
calidad.
Sorgos
de alta energía para biocombustible
Se
puede obtener bioetanol a partir del almidón del grano
(sorgo granífero de alta productividad y calidad), a partir
de tallos con alto contenido de azúcar (>20º Brix)
y a partir de la planta entera (producción celulósica
y lignocelulósica de etanol).
Los cultivares de
sorgo azucarados de diferentes países se caracterizan por
plantas de gran altura (> 2,20m), alto contenido de azúcar
en tallo y lignina y baja producción de grano. La
característica tamaño de panoja esta asociada
con bajo contenido de azúcar en tallo, existiendo una
correlación negativa entre contenido de azúcar (º
Brix) y peso del grano; consecuentemente estos tipos azucarados
son de bajo rendimiento.
A su vez estas plantas altas
son más susceptibles al vuelco en altas densidades de
siembra. El uso potencial del sorgo para bioenergía
está asociado a la susceptibilidad de la fibra del tallo a
hidrólisis enzimática (menor lignina) como así
también al contenido de azúcares solubles. Se
requiere una alta productividad de biomasa por planta (tallos
gruesos, jugosos, con alto contenido de azúcar) para
equipararlo lo más posible a la caña de azúcar.
Por
otra parte este tipo de sorgos azucarados, de alta energía,
requiere un manejo adecuado para optimizar su utilización,
ya que el clima y la densidad de plantas afectan el contenido de
azúcar. Durante el desarrollo del cultivo, a temperaturas
más elevadas y ambientes más secos mayor es la
producción de azúcar. Asimismo, la respuesta
genotípica es distinta a la fertilización
nitrogenada en relación al contenido de azúcar y a
la producción de biomasa.
El potencial uso del
sorgo azucarado como fuente de energía para la producción
de biocombustible ha llevado al INTA Manfredi al desarrollo de un
programa de mejoramiento para la obtención de variedades e
híbridos de este tipo de sorgo y manejo de los mismos. Al
respecto se han registrado recientemente dos líneas
parentales azucaradas: KOCHI INTA y MISHKI INTA.
Manejo
del cultivo
El
sorgo es una planta C4 de días cortos que puede crecer
tanto en regiones templadas como tropicales, siendo la mayoría
de los cultivares insensitivos al fotoperíodo. Para un
manejo adecuado del cultivo tendiente a obtener los máximos
rendimientos es necesario comprender los procesos fisiológicos
que ocurren en la planta relacionados al crecimiento y desarrollo
de la misma, las condiciones ambientales que lo afectan y la
utilización del agua y absorción de nutrientes por
parte del cultivo.
En los primeros 30 días
aproximadamente el punto de crecimiento de la planta esta aún
por debajo de la superficie por lo que el cultivo puede
recuperarse -si tiene buenas condiciones de temperatura y humedad-
a contingencias climáticas como por ejemplo granizo.
Sin
embargo en la segunda etapa de crecimiento (30 a 60 días
aproximadamente) se marca el potencial de rendimiento del cultivo
por lo cual es crítico el suministro de nutrientes y
humedad. La tercera fase de crecimiento se caracteriza por el
desarrollo y madurez fisiológica del cultivo y es en esta
etapa de llenado del grano donde se requiere de una adecuada
humedad del suelo para su máximo rendimiento.
Época
de siembra
La
fecha de siembra está condicionada fundamentalmente por la
temperatura del suelo y la humedad. La temperatura óptima
para la siembra del sorgo es entre 16-18ºC (promedio de
temperaturas tomadas a las 8, 13 y 17 horas) a 5 cm de
profundidad. A menor temperatura la emergencia es lenta y
desuniforme, lo cual debe tenerse en cuenta en caso de siembra
directa donde la temperatura del suelo tiende a ser menor debido a
los residuos en superficie.
El sorgo puede germinar
con 12ºC (promedio de temperaturas tomadas a las 8, 13 y 17
horas) según cultivar, pero necesita temperaturas ambientes
superiores a 21ºC para un buen desarrollo foliar ya que en
general por debajo de los 10ºC se produce una reducción
de la fotosíntesis.
Entre desarrollo y
floración, la temperatura ambiente media diaria ideal es de
27ºC, mientras que la temperatura mínima en floración
para la mayoría de los sorgos es de 16ºC. Temperaturas
inferiores a la indicada pueden afectar la viabilidad del grano de
polen mientras que temperaturas superiores a 38-40ºC y baja
humedad atmosférica (elevada evapotranspiración)
pueden producir abortos de flores y embriones, según
cultivar y ambiente.
En la Región Central, en
general, las condiciones óptimas para la siembra se dan a
partir de la 2da quincena de octubre, aunque pueden realizarse
siembras más tempranas; en este último caso la
emergencia y el desarrollo vegetativo de la planta es más
lento (Cuadro 1).
Cuadro
1.
Ensayo de fechas de siembra en la EEA Manfredi, 2007.
Elección
del lote
El
sorgo se adapta a diversas situaciones, como suelos nuevos de
desmonte, pasturas degradadas, y/o suelos de agricultura continua.
