La botella verde
Había una vez un rey que tenía una botella verde muy, muy especial. La botella guardaba un líquido que se creía que era el elixir de la vida, algo que podía curar cualquier enfermedad, que daba la vida a un moribundo, que podía hacer que viviera para siempre quien bebiera de ella. Después de muchos siglos buscando algo que se pudiera comer o beber para obtener una vida eterna, alguien lo había conseguido, y una pequeña cantidad de este precioso líquido se guardaba en aquella botella verde.
Un día, le dijeron al rey que un prisionero de las cárceles de palacio se encontraba muy enfermo. Años atrás, aquel pobre hombre había robado algo para comer, y ya faltaba poco para que lo dejaran en libertad. Pero aquel viejo hombre estaba enfermo, y tenía miedo de morir antes de ver de nuevo las maravillas del mundo exterior, de manera que le envió un mensaje al rey, suplicándole que le diera una gota de su milagroso elixir, con el fin de vivir lo suficiente para ver a su familia y a sus amigos otra vez.
El rey se negó, diciendo que lo guardaba para alguien que de verdad lo necesitara; y, poco después, el pobre prisionero murió.
Algún tiempo más tarde, un joven resultó malamente herido en un accidente, y su madre, que estaba lisiada, fue a ver al rey para pedirle una gota del preciado elixir con el fin de salvar a su hijo pues, si éste moría, se quedaría sola, sin nadie que cuidara de ella.
El rey consideró el caso concienzudamente, pero dijo que no, que guardaría el elixir para alguien que de verdad lo mereciera. Poco después, el hijo de la anciana murió.
Con el transcurso del tiempo, muchos enfermos y moribundos rogaron al rey una gota del elixir de la botella verde, pero la respuesta era siempre la misma. El rey guardaba el elixir para alguien que de verdad lo precisara. Y poco a poco, la gente comenzó a sospechar que el rey no guardaba el elixir para nadie salvo para sí mismo.
Entonces, un día, el rey se puso enfermo. Los médicos intentaron curarlo de todos los modos posibles, pero nada parecía funcionar con él. Día a día, el rey iba empeorando y, con el tiempo, llegó a convencerse de que estaba muriendo. Sólo una cosa, pensó, podría salvarle. Mandó llamar a su sirviente de confianza para decirle el lugar secreto donde estaba guardado el elixir. -Tráeme la botella verde -dijo jadeando.
El sirviente fue de inmediato, encontró la botella verde y se la llevó a su señor. El rey la agarró con manos temblorosas. Poco a poco, y con mucho cuidado, quitó el tapón de corcho y se llevó la botella hasta los labios.
El rey intentó beber pero, para su consternación, se encontró con que no había nada en la botella. ¡Estaba vacía! No que daba ni una sola gota de elixir. ¿Cómo podía ser eso? El rey volvió a llevarse la botella a los labios, pero no salió nada de ella. No quedaba ni una gota. La botella estaba vacía. Durante todos aquellos años, la había tenido a buen recaudo. Esperaba que el elixir le hiciera vivir para siempre. Pero, ahora, todo lo que quedaba eran lamentos... y una botella verde vacía.
(Leyenda italiana)
Pensar en la leyenda
Pregunta clave: ¿Qué significa esta leyenda?
1. ¿Qué es un elixir de la vida? ¿Qué clase de líquido podría haber sido?
2. ¿Por qué el rey quería el elixir?
3. ¿Quiénes le rogaron al rey una gota del elixir? ¿Se les dio? ¿Por qué?
4. ¿Para quién guardaba el rey el elixir?
5. ¿Dónde crees que podría guardar el rey la botella verde?
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