SEVILLA SIN SEVILLANOS UNA CIUDAD FANTASMA BORJA DE DIEGO

AYUNTAMIENTO DE CASARICHE (SEVILLA) ALCALDÍA E D
COLEGIO SANTÍSIMA TRINIDAD SEVILLA DPTO DE MATEMÁTICAS CURSO
SEVILLA 9 DE JUNIO DE 2020 ISLA MÁGICA

117 MATEMÁTICAS I AUTOR COMPILADOR SANDRA ROJAS SEVILLA LICENCIADA
2 ALFONSO GUERRA GONZÁLEZ DATOS PERSONALES NACIDO EN SEVILLA
39 FERIA INTERNACIONAL DEL TÍTERE DE SEVILLA MAYO

SEVILLA, SIN SEVILLANOS, UNA CIUDAD FANTASMA

SEVILLA, SIN SEVILLANOS, UNA CIUDAD FANTASMA

Borja de Diego

Parece que a ese grito ya casi popular de “Sevilla, qué delicia sin sevillanos” se suma todo el mundo. Vivan los estereotipos: los cordobeses graciosos y moros, los vascos terroristas terribles, los gallegos sólo gallegos, los extremeños granjeros, los valencianos mediterráneos, los castellanos profundos, los catalanes tacaños y los madrileños unos incomprendidos y sufridores del Atleti. Y vamos a por más: los franceses son unos pisa-fresas y las portuguesas tienen bigote.

Por Dios. Casi desde los cinco años no puedo evitar verme involucrado en la misma conversación: que si los sevillanos son la peor gente de la historia, la más inculta y analfabeta. Una vez, en el norte, un tipo me preguntó si en Sevilla tenemos Corte Inglés. Le respondí preguntándole si su madre llevaba pantalones y su reacción más inteligente fue enfadarse conmigo.

Vayamos por partes. Primero, Sevilla es una ciudad. Para el que no lo sepa. Si hacemos una lista de ciudades más avanzadas de este país, será la sexta, y me juego las amígdalas a que la quinta. Una ciudad. Por tanto, tiene edificios muy altos (ah, ahora nadie se acuerda de la nueva torre de Cajasol), equipos de fútbol en primera división, Cortes Ingleses, Starbucks y, por supuesto, idiotas.

Segundo, esa imagen de la Sevilla fiestera, de la Sevilla como gente simpática aunque con la tendencia de cambiar el cerebro por un cacahuete, es una invención del norte. Es la gente del norte la primera que se pone mantilla para bajarse a ver la Semanita Santa. Es la gente del norte la primera que se escaquea de su trabajo para ver la Feria de Abril. La que va a los toros. La que elogia el juego, cuando toca, del Betis y del Sevilla. No es que no haya cazurros en Sevilla, claro. Pero si alguien se ha esforzado por mostrar a los sevillanos (y a los andaluces, realmente, a todos los hijos del sur) como gente amable y de miras cortas fue la Dictadura y, luego, nuestra amada Democracia. Toda corte necesita un bufón: no hay ciudad mejor para darse un baño de masas, para pasear en coche de caballos, para que vengan a animar a nuestra selección de fútbol. Y se ve estupendamente por la tele, los señalan y dicen: “¿Veis cómo esa gente con una pandereta en el cráneo nos quieren y nos adoran de forma incondicional?”

Tercero, y ahora sí, hablemos de cultura. Cernuda era sevillano. Y Machado. Y Bécquer. Tres enormes poetas de nuestra literatura. El primero, exiliado y perseguido. El segundo, olvidado en Colliure. Y el tercero, muerto de sangre y frío, profundamente ignorado. Los medios de información, claro, no han ayudado nunca. Resulta que en Sevilla y otras zonas de Andalucía se lleva recitando poesía en los bares desde los 50. La actividad cultural de esta ciudad, en ese aspecto, es intensísima. Pero empiezan a hacerlo en Madrid y salta la prensa nacional con la increíble gesta de la élite cultural del estado español. ¡Qué buenos son, qué cultos! ¡Qué novedad! ¡Qué ingenio!

Nadie se acuerda de La carbonería y del día que un norteamericano subió a su escenario a cantar y se llamaba Bob Dylan. Nadie ve la infinidad de tertulias literarias, las iniciativas de los barrios para fomentar la lectura. Si Yann Tiersen viene a tocar, resulta que viene dos veces seguidas. Incluso ha llegado decir el señor Pérez Reverte, en su artículo “El ombligo de Sevilla”, que aquí no hay bibliotecas. Pero por Dios. Que venga a decirle eso a cada una de las bibliotecas municipales de esta ciudad. Que cierran librerías. Pues que venga a Nuño Librerías, o a La fuga. Que se pase por el Festival de Fotografía, o por el Festival Europeo de Cine. Que venga, que yo lo invito a unos caracoles.



6 POEMAS DE PEDRO SEVILLA 1VALOR DE LA POESÍA
AA SR SECRETARIO COLEGIO PROFESIONAL DE ECONOMISTAS DE SEVILLA
ACUERDO DE PATROCINIO ENTRE Y LA UNIVERSIDAD DE SEVILLA


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