LA MÁQUINA DEL PROFESOR ARRIES GADO EL PROFESOR ARRIES

un Motor Eléctrico es una Máquina Eléctrica que Transforma






La máquina del profesor Arries Gado

La máquina del profesor Arries Gado


El profesor Arries Gado fue un gran inventor. Él fue quien inventó la máquina que sirve para clonar. ¿Alguien sabe qué es clonar?

La máquina del profesor Arries Gado es como cualquier otra máquina, está formada de partes. Pues todas las máquinas tienen partes. Por ejemplo, un bolígrafo es una máquina que tiene tres partes: una funda dura que sirve para agarrarlo, un plástico con tinta que sirve para escribir, y un capuchón que sirve para que no se estropee la tinta.

La máquina para clonar tiene una puertecita y por ella introducimos algo. Entonces lo que sea que hayamos metido atraviesa todas las partes de la máquina y al ratito sale por otra puerta convertido en dos.

Así que el profesor inventó esta máquina para clonar. Y lo primero que se le ocurrió, como era un tipo muy flojo, fue clonarse a sí mismo para no tener que ir al trabajo. Su idea fue mandar al clon y quedarse él en casa tranquilamente durmiendo la mañana. Y así lo hizo. Toda la mañana se la pasó en la cama.

Al ratito, estaba en su casa sentado tranquilamente en su sillón cuando se le ocurrió que sería buena idea clonar también a su perro Rufián. Y dicho y hecho, agarró a Rufián y lo hizo entrar por la puertita. El perrito atravesó todas las partes de la máquina una tras otras hasta salir por la otra puerta. Y al final, había dos, eran dos perritos en la puerta de salida.

Satisfecho, el profesor Arries Gado se sentó en su sofá con los dos rufianes a cada lado. Estaba muy contento, y pensó, que lo único que le faltaba era tener algo que llevarse a la boca, pues tenía un poco de hambre.

Se levantó y fue a la despensa. Pero, allí no había nada más que una manzana. Así que, ¿alguien sabe que se le ocurrió? Sí, efectivamente, se dijo: <<voy a clonar la manzana>>. Y dicho y hecho, agarró la manzana y la hizo entrar por la puertita. La fruta atravesó todas las partes de la máquina una tras otra hasta salir por la otra puerta. Y al final, había dos manzanas iguales en la puerta de salida.

El profesor estaba muy contento con su máquina. Su clon estaba en el trabajo, y mientras, él, tranquilamente se sentaba en su sofá con sus dos rufianes al lado. Así que se dispuso a comer la manzana… pero… al primer bocado que le dio…





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