LOS TRES MOSQUETEROS DEL PP A LO LARGO

LOS TRES MOSQUETEROS DEL PP A LO LARGO






A lo largo de la historia del espectáculo ha habido numerosos tríos como, por ejemplo, los tres Sudamericanos, la Trinca, Tricicle, los hermanos Marx (olvidándonos del guaperas) …, pero creo que ninguno va a dar tanto de que hablar durante los próximos m

LOS TRES MOSQUETEROS DEL PP




A lo largo de la historia del espectáculo ha habido numerosos tríos como, por ejemplo, los tres Sudamericanos, la Trinca, Tricicle, los hermanos Marx (olvidándonos del guaperas), “el bueno, el feo y el malo”, o los tres mosqueteros…, pero creo que ninguno va a dar tanto de que hablar durante los próximos meses como el nuevo trío del PP: Zaplana, Olivas y Camps.


No sé muy bien qué van a representar, pero de momento nos tienen a todos con la boca abierta sin dar crédito a lo que vemos. No hay acto oficial de uno sin tres. A partir de ahora, los responsables del protocolo han de estrujarse bien los sesos para conseguir sentar a los tres en el mismo banquillo, para que los tres salgan bien en las fotos, para que los tres tengan algo que decir en la tele, para que los tres tengan algo que inaugurar, para que los tres tengan motivos suficientes por los que estar, y para que estén los tres sin que se pisen o se tapen, guardando bien los modales, pero a partir de ahora: serán siempre tres.


Ya sé que en todos los partidos cuecen habas y que a veces se toman decisiones raras e incomprensibles, sobre todo de cara al ciudadano, pero es que esta vez, el PP ha rizado el rizo, porque reconocerán conmigo que aún no sabemos cómo acabará este nuevo invento del Sr. Zaplana. Desde luego, ha cosechado fama de ser una gran especialista en “vender cabras”, pero es que aquí ha querido colar al rebaño entero. Porque una cosa si que está clara: la decisión de todos los cambios y nombramientos acontecidos es única y exclusivamente del divino y todopoderoso expresidente Zaplana. Veamos los pasos de la película.


En primer lugar, Zaplana decide irse a Madrid y no terminar la legislatura como Presidente de los valencianos. ¿Por qué?. ¿Está cansado? ¿Quiere nuevos aires políticos? ¿Le da miedo no revalidar una nueva mayoría absoluta y por eso prefiere que pierda otro en su lugar? ¿Quiere jugar a la sucesión de Aznar? (aunque sabe sobradamente que si algo ha de decir y opinar Doña Ana Botella, presidenta de España, no será él el elegido). ¿O existen otras razones políticas que le aconsejan no seguir estrujando más la política valenciana?.


Sea la razón que sea, él toma una decisión personal (no por el bien del partido) y hace una extraña pirueta en el aire para componer su sucesión de forma que no le produzca sombra. Lógicamente, lo que todos pensamos, dentro y fuera del PP, es que la elegida debería haber sido Rita Barberá, pero es demasiado fuerte la enemistad entre ambos y las ganas de control que tiene Zaplana que le impiden tomar la mejor decisión para el PP y opta por la mejor decisión para él. Así pues, Rita se queda una vez más compuesta y sin novio, cansada de hacer viajes a Madrid y de soñar con su futuro político en la Generalitat, para enmarcarse la sonrisa y decir (aunque no lo crea) que su única ambición es ser alcaldesa.


Llega entonces Olivas a Presidente de la Generalitat. Y lógico sería que si está casi un año haciendo rodaje institucional, sea el candidato. Pero no. El es llamado para ser un “segundo” en tránsito. El sólo ha de guardar las llaves de la casa. Tiene que ser Presidente sin que se note que lo es demasiado ni que no lo es de verdad. Y que no se confunda Olivas porque a partir de su nombramiento, su sombra ha crecido más que él; allí donde va aparece una cabeza que sobresale en altura, lo alcanza y lo sobrepasa: Zaplana. Cuando los ví juntos en la procesión cívica del 9 d´octubre, me costaba encontrar a Olivas (que me pareció aún más bajito) y había momentos que parecía más el ayudante del ministro que el propio President. Lo cierto es que parece que Zaplana siente tanta nostalgia que no hay ni un solo día que no pueda estar aquí, “entre los suyos”, haciendo campaña; hay que reconocer que nunca ha habido en toda la historia un ministro “tan apegado” a su ex - puesto como Zaplana.


Pero como no hay dos sin tres, nos falta Camps. ¿Por qué Camps el candidato? La única razón que encuentro es que así Zaplana no tenga miedo a que le hagan sombra, pero al mismo tiempo debería pensar que con esta pirueta rocambolesca se juega mucho. ¿Qué pasaría si Camps no ganara?. El mérito de Camps es saber medrar dentro del PP; creo que es el único político en España que ha sabido estar siempre en cargos sin estar más de dos años al frente de la misma responsabilidad. No sé si habrá tenido tiempo de aprender algo en sus estancias “fugaces”, pero hay que reconocerle el mérito de saber estar siempre allí cuando se reparte algo.


Cuando escribo artículos de opinión, procuro aportar mi visión sobre temas concretos diferenciando maneras de hacer política y gestión e intento no centrarme en las personas, pero es que este triángulo me tiene tan fascinada que no he podido evitar dejarme llevar por las incógnitas que despierta tan singular, extraña y rocambolesca sucesión. Si como ha venido ocurriendo, la Comunidad Valenciana ha constituido el laboratorio para las políticas antisociales del PP, quizás estemos asistiendo al prototipo de la sucesión de Aznar. Y si así fuera, ¿qué pasaría?. Que después de pegarse entre todos, y hacer puntos para ser el elegido, no sería ninguno de ellos, sino un tercero que nadie imaginamos; pero eso, sólo Ana y Jose lo saben y lo tienen escrito en su cuaderno azul.




ANA NOGUERA

Concejala PSPV-PSOE

Ayuntamiento Valencia















AP/132-02





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