En el primer caso, es el cultivo indicado por la altura de
cosecha, ya que el suelo se encuentra con restos de raíces
y ramas provenientes del desmonte. En caso de pasturas degradadas,
es necesario un barbecho químico de otoño e
invierno, para eliminar el mayor número de malezas.
En
agricultura continua, especialmente en monocultivo de soja, es
ideal para implementar un sistema de rotación por la
cantidad de rastrojos que deja en el suelo, la proporción
de nutrientes que devuelve al mismo, y por su extendido sistema
radicular.
El manejo del lote dependerá de la historia
del mismo y del cultivo antecesor y de las condiciones climáticas
de la zona.
Densidad
El
número de plantas por hectárea depende del sistema
de siembra que se realice, del ambiente, humedad y
precipitaciones, tipo de suelo, fertilidad, utilización del
sorgo (como grano ó silo de planta entera) y cultivar
(ciclo, altura y arquitectura de la planta), variando según
la región considerada.
Para
la Región Central en términos generales se mencionan
los siguientes valores:
Región
Sub-humeda y/ó semiárida.
160.000
pl/ha a cosecha - ciclo largo
180.000 pl/ha a cosecha –
ciclo medio
200.000 pl/ha a cosecha – ciclo
corto
Región
húmeda
180.000
pl/ha a cosecha – ciclo largo
200.000 pl/ha a cosecha –
ciclo medio
220.000 pl/ha a cosecha – ciclo corto
La
distancia entre hileras puede variar de 0,35 a 0,70 m,
sugiriéndose mantener el número de plantas/ha.
Las
densidades sugeridas varían con el sistema de producción,
ambiente, destino de la producción y localidad, por lo cual
debería ajustarse a cada necesidad, para lograr la máxima
productividad. Así, a medida que la siembra se desplaza
hacia la región norte, con mayores temperaturas,
deficiencias hídricas y ambientes más pobres, en
general las densidades deben reducirse para todos los ciclos y
ajustarse a cada situación.
Un resultado de
avance que muestra el efecto de la densidad en el rendimiento de
grano y biomasa lo constituyen ensayos realizados en la EEA
Manfredi en la campaña 2007/08.
En estos ensayos
se evaluaron dos híbridos graníferos sileros de
distinta altura y desarrollo de biomasa: SILERO INTA PEMAN (2,5 m
de altura) y NUTRIGRAIN (1,9 m de altura). Como resultado se
observó que los mayores rendimientos de grano
correspondieron al híbrido SILERO INTA PEMAN en las menores
densidades de siembra (5 y 8 plantas/m) respecto de NUTRIGRAIN.
Contrariamente la mayor producción de
biomasa se obtuvo con densidad de siembra más alta (25
plantas/m), en desmedro del rendimiento de grano. O sea que en los
dos materiales los rendimientos de grano disminuyeron a mayor
densidad, mientras que los valores de producción de materia
verde por hectárea aumentaron (Gráfico 1).
Gráfico
1.
Variación en la producción de materia verde (Kg
MV/ha) y rendimiento de grano (Kg/ha) en el cultivar silero INTA
PEMAN en cuatro densidades de siembra a 0.70m entre surco
(D1= 5 plantas/m; D2= 8 plantas/m; D3= 14 plantas/ y D4= 25
plantas/m)
Fertilización
Nitrógeno
(N), Fósforo (P) y Potasio (K) suelen ser los elementos
primarios más deficientes y son suministrados al suelo por
los rastrojos y los fertilizantes.
En el caso del N, el sorgo
extrae del sistema más o menos la mitad del N que absorbe y
la otra mitad la devuelve al suelo con los rastrojos.
En
el caso de la soja, el balance es mucho más negativo pues
exporta el 75% del N con los granos y devuelve el 25%. El sorgo se
lleva del sistema entre un 10 y un 15% de Calcio, Potasio y
Magnesio, devolviendo el resto en tallos y hojas, mientras que la
soja extrae un 50% de estos elementos, incrementando con el tiempo
la acidez del suelo en el caso de zonas lluviosas y suelos
ácidos.
Una estrategia de fertilización
es tener en cuenta el criterio de balance, donde se considera la
extracción del cultivo en base a un rendimiento
esperado.
Otro factor a tener en cuenta y que condiciona la
respuesta del sorgo a la fertilización nitrogenada, es el
cultivo antecesor. Este afecta la disponibilidad de agua y
contenido de nitratos al momento de la siembra. Esto se explica
por la longitud del barbecho, luego de soja, maíz, pastura
degradada, respecto a verdeos de invierno.
En cuanto a
la demanda de nutrientes por el sorgo, la gran necesidad se
manifiesta a partir de los 25-30 días luego de la
emergencia, en coincidencia con la diferenciación del ápice
reproductivo, hasta 10 días previos a la floración,
período de máxima captación de N, P y K, en
que la planta toma un 70-80% del total requerido. Una deficiencia
de los mismos puede reducir los rendimientos y calidad del grano
por disminución del contenido de proteína.
El
N es altamente soluble y acompaña el movimiento del agua en
el suelo, siendo absorbido por las raíces por mecanismo de
flujo masal. En general las necesidades varían entre 70
kg/ha de N en secano a 120 kg/ha bajo riego. Puede aplicarse
fraccionado, un 30-50% del total a la siembra y el resto al estado
de 5-6 hojas, en el cual se reduce la pérdida del nutriente
por lixiviación.
El P es un elemento esencial,
de suma importancia para el crecimiento de raíces y partes
aéreas. Los fosfatos amónicos constituyen un
excelente arrancador especialmente en siembra directa. Según
la disponibilidad en el suelo y diagnóstico de
fertilización pueden usarse dosis entre 40-80 kg/ha de
P2O5.
En general el K aumenta la tolerancia a deficiencias
hídricas, vuelco y a enfermedades.
Una
estrategia de fertilización adecuada debe contemplar el
muestreo y análisis de suelo, así como la relación
precio-insumo-producto, de manera de establecer las dosis más
convenientes para cada circunstancia.
Control
de malezas
En
la Región Central, y de acuerdo al tipo de malezas y suelo,
se realiza en general el siguiente manejo:
a) en
preemergencia o postemergencia temprana del sorgo y antes de la
emergencia de malezas puede emplearse atrazina 50% en dosis
de 2,8-4 l/ha, según zona y tipo de suelo.
b) en
preemergencia con semilla tratada con fluxofenim ó
postemergencia con una altura de la plántula de sorgo de
8-10 cm y malezas no germinadas puede aplicarse metolaclor en
dosis de 1 a 1,5 l/ha.
c) otra alternativa en
preemergencia es la utilización de atrazina 50%, metolaclor
(si la semilla esta protegida con fluxofenim) y glifosato. Las
dosis varían según el tipo de suelo, contenido de
materia orgánica y humedad, pudiendo emplearse 2 l + 1 l +
2 l respectivamente por hectárea.
En
postemergencia con plántula de sorgo de 8-10 cm y malezas
no germinadas puede emplearse atrazina 50% en mezcla con
metolaclor, según condiciones de suelo y cultivo (1 l +
0,8–1 l/ha) con tensioactivo 1 l/100 l de agua.
Es
importante enfatizar que los tratamientos sugeridos son generales
y deben adecuarse a cada situación específica donde
se implante el cultivo de sorgo, teniendo en cuenta siempre el
tipo de suelo, presión de malezas, contenido de materia
orgánica y humedad del mismo.
Elección
de cultivares
El
cultivar a sembrar debe elegirse según la región
ecológica del cultivo, el ambiente en que se desarrolla y
su utilización. En el mercado existe un amplio rango de
híbridos de sorgo granífero con y sin taninos
condensados (pericarpio rojo y blanco), con o sin presencia de la
característica de nervadura marrón y contenido de
azúcar en tallo, con rendimientos que oscilan entre 8.000 a
12.000 kg/ha según ambiente y manejo cultural, con alturas
que varían entre 1,20 a 1,90 m de altura según tipo
de sorgo y ciclo (Cuadro 2).
Cuadro
2.
Clasificación del ciclo de cultivares comerciales según
días a floración.
Ciclo
Corto
Intermedio
Largo
Días
a 50% de floración 57-62
63-70
70 ó más
Los híbridos
graníferos sileros son en general de mayor altura, mayor
biomasa y menor rendimiento de grano, con distintos valores de
digestibilidad y MS/ha, presentando algunos de ellos
características que permiten la obtención de silos
con calidad similar a los de maíz. También existen
en el mercado una variación de sorgos forrajeros para
pastoreo directo o heno con buena capacidad de
rebrote.
Comentarios
Finales
¿Por
qué sembrar sorgo?
- Propende a un esquema
sustentable con rentabilidad, mejorando el balance de carbono en
la rotación.
- El sorgo en general presenta
rendimientos más estables en zonas marginales.
-
Variabilidad genética del cultivo que le permite gran
plasticidad para adaptarse y elevar su potencial de rendimiento,
en distintos ambientes y distintos tipos de utilización.
-
La producción de sorgo no es transgénica y es
obtenida con una baja carga de pesticidas que la acercan a una
producción orgánica. Estas características
son tenidas en cuenta por la industria alimenticia a nivel mundial
y hacen que el sorgo recobre importancia en este aspecto y se le
abran nuevos mercados internacionales.
- El sorgo sin
taninos condensados optimiza su aprovechamiento alimenticio e
industrial, elevando la calidad de sus productos y haciéndolos
competitivos con otros cereales.
- La ausencia de prolaminas
tóxicas en el grano de sorgo (sin gluten) permite su
utilización como alimento para celíacos.
-
Existe germoplasma con calidad diferenciada de alta productividad
para distintos usos en alimentación humana y animal, y en
agroindustria.
- El potencial uso del sorgo como fuente de
energía para la producción de biocombustible, ya sea
como granífero (almidón) o azucarado.
Bibliografía
consultada
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Feresin, O.J., Giorda, L.M.,
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Giorda, L.M. (ed.). 1997. Sorgo granífero. INTA
